México es un país conocido por su gran cultura, historia y tradiciones. Las leyendas forman parte fundamental de la identidad de los pueblos, ya que las historias se ubican en lugares característicos de las regiones y muchas de las personas que se encargan de contarlas conocen lo vivieron en carne propia o conocen a alguien que le pasó.
Estas historias plasman la relación del hombre con lo sobrenatural y pertenecen a los legados de los pueblos ya que este tipo de expresiones forman parte de las tradiciones orales, una forma de transmitir conocimiento de generación en generación, según la Coordinación Nacional de Lectura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Teziutlán es un pueblo mágico ubicado en las montañas al noreste del estado de Puebla. También conocido como “La perla de la sierra” y “lugar cerca del cerro donde graniza” por su origen náhuatl, este pueblo destaca por sus bosques de niebla, montañas y cascadas, de acuerdo con el sitio México Desconocido.
La leyenda de La Cueva del Tiempo es famosa en esta región, se encuentra en el libro de leyendas y mitos de Puebla escrito por Salvador Móxomo Pérez y se suma a las demás que se cuentan en Puebla como La Catedral de Puebla, La Casa de los Muñecos, La Calle de los Dulces, La Generala de Teziutlán y La novia del diablo.
La leyenda de la Cueva del Tiempo
El protagonista de esta leyenda es Silverio, un joven trabajador de bajos recursos que a pesar de sus esfuerzos, no conseguía las oportunidades para triunfar en la vida.
Harto de su situación decidió ir a buscar suerte al cerro Ozuna, ya que se rumoraba que existía una cueva llamada “La Cueva del Tiempo” que estaba llena de riquezas pero a la que nadie se atrevía a ir por el misterio que la rodeaba. Se decía que la persona que se atreviera a ir a este lugar debía salir antes del amanecer, pues si no lo hacía, permanecería atrapado para siempre.
Según la leyenda, cuando Silverio llegó a la cueva y alumbró su interior se encontró con criaturas tenebrosas en sus paredes. Decidido a encontrar el tesoro las ignoró y siguió caminando. Pronto se encontró frente a grandes cantidades de oro y joyas, el joven comenzó a imaginar cómo sería su vida con semejante riqueza en sus bolsillos.
Silverio comenzó a meter el tesoro en la mochila que llevaba y se quedó dormido de cansancio, ya que trató de llevárselo todo y el esfuerzo lo dejó agotado. Cuando despertó se dio cuenta que estaba cubierto de telarañas y polvo, pero decidió no darle importancia y emprendió el viaje de vuelta a su casa.
Conforme caminaba a la entrada de la cueva comenzó a invadirlo un dolor en las piernas y la espalda. Cuando vislumbró el pueblo a lo lejos se dio cuenta que estaba lleno de construcciones que no recordaba, por lo que apresuró su paso.
Al llegar preguntó por su casa pero las personas del pueblo le dijeron que sus padres habían muerto, conforme seguía investigando por su familia y amigos se dio cuenta que el tiempo también había pasado sobre él y había permanecido toda su vida en la cueva, junto a las riquezas que siempre deseó tener.
El atractivo turístico de Teziutlán
Además de sumergirnos en las montañas y bosques de niebla para investigar si la fortuna de la Cueva del Tiempo se encuentra ahí, algunas de sus atracciones son el Centro Cultural Ferrocarrilero, Museo del Ferrocarril, Teatro Victoria, construcción con gran influencia francesa, Santuario de Nuestra Señora del Carmen.
El Festival del Tlayoyo es un atractivo turístico que se realiza cada año. En esta ocasión se llevará a cabo el próximo 25 y 26 de mayo. Los visitantes podrán encontrar, además de tlayoyos, platillos tradicionales de la región.
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