En junio comenzaron a regir los nuevos cuadros tarifarios con la quita de subsidios que aplicó el Gobierno en los servicios públicos, en especial de energía, con impacto en los precios de la generación, que se sumaron a los incrementos del primer cuatrimestre tanto en transporte como en distribución.
Los relevamientos privados arrojaron que las facturas promedio que comenzarán a llegar a partir de julio reflejarán con fuertes incrementos respecto a las de principio de año: mayores al 400% en el caso de la electricidad y superiores al 1.000% para el gas natural por redes. El impacto será superior en sectores de ingresos medios y bajos, por la quita de subsidios y mayor consumo estacional con un invierno que se anticipó notablemente.
Cabe destacar que los servicios de energía se encuentran divididos en tres categorías residenciales en base a los niveles de ingresos que perciben según el esquema de segmentación vigente desde 2022: los de altos ingresos (N1) estaba contemplado que paguen más caro la energía. Los de ingresos bajos (N2) y los de ingresos medios (N3) tienen “bonificaciones en sus tarifas” pero con un tope de consumo.
La boleta promedio de luz para un usuario N2 (ingreso bajo) se estimó en $35.308, y para un usuario N3 (ingreso medio) en $39.488 mensuales
Los últimos datos oficiales arrojan que la franja N1 comprende a 5,3 millones de hogares; la N2 a 8 millones y la N3 a 2,7 millones de familias. La categorización depende de los ingresos que percibe cada hogar respecto a la Canasta Básica Total (CBT) del Indec.
Gas natural
El Observatorio de Tarifas y Subsidios en el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que depende de la UBA y el Conicet, estimó que desde junio un usuario N1 afronta un incremento de tarifas de 922% respecto al cuadro vigente en diciembre de 2023 y un aumento del 130% respecto de abril.
A su vez, los usuarios N 2 de bajos ingresos y N 3 de ingresos medios enfrentan, en promedio, facturas finales con alzas de 1.475% y 1.420% desde el inicio del nuevo gobierno y 173% mayores a las de abril, respectivamente.
Con los nuevos valores, el IIEP detalló que la factura promedio del país en junio para un usuario N1, correspondiente a hogares de ingresos altos, es de $49.551 por mes.
Los usuarios N 2 de bajos ingresos y N 3 de ingresos medios de gas enfrentan, en promedio, facturas finales con alzas de 1.475% y 1.420% desde el inicio del nuevo gobierno y 173% mayores a las de abril
En tanto, la boleta promedio del para un usuario N2 es de $35.308, y para un usuario N3 sube a $39.488 mensuales.
Electricidad
Un trabajo de las consultoras Economía y Energía y PxQ destacó que “Los aumentos en energía eléctrica en la región metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se ubicarían en el 228% para los N1, en el 465% para los N2 y en un 378% para los N3″, en comparación con los valores de cierre del año anterior.
En detalle, las facturas promedio de luz que recibirán los hogares de altos ingresos en los próximos meses serán de casi $35.000 mensuales.
En el caso de los usuarios de bajos ingresos se estimó ascenderá al rango de $22.000 mensuales, mientras que para la franja media subirá a más de $26.000, según las estimaciones de las consultoras de marras.
Los próximos ajustes
El ministro de Economía, Luis Caputo, se comprometió con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a avanzar en nuevos aumentos en luz, gas, transporte y combustibles para alcanzar el objetivo de déficit fiscal cero, ante posibles retrasos o un eventual fracaso del paquete fiscal que impulsa el oficialismo en el Congreso.
Ese plan de contingencia fue explicitado por el equipo de Economía en el staff report que publicó el FMI en la última semana, tras la aprobación de la octava revisión del programa argentino. Los proyectos con los que Caputo espera no endurecer el ajuste que lleva adelante, aprobados en Diputados, tuvieron la semana pasada algunos traspiés en el Senado.
Del staff report se deprende que el Palacio de Hacienda tiene previsto una reducción de los subsidios energéticos de al menos 0,7 puntos porcentuales del PBI en 2024, de los cuales ya se habrían recortado 0,5 pp del PBI. El objetivo anual es 0,2 puntos mayor a la hoja de ruta inicial. El resultado estuvo explicado principalmente por precios internacionales de la energía más bajos, menores necesidades de importación por el funcionamiento del Gasoducto Néstor Kirchner y el diferimiento con un bono de la deuda que mantenía Cammesa con generadoras de electricidad y productoras de gas.
El Ministerio de Economía tiene previsto una reducción de los subsidios energéticos en al menos 0,7 puntos porcentuales del PBI en 2024, de los cuales ya se habría recortado 0,5 pp del PBI
La consultora Economía y Energía, detalló que el gasto en subvenciones debería caer en 2024 el equivalente a USD 4.683 millones para alcanzar una reducción de 0,7 puntos del PBI y finalizar en USD 5.000 millones, es decir, 0,8 pp del PBI. Según esos cálculos en 2023 la partida había sumado USD 9.683 millones, equivalentes a 1,5 puntos del PBI.
“Los próximos ajustes se esperan después de agosto”, dice el documento del FMI.
En paralelo, Economía espera una reducción de los subsidios al transporte urbano de 0,1 punto porcentual del PBI para 2024 cuando a principios de año proyectaba una caída de 0,2 puntos del PBI.
Si bien la Secretaría de Transporte analiza los próximos aumentos, se mantiene suspendida la actualización por inflación que contempla la posibilidad de aumentos de hasta 71,9% según el acumulado del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec hasta mayo.
“También se están reduciendo las transferencias a la empresa estatal de agua (AySA), en línea con el aumento proyectado en las tarifas de su servicio según la nueva fórmula de indexación”, consignó el documento.
En julio está prevista una actualización del Impuesto a la Transferencia de Combustibles tributo por inflación, implicaría un aumento de la nafta y el gasoil de al menos 18% en el precio final
Otro de los rubros que puede tocar el ministro Luis Caputo ante un eventual mal paso en el Congreso de su capítulo fiscal es el del impuesto a los combustibles líquidos (ICL). En julio está prevista una actualización del tributo por inflación que implicaría un aumento de la nafta y el gasoil de al menos 18% en el precio final en los surtidores.
De todas formas, el ministro analiza el mejor “timing” para aplicar el incremento, por lo que no se descarta en el mercado que decida un nuevo diferimiento, al igual que en abril y mayo, a la espera de la consolidación del aumento real de los ingresos de la población, y dada la holgura que ha logrado hasta mayo en el resultado de las finanzas públicas.
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