A pocos días de la asunción del nuevo gobierno, crecen las expectativas en el mercado no sólo sobre los detalles concretos -aún no revelados- del plan de estabilización del futuro ministro de Economía, Luis Caputo, sino también respecto de la velocidad de su implementación y los tiempos en que darán resultado.
En ese contexto, uno de los principales bancos extranjeros que opera en la Argentina con una posición de mercado líder, el BBVA, arriesgó un contundente pronóstico: según las estimaciones de departamento de Research de la entidad española, en un año se habría alcanzado la normalización del mercado cambiario, con un desarme de los controles hacia fin del próximo año que eliminar la brecha entre los tipos de cambios.
En ese esquema, los economistas del banco le pusieron un precio de partida al dólar del próximo gobierno que asumirá este domingo bajo el mando del presidente electo Javier Milei: $800 por dólar es, para el BBVA, el precio de equilibrio al que el tipo de cambio oficial llegará a fin de mes.
“Esperamos avances rápidos hacia la normalización del mercado cambiario tras el cambio de gobierno, con una liberalización de restricciones cambiarias para los flujos de comercio de bienes y servicios que generaría una depreciación del tipo de cambio hasta $800 al 31 de diciembre de 2023″, apuntó a sus clientes la entidad financiera, donde también pronosticaron que durante el segundo semestre, el flujo de divisas que aportará la recuperación del sector agrícola, este año tremendamente impactado por la sequía, contribuirá a terminar con el desarme definitivo de de las restricciones cambiarias para “terminar 2024 sin brecha cambiaria”.
Esos pronósticos se enmarcan dentro de la búsqueda de equilibrio fiscal que Milei anuncia desde de su campaña electoral, con un fuerte recorte en el gasto público, esencialmente pasando por los subsidios, la obra pública, y otros gastos del Estado, al que se lo sometería a una importante reestructuración. La corrección del déficit, además, contará con el aporte de la mejora de las retenciones a las exportaciones por el fin de la sequía, que este año restó 1% del PIB. “Por tanto, esperamos una significativa corrección del déficit primario desde el 3,2% del PIB que cerraría 2023 hasta un déficit primario de 0,8% del PIB en 2024″, destacó el informe.
Al mismo tiempo, ese ajuste fiscal tendrá consecuencias de corto plazo que empeorarán el principal problema de la economía argentina: la inflación.
Según el BBVA, la corrección de tipo de cambio y de las tarifas de transporte y energía, impulsará una fuerte aceleración inflacionaria en los primeros meses de 2024 hasta alcanzar un máximo entre abril y mayo. “Luego, de la mano de un plan de estabilización, esperamos que la inflación comience un sendero mensual descendente para terminar acumulando en el año un 155%” para fin del próximo año. Es que, según entienden en el banco, la reducción de la inflación es la principal demanda del electorado por lo cual lo que proyecta el informe es que “el escenario más probable es el establecimiento de algún tipo de ancla cambiaria, en un escenario sin asistencia monetaria al fisco, para reducir la inflación de forma rápida y poder así mostrar los resultados que el electorado demanda”.
En cuanto al nivel de actividad económica, el informe del banco español consideró que los datos del segundo semestre de año reflejan una contracción menor a la esperada, dado el impacto del gasto electoral, lo que mejora la perspectiva para este año pero en vista de las expectativas respecto de la profundidad y rapidez de los ajustes, es la pauta del próximo año que empeora con una caída que, para el BBVA, alcanzará al 4 por ciento.
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