En el mercado inmobiliario, con el aumento de oferta tras el DNU que derogó la Ley de Alquileres, la necesidad de presentar dos garantes físicos sigue siendo una barrera significativa para muchos inquilinos. Esta exigencia se suma a una serie de requisitos que complican el proceso de alquiler.
Tradicionalmente, al realizar un contrato se requieren varias garantías, siendo las propietarias las más comunes, generalmente dos. Pero no todos los inquilinos cuentan con alguien que ofrezca esta seguridad y en ese contexto crece la alternativa de las fianzas privadas o garantías de caución.
Este instrumento ofrece a los inquilinos la posibilidad de garantizar el contrato sin necesidad de molestar a terceros. Para los propietarios, brinda una cobertura ante riesgos como el impago de alquiler, servicios o expensas, asegurando que recibirán el pago correspondiente aun en caso de incumplimiento del inquilino.
Oscar Lema, presidente de Finaer, comentó a Infobae que después de doce años de existencia, “las ventajas de las fianzas sobre las garantías tradicionales son varias y benefician a todos los involucrados. Para el inquilino, garantizan el contrato de alquiler con elementos propios; para el propietario, aseguran que siempre cobrará el alquiler, incluso si el inquilino incumple. Y para la inmobiliaria, el beneficio radica en la satisfacción de ambos clientes”.
La contratación de un seguro de caución ofrece beneficios para ambas partes que firman un nuevo contrato de alquiler y puede realizarse en un proceso completamente digital
En caso de no contar con garantía propietaria, una solución conveniente para los inquilinos es la fianza. Este mecanismo actúa como garantía para cubrir la falta de pago del inquilino o cualquier otra obligación estipulada en el contrato.
Requisitos y costo
El único requisito ante la aseguradora para obtener una fianza para un contrato de alquiler es la simple demostración de ingresos, asegurando que estos sean genuinos, suficientes y permanentes.
Los costos para el inquilino son el 6% del total del contrato en concepto de honorarios, que se pagan por única vez y pueden abonarse hasta en 6 cuotas sin interés. Para el propietario, no implica ningún costo.
Si un inquilino o familia pacta un contrato de 2 años pagando $400.000 al mes el costo total del contrato será de $9.600.000; esto significa que el 6% correspondiente a la fianza sería de $576.000 que abona el inquilino al inicio del acuerdo.
Proceso de evaluación y aprobación
El proceso de análisis se basa en verificar la validez de los elementos aportados por el inquilino, asegurarse de que sean suficientes para el importe de alquiler comprometido y revisar los antecedentes del solicitante.
Lema explicó: “La protección para el propietario incluye la seguridad de cobro del alquiler, expensas e impuestos, incluso en caso de incumplimiento del inquilino. Esto se realiza a simple requerimiento, sin necesidad de notificaciones formales ni acciones legales. Si se requiere continuar con acciones legales, estas son a cargo de la empresa hasta la restitución del inmueble al propietario”.
Con los elementos que solicitan las empresas que realizan las fianzas, la resolución se obtiene en un máximo de 24 horas.
Aceptada
Este tipo de garantía está generalmente aceptada por todo el mercado inmobiliario. “Hasta 2012, el único modo de garantizar contratos de alquiler era a través de garantías propietarias de familiares o amigos. Ahora, la fianza como herramienta para garantizar contratos de alquiler, tuvo tanto éxito que hoy casi todo el mercado inmobiliario acepta este sistema”, amplió Lema.
El costo de la fianza, pagado por el inquilino, varía según el valor del alquiler y la aseguradora.
Alejandro Bennazar, ex presidente y actualmente director de relaciones institucionales de la Cámara Inmobiliaria Argentina, señaló que “culturalmente costó bastante que sean aceptadas, pero a partir de la Ley de Alquileres (ahora derogada), las pocas propiedades que quedaban en oferta se resolvían por estas alternativas, por ser mucho más dinámicas para todas las partes”.
“La verificación de los ingresos permite ofrecer una seguridad adicional a los propietarios, quienes pueden confiar en que el inquilino podrá cumplir con los pagos acordados”, agregó Bennazar.
En un contexto de mayor oferta de viviendas en alquiler (en el Área Metropolitana de Buenos Aires, AMBA, se recuperó a niveles récord históricos llegando a un total de 20.700 propiedades), las fianzas privadas brindan una solución. A la familia inquilina le agiliza el proceso para todos los involucrados, haciendo que las propiedades en oferta se alquilen más rápidamente.
“Los inmobiliarios notamos una creciente aceptación y preferencia por este sistema debido a su efectividad y rapidez por parte de ambas partes que firman un nuevo acuerdo”, dijo Bennazar.
Beneficios y desventajas
Las ventajas se detallan a continuación:
Para propietarios:
- Pago garantizado incluso si el inquilino deja de abonar.
- Menos riesgos financieros al asegurarse los pagos a través de la aseguradora.
- Cobros rápidos, ya que los reclamos a las aseguradoras tardan solo unos días, más pronto que un proceso judicial.
Para inquilinos:
- Comodidad al resolver en un solo trámite el tema de la garantía.
- Proceso de alquiler más simple al no tener que buscar documentos ni firmas de terceros.
- El cumplimiento del contrato refuerza la calificación como inquilino, lo que puede ser útil para futuros alquileres.
- Evita cobros indebidos.
Las desventajas de obtener una fianza privada son mínimas; el firmante deberá erogar un dinero extra para pagar la comisión inmobiliaria (sí es en provincia de Buenos Aires, en CABA el inquilino no paga). Además, hay gastos de mudanza y otros adicionales, dado que el costo de la fianza representa un 6%, pero, evita la molestia de conseguir dos garantes físicos.
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