Una vez más, el conurbano bonaerense volvió a ser escenario de un violento hecho de inseguridad. Esta vez fue el partido de Quilmes, donde dos motochorros torturaron a un hombre con una picana eléctrica para robar su celular.
El hecho ocurrió el pasado miércoles en la localidad de Ezpeleta y quedó registrado por las cámaras de seguridad de la zona, las cuales no sólo captaron las imágenes de lo sucedido sino que también el audio. Causa terror: se escucha desde el sonido que hace la máquina cuando dispara la descarga hasta los gritos de sufrimiento de la víctima al ser atacado.
Según la filmación, la secuencia comenzó pasadas las 10 de la noche en la calle México al 2900. En la misma, se ve a un joven caminando por la vereda y una moto con dos personas que llega al lugar a toda velocidad. Tras darse cuenta de la intención de los motociclistas, el chico tira la mochila con sus cosas en una casa vecina y comienza a correr. Pero lo abordan en cuestión de segundos.
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A fin de alcanzarlo, uno de los ladrones se bajó del vehículo y empezó a perseguirlo a pie, mientras que el conductor se encargaba de hacer maniobras con la moto para arrinconarlo y ayudar a su compañero a atraparlo.
Finalmente lo logra. Y entonces, empezó la tortura: lo derribó al piso, se tiró encima de él y sacó del bolsillo una picana con la que le dio una descarga eléctrica que lo dejó tendido en el suelo.
Luego del ataque, el delincuente alcanza a robarle su celular y otras de las pertenencias que la víctima tenía encimma. Rápidamente se subió a la moto junto a su compañero y ambos escaparon dejando al hombre en la vía pública. Tras el hecho, los vecinos de la cuadra salieron y trataron de brindarle asistencia.
Uno de ellos, en diálogo con TN, relató que el joven quedó asustado y adolorido. Luego de unos minutos, agradeció a quienes lo ayudaron, agarró su mochila y se fue.
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“Tenía un dolor muy fuerte en el pecho, ahí lo picanearon, casi lo matan. Sólo le sacaron el teléfono celular, mientras que el bolso en el que llevaba libros y cuadernos lo tiró en el jardín de una casa y lo pudo recuperar. Estamos a dos cuadras de la avenida Calchaquí, la gente va y viene a toda hora para ir a tomar un colectivo o regresa a su casa”, dijo Pablo, uno de los vecinos que intervino cuando concluyó el ilícito.
En este sentido, advirtió que no se trata de un hecho aislado, sino de este es uno de los “tantos episodios de inseguridad” que ocurren diariamente en la zona. No obstante, admitió que este nuevo modus operandi de ataque, con picanas eléctricas, los ponen en alerta.
“Vivimos con alarmas, con rejas, mirando entre los vecinos si uno entra o sale. Es constante el temor y la inseguridad. Ya no sabemos cómo salir a la calle, porque ahora usan picanas. Nos reunimos con las autoridades, pero no alcanza”, concluyó.
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