Cada 3 de diciembre se pone en agenda la temática de discapacidad, dado que en 1992 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró esta fecha como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
La misma fue proclamada con el objetivo de promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.
Si evaluamos los resultados de los objetivos propuestos, a 31 años de la declaración de la fecha, podemos decir que se ha avanzado mucho en pos de la inclusión y el bienestar de las 1.000 millones de personas que tienen algún tipo de discapacidad.
Sin embargo, cabe destacar que este número escala a una velocidad impensada, ya que el riesgo de adquirir una discapacidad aumenta con los años, y cada vez la expectativa de vida es mayor, lo que hace que distintos factores como la pérdida de visión, pérdida de la audición, afecciones en miembros y extremidades y problemas neurológicos, afecten cada vez a más personas.
De todas formas, la discapacidad no solo afecta a quien la sufre, sino también a sus familiares y vínculos cercanos, que en la mayoría de las ocasiones deben adaptarse para poder ayudar a quien tiene las capacidades limitadas, sin tener las herramientas o el conocimiento necesario para hacerlo. Sin embargo, hay muchas personas que eligen contratar a un cuidador calificado que pueda ayudarlos y darles el soporte necesario.
En este sentido, la tecnología ha hecho grandes avances para lograr que este proceso de búsqueda y gestión del cuidado, que antes era basado en el boca en boca volviéndose tedioso, sea hoy simple y efectivo.
Tal es el caso de Cuidarlos, una plataforma que, además de brindar los cursos y las herramientas necesarias a los cuidadores, los conecta con quienes están en búsqueda de asistencia.
De todas formas, aún queda mucho por hacer para lograr que estas personas sean incluidas en la sociedad y que su discapacidad no sea un factor excluyente. Tanto el sector público como privado deben trabajar en conjunto para establecer políticas de inclusión y nuevos proyectos que ayuden a la integración y al bienestar de quienes viven con alguna discapacidad.
Esto no solo queda en mano de las organizaciones, si no que cada uno de nosotros debemos, cuando nos encontramos frente a una persona con capacidades limitadas, preguntarnos qué podemos hacer para que no se sientan diferentes al resto de las personas, se vean incluidos en la sociedad y puedan transitar la discapacidad con el mayor bienestar posible. ¿Y vos qué podés hacer?
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