Comienza para el gobierno una semana complicada, signada por el dato de inflación de mayo, que se conocerá el miércoles. Si bien se espera que esté alrededor de 9%, la confirmación es siempre una mala noticia, aunque la menor inflación que tuvo la ciudad de Buenos Aires (7,5%) abre la esperanza a que el dato no sea tan hostil.
A su vez, parece alejarse la posibilidad de que el FMI llegue a tiempo con los dólares que quiere Economía para mantener a los dólares financieros bajo control.
Los mercados de futuro el viernes, a pesar de la intervención del Banco Central, subieron en todas sus posiciones a partir de agosto.
En este contexto, un informe para la región del Bank of America ve el dólar oficial a fin de año a $514 y para marzo de 2024 en 621 pesos. Y también hizo sus proyecciones sobre el libre: lo estimó en $899 al 31 de diciembre y en $993 a fines de marzo de 2024.
El cálculo del importante banco norteamericano es más pesimista que el de los inversores de dólar futuro
El cálculo del importante banco norteamericano es más pesimista que el de los inversores de dólar futuro, que vieron la divisa en $496,50 hacia fin de año. En la reducción de este precio, que el jueves era de $500, puede haber influido una intervención del BCRA, que ese día habría volcado USD 2.450 millones en distintas posiciones. Si se toma la estimación de la entidad de EEUU, el aumento del dólar de 2023 sería de 203% y el crecimiento del “blue” desde hoy hasta fin de año, de 86%. La brecha a fin de año sería de 75%. Para que esto suceda, debe haber una devaluación en el medio. Sería imposible que al actual ritmo devaluatorio el dólar a fin de año cierre a 514 pesos.
Quincena difícil
La segunda mitad de junio es un problema. La semana próxima el gobierno debe pagar al FMI USD 2.628 millones y el 9 de julio USD 900 millones por bonos de la deuda externa. Si antes no entra dinero del FMI, las reservas se verán afectadas y el Central no podrá mantener su capacidad de intervención.
Los pagos al FMI son el 21 y 22 de junio, pero es posible posponerlos hasta fin de mes, para recibir los USD 4.000 millones que tiene trabados el organismo. Sin esas divisas, el pago es imposible, porque además el Central, terminado el dólar soja, se volvió un cotidiano vendedor de reservas. Tampoco hay que olvidar el goteo diario promedio de USD 18 millones por retiros de depósitos en dólares de privados y empresas ni los pagos de energía y la caída del yuan, que continuó el viernes.
Según Anker Latinoamérica la consultora de Luis Caputo, “el BCRA habría vendido unos USD1.000/1.100 millones en el período de poco más de un mes que va desde el 25 de abril hasta la semana pasada para intervenir en el dólar financiero. Adicionalmente, habría vendido un cantidad estimada de AL30 entre USD1.700-USD2.000 millones de valor nominal contra pesos, absorbiendo $650.000 millones vía los dos mecanismos.
En los últimos 3 días, en línea con la expiración del dólar soja y la menor liquidación de la agroindustria, el BCRA vendió poco más de USD180 millones en el MULC (Mercado Único Libre de Cambios). Con reservas netas negativas en torno a USD1.000 millones, enfrentar el aumento en la demanda de cobertura preelectoral será todo un desafío si no se logra una recomposición considerable en las reservas líquidas”. Y agrega. “Si el Fondo finalmente aceptara adelantar parte de los desembolsos de este año, creemos que es muy difícil que no incluya exigencias en lo cambiario que proyecten un aumento en la acumulación de reservas”.
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