Equipado con una cámara Go-Pro, un obrero decidió filmar cómo destruía cinco casas en venganza porque lo habían despedido. Los daños ascendieron a unas 850.000 libras esterlinas.
Mientras lo hizo, el hombre silbó y gritó "whoop whoop" al tiempo que arrasó varias casas de retiro que habían sido construidas en Royal Gardens, Buntingford, en el condado de Hertfordshire.
En el tribunal de St Albans se reveló que los daños casi llegaron al millón de libras, por lo que el al hombre se le dictó una sentencia de cuatro años de cárcel.
Daniel Neagu, de 31 años, es un rumano que llegó al Reino Unido en 2015, pero el sábado 11 de agosto decidió irrumpir en el sitio de la construcción donde trabajaba para destruir cinco casas con una excavadora.
Según su testimonio, lo hizo para darle una lección a la empresa que lo contrató y que dejó de pagarle, al parecer, tanto a él como a otros compañeros.
Después de destruir las casas, Neagu se quedó en el sitio y esperó tranquilamente a la policía. Mientras tanto, una pareja se acercó al sitio. "Hola. Si gustan pueden llamar a la policía. Lo hice porque no me han pagado. He estado trabajando para McCarthy y Fentons".
"Tenía chicos trabajando para mí. A ninguno nos han pagado todavía. Por eso lo hice, aún sabiendo que podía meterme en problemas. Lo hice por una razón. No te culpo si llamas a la policía. Estos tipos piden 400.000 libras por estas casas, pero no tienen para pagarle 16.000 a sus empleados. Quería darles una lección", explicó.
Cuando la policía de Hertfordshire llegó para arrestarlo, el hombre no opuso resistencia. "No soy peligroso. Mantengan la calma", les dijo a los oficiales.
Video tomado por Daniel Neagu
En su declaración, Neagu dijo que no tenía dinero para pagarles a las 6 personas que tenía a su cargo, y mencionó que por esa razón él y su familia habían recibido amenazas.
Al ser cuestionado sobre su actuar, el obrero respondió que lo había hecho porque le debían dinero y pensó que era más seguro "estar encerrado que afuera". El fiscal que atendió el caso explicó que debido a las amenazas Neagu se sentía más seguro bajo custodia.
El fiscal añadió que las perdidas se valoraron en unas £ 765,125, y explicó que las casas tuvieron que ser reconstruidas, duplicando el costo que cubre el seguro.
Neagu es un hombre soltero, que vive en Athelstone Road, Harrow, al norte de Londres. Se declaró culpable y las autoridades encontraron que no tenía antecedentes penales en el Reino Unido ni tampoco en Rumania.
Otra cosa que motivó su venganza fue porque, según su testimonio, uno de los representantes de la compañía lo llamó gitano y estúpido.
"Causó pérdidas financieras en una escala muy significativa. Incluso si le debían dinero, o si hubo amenazas o si se sintió menospreciado, nada de eso puede justificar su conducta. Algo así es inaceptable en una sociedad civilizada", declaró el juez que dictó la sentencia.
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