Marcel Gascón
Kiev, 29 jul (EFE).- La contraofensiva ucraniana “no es un thriller de acción con un guión diseñado para dar un subidón de adrenalina a los espectadores”, advirtió esta semana la influencer ucraniana María Drutska, ante las crecientes muestras de impaciencia occidental por el ritmo relativamente lento al que Kiev recupera territorios.
“No debemos olvidar que nuestra realidad está muy lejos de ser un espectáculo de Hollywood”, escribió Drutska en Twitter, donde tiene más de 100.000 seguidores y se ha convertido en una especie de portavoz no oficial del “sector de defensa” ucraniano, en el que trabaja según su biografía en la red social.
Sus palabras -que recuerdan que los militares ucranianos pagan con sus vidas para que la campaña llegue a buen puerto- sintetizan bien el mensaje del presidente, Volodímir Zelenski, y de toda la plana mayor de Kiev, que ha dejado claro que su ejército no ha recibido el armamento suficiente para avanzar con la celeridad que algunos esperan.
PREPARAR EL TERRENO
“En estos momentos no veo ningún signo de que tenga sentido lanzar una ofensiva mecanizada a gran escala contra las posiciones rusas, es demasiado pronto”, dijo en una entrevista con EFE el coronel ucraniano en la reserva, Serguí Grabski, al ser preguntado sobre las informaciones publicadas en medios de EEUU que apuntan a esta posibilidad.
Según el discurso oficial, la contraofensiva ucraniana se ha limitado por el momento a las acciones ofensivas de grupos pequeños de militares con mucha movilidad cuyo principal objetivo es identificar puntos débiles en las defensas rusas y detectar, por la dirección desde la que viene el fuego enemigo, las posiciones de artillería rusas.
Esto explicaría los modestos avances que Ucrania ha anunciado hasta la fecha en los alrededores de la ciudad de Bajmut (este) y en dos zonas del frente sur situadas en las provincias de Zaporiyia y Donetsk, desde donde las fuerzas de Kiev intentan avanzar hacia las ciudades ocupadas de Melitópol y Berdiansk.
“Para lanzar una ofensiva mecanizada el campo de batalla ha de ser preparado previamente; las defensas rusas deben ser lo suficientemente débiles para que no puedan resistir la ofensiva”, explica Grabski.
En el caso de Zaporiyia, donde según medios estadounidenses que citan fuentes del Pentágono Ucrania habría intensificado su ofensiva, el objetivo ucraniano es desgastar y destruir lo suficiente las defensas rusas para que las tropas de Kiev puedan “avanzar hacia Tokmak y después hacia Berdiansk”.
Grabski no ve por ahora que se haya llegado al estadio en que pueda ponerse en liza un número sustancial de hombres y de blindados, aunque no descarta que el nivel de tropas y equipamiento utilizados pase pronto de pelotón (unas decenas de soldados) a compañía o batallón (de unos centenares a un millar).
DESTRUIR LA INFANTERÍA
Mientras tanto, prosigue el exmilitar, la prioridad ucraniana seguirá siendo la destrucción del mayor número de sistemas de artillería rusos.
“Cada día Ucrania destruye sistemas de artillería rusos”, explica el experto aludiendo a la información al respecto cada mañana en el parte militar el Estado Mayor de Kiev. “Si miramos las estadísticas, el 90% del impacto de fuego en esta guerra se consigue con artillería”, afirma Grabski.
El coronel en la reserva destaca la importancia capital de la artillería para el ejército ruso. “La infantería rusa sólo es lo suficientemente fuerte bajo la cobertura del fuego de artillería; si no se sienten seguros y bajo la protección de la artillería se retiran, pierden su capacidad de combate y se vuelven más y más débiles”, señala.
Ucrania carece del armamento y las reservas de personal suficientes para disputarle al ejército ruso su supremacía númerica, militar y aérea que, según todos los manuales, se requiere para iniciar una campaña ofensiva.
Ante estas situación, concluye Grabski, la “única opción” ucraniana es apostar por la destrucción “del armamento, la munición y las posiciones rusas”, un modo de proceder que requiere de la paciencia que Ucrania les pide a sus socios. EFE
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