(Desde Montevideo, Uruguay) – El cambio de gobierno en Argentina revivió una preocupación que desde hace un tiempo arrastra el sector exportador de Uruguay. Los cambios que implementó el equipo de Javier Milei, con la implementación del nuevo Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), le permitieron a los empresarios uruguayos cobrar los nuevos envíos a los importadores argentinos, pero las ventas de los meses pasados todavía son parte de una deuda comercial que asciende a USD 200 millones.
Esa es la nueva estimación de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU) que, tras los cambios del nuevo gobierno, se propuso cuantificar a cuánto asciende el monto por cobrar. “Es un tema muy complejo, que venimos arrastrando hace mucho tiempo”, expresó el presidente de la gremial, Facundo Márquez, entrevistado en el programa Primera Mañana de Radio El Espectador.
En Uruguay hay más de 300 empresas que venden más del 50% de sus exportaciones a Argentina. Se trata de firmas “de valor agregado”, que generan “muchas fuentes de trabajo” en el país.
Márquez comentó que las empresas no están obligadas a informar a la gremial cuánto dinero le adeudan desde Argentina, por lo que la recolección de los datos fue realizada “muy de a poco”. De hecho, cuando la gremial hizo los primeros cálculos la cifra era de USD 30 millones, que luego creció a USD 100 millones.
“Hace poco llegamos a los USD 200 millones, que para Uruguay es muchísima plata. Por supuesto que hay diferentes realidades dentro de las empresas: hay más grandes, más chicas; multinacionales y uruguayas. Es algo que seguimos muy de cerca”, aseguró Márquez.
La UEU ha mantenido reuniones por este tema con el canciller uruguayo Omar Paganini, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, y el presidente del Banco Central del Uruguay, Diego Labat. El representante gremial aclaró que, en este caso, el gobierno no está involucrado en las negociaciones porque se trata de un asunto entre privados. Sin embargo, el equipo económico del gobierno se involucró para “ayudar” a encontrar una solución.
De hecho, el ministro Paganini le planteó esta preocupación a su par argentina, Diana Mondino. La respuesta que recibió fue el compromiso de “hacer un seguimiento de la situación”.
La opción que dio el gobierno argentino para el cobro de las deudas fue el diseño de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), pero no conformó los intereses de los empresarios uruguayos. Uno de los argumentos para rechazar esta modalidad es que no hay mercado en Uruguay para la compraventa de este bono.
Otro de los temas que el sector exportador ha hablado con el gobierno es sobre la baja cotización del dólar en Uruguay –que está por debajo de los 39 pesos uruguayos–, un valor que genera un atraso cambiario y pérdida de competitividad para el país, según los privados.
El equipo económico del gobierno entiende que esto se explica, en parte, por el récord en el nivel de exportaciones y de la inversión extranjera directa, que provoca que haya muchos dólares en el mercado interno, lo que tiene como consecuencia una desvalorización de la divisa estadounidense.
Para Márquez, esta justificación tiene “parte” de verdad ya que las importaciones son más que las exportaciones, según los últimos números del Banco Central. “Achacarle al sector exportador la baja del dólar es verdad, pero solo en parte”, dijo Márquez.
Márquez aclaró que la competitividad del país no solo está relacionada con el dólar sino también con la inserción internacional y la apertura de nuevos mercados.
La gremial exportadora tendrá reuniones con todos los precandidatos que se postularán para las elecciones presidenciales de este año en el país. En esos encuentros propondrán que Uruguay modernice la estructura institucional de las negociaciones del comercio internacional para que la inserción internacional no solo dependa de la Cancillería.
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