Después del canje que llevó adelante la semana pasada en el que el Ministerio de Economía despejó $7 billones de los $9,5 millones que vencían entre junio y agosto, el Gobierno volverá hoy al mercado para renovar $429.000 millones. Es la primera operación de una seguidilla para refinanciar $1,2 billón por mes (el equivalente a USD 2.400 millones promedio convertidos al dólar contado con liquidación) que deberá enfrentar hasta agosto, cuando ocurran las elecciones primarias. Dado que en el canje de la semana pasada, el sector público volcó masivamente sus tenencias pero fue baja la participación del sector privado, que aceptó ofertas por menos del 25%, se descuenta que los vencimientos a renovar en la operación de hoy se concentran en acreedores privados. De ahí que, como viene ocurriendo en casi todas las operaciones, otra vez la clave será su nivel de participación.
“El Tesoro debe enfrentar alrededor de $429.000 millones, donde la LECER de junio (X16J3) explica el grueso de este pago. El 20,9% de la tenencia de esta letra aceptó el canje de la semana pasada, por lo cual sería lógico suponer que el remanente está totalmente en manos del sector privado”, destacó el informe semanal de Portfolio Personal de Inversiones.
Es de esperar que se acentúe, entonces, el proceso de indexación de la deuda en moneda nacional que se inició hace meses, por el cual en cada licitación se incrementa la colocación de títulos indexados por CER o el célebre bono dual que ofrece cobertura a los inversores tanto de la inflación como de una eventual devaluación.
“Lo importante de la licitación será ver cuánto de la colocación sea de privados y cuanto de públicos, dado que la gran mayoría del vencimiento se encuentra en manos privadas y el sector público tiene pesos disponibles para acceder a licitación a través del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS, de la Anses)”, afirmó desde Aurum el economista jefe de Research, Pablo Repetto.
De acuerdo al calendario, con la de hoy se concretarán cinco nuevas licitaciones en las que se acumulan más de la mitad de los vencimientos actuales hasta fin de año. Claro que esa proporción se irá modificando. Al momento, entre junio y julio se concentran los $2,5 millones que no entraron al canje y en el resto del año se distribuyen otros $1,8 billones.
“Recién en las últimas licitaciones, se empezó a colocar deuda con vencimiento entre octubre y diciembre de este año, lo que permite pensar que el miedo a un evento disruptivo es cada vez menor”, sostuvo el último informe de Econviews, que puso el acento en la composición de la deuda, cuyas características condicionará al próximo gobierno.
“Un punto importante es que toda la deuda que está emitiendo el Tesoro está indexada. Ese parece ser el precio a pagar si quiere seguir financiando una parte del déficit en el mercado”, agregó y explicó que para el lado del inversor la ecuación es atractiva ya que no se licua su capital, mientras que para el Gobierno la situación es exactamente la opuesta. “Un aumento de la inflación no le servirá para reducir el peso de la deuda. Por lo pronto, el gobierno que asuma el próximo 10 de diciembre, tendrá un panorama despejado en enero, pero la tranquilidad durará poco ya que en febrero estará frente a vencimientos por más de $4 billones, todos correspondientes a un bono dual. El número será mucho más grande para entonces”, advirtió.
De hecho, en el primer cuatrimestre, la próxima gestión económica se topará con un “paredón” o una “torre” -como suelen definir la acumulación de pagos en el equipo de Finanzas- de unos $13 billones, cifra que equivale a 8% del PBI con el actual tipo de cambio.
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