Según publicó Infobae el 19 de enero último, el Gobierno implementará, a partir de febrero, el programa Cuota Simple para incentivar el consumo. Este programa reemplazará al Ahora 12 del kirchnerismo.
El plan ofrecerá financiamiento en 3 y 6 cuotas. La tasa de interés sería del 77,2% nominal anual, equivalente a 85% de la que tiene como referencia para las colocaciones a plazo fijo el Banco Central de la República Argentina.
Resulta contradictorio que el Presidente, que no escatimó adjetivos descalificativos para el keynesianismo, termine utilizando las mismas herramientas que proponía el economista inglés al que Javier Milei detesta profundamente.
Ahora bien, este parche es consecuencia de la falta de ahorro interno para financiar tanto el consumo como la inversión. Es más, el escaso ahorro interno que hay, se lo lleva el Estado para financiar el déficit fiscal y el BCRA con los pases pasivos a bancos.
Resulta contradictorio que el Presidente, que no escatimó adjetivos descalificativos para el keynesianismo, termine utilizando las mismas herramientas que proponía John Maynard Keynes
Pero ¿Qué es el ahorro? No es otra cosa que la parte del ingreso no consumido que se vuelca al mercado de capitales, mercado que se encarga de financiar consumo e inversión. El mercado de capitales no es otra cosa que un intermediario entre los que generan ahorro y los que lo demandan.
Pero, insisto, el ahorro es la parte del ingreso que la gente no consume. Ahora bien, las preguntas que surgen son: a) ¿Cuál es la capacidad de ahorro que hoy tienen los argentinos?, y b) ¿Cómo hacer para que haya crédito de largo plazo?
En mi opinión la brutal caída del ingreso real que se produjo durante la gestión de Sergio Massa, Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández, desde la segunda mitad de 2022, y a partir de la devaluación de diciembre último y el salto en la tasa de inflación determinaron que la capacidad de ahorro (ingreso no consumido) sea muy reducida. De manera que difícilmente sea lo suficientemente importante como para financiar el crecimiento de la economía en su conjunto.
El segundo punto tiene que ver con la incertidumbre hacia el futuro. ¿Qué argentino que tenga capacidad de ahorro está dispuesto a prestar a largo plazo y a una tasa reducida en este contexto? Porque el argentino medio ya está totalmente avivado de los efectos de la tasa real negativa, es decir la nominal muy por debajo de la tasa de inflación; así como de cómo el Estado le confisca sus ahorros en forma directa o bien con impuestos.
Tradición confiscatoria
No es por casualidad que los argentinos tengan depositados en el exterior miles de millones de dólares, que los progres y los populistas señalan como un acto de traición a la patria. Según el blanqueo de 2016, las cuentas bancarias en el exterior de argentinos sumaban USD 26.000 millones.
En realidad, cualquier padre de familia responsable del futuro de los suyos tiene la obligación de poner a resguardo el patrimonio de su familia de la rapiña de los populistas que pretenden hacer “caridad” con la plata ajena o despilfarrarla en aparatos políticos, ñoquis y burocracias innecesarias, cuando no en negocios más que turbios.
Los miles de millones de dólares que salieron al exterior no son otra cosa que ahorro interno porque a la gente no le agrada pagar impuestos confiscatorios
Los miles de millones de dólares que salieron al exterior no son otra cosa que ahorro interno porque a la gente no le agrada pagar impuestos confiscatorios o que el Estado le diga que sus dólares ya no son dólares sino papeles de deuda de un Estado quebrado.
La tradición confiscatoria argentina de los ahorros es muy conocida. Plan Bonex en 1989, pesificación compulsiva de los depósitos en 2022; y confiscación de los ahorros privados en las AFJP, son algunos de los ejemplos.
Si hoy no hay suficiente ahorro interno para financiar la economía es porque la demagogia de los políticos le hizo tomar conciencia a la gente de que la Argentina no es un lugar seguro en el cual dejar el fruto de su trabajo.
Política alternativa
Ahora bien, en lugar de estimular artificialmente el consumo interno con este programa Cuota Simple, lo que podría hacerse es aprovechar esos miles de millones de dólares que están en el exterior para financiar la actividad económica interna.
En primer lugar, hay que recordar que el total de los depósitos privados en el sistema financiero argentino equivalen a 11% del PBI. En 2021, el promedio mundial es 69,4% del PBI. En Chile esa relación fue del 62,6%, en Uruguay 54,9%, Paraguay 36%, Brasil 71,4%, solo por citar a los países vecinos. Y en Uganda era de 18,6%,y en Angola con el 22,6% del PBI.
Sería mejor implementar un mecanismo para que se puedan generalicen los pagos en dólares de cuentas del exterior para compras locales
Ahora bien, hasta tanto Argentina no demuestre respetar el derecho de propiedad y no ser un confiscador serial de ahorros de los privados, esos USD 26.000 millones declarados en blanco en bancos en el extranjero no vendrán.
De ahí que sería mejor implementar un mecanismo para que se puedan generalicen los pagos en dólares de cuentas del exterior para compras locales, sea una propiedad, un auto, o incluso consumos menores con la tarjeta de crédito.
Al 17 de enero último el total de depósitos en pesos en el sistema financiero, tomando el tipo de cambio libre, eran equivalente a USD 13.000 millones, la mitad de los ahorros depositados por los argentinos en el exterior. Con que se utilizara el 50% de esos fondos fuera del país para pagar transacciones en la Argentina, sin impuestos ni cargos bancarios, se estaría movilizando en forma inmediata la economía.
En definitiva, se trata de liberar el sistema de pagos con la eliminación del curso forzoso del peso con el complemento de usar ahorros externos para transacciones locales sin que se deba esperar décadas hasta que esos recursos vuelvan atraídos por un clima de confianza en la economía nacional.
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