En términos económicos la semana que está quedando atrás, no arrojó resultados positivos para el Gobierno: la inflación de marzo fue del 7,7% y con más de 104% interanual, el dólar libre llegó a los $400, el dólar agro tuvo un flojo arranque en materia de comercialización por parte de los productores, y la histórica sequía que está generando enormes pérdidas productivas y económicas, reflejadas en el ajuste a la baja que realizó la Bolsa de Comercio de Rosario sus estimaciones de cosecha de soja y maíz.
“La sequía es un game changer”, reconoció el viernes pasado Gita Gopinath, la vicedirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ni bien comenzó la reunión con Sergio Massa, el ministro de economía argentino, en los Estados Unidos. Por tal motivo, el FMI y el Gobierno acordaron trabajar para redefinir metas del acuerdo de “Facilidades Extendidas”. Hay preocupación entre las partes por el impacto negativo de las condiciones climáticas adversas que afectaron al campo en los últimos años, y que están provocando un cimbronazo muy importante en una actividad económica del país cada vez más complicada. Y los números de la sequía, se reflejan en el momento crítico por el que está atravesando el principal generador de divisas del país: el complejo sojero.
Esta semana desde diferentes ámbitos se publicaron datos que muestran un presente y proyectan un futuro muy complejo para la cadena de la soja. Los mismos se resumen en los siguientes cuatro aspectos destacados.
1. Área perdida y rendimientos
Según un informe de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario (Red Gea), la superficie perdida, es el área que no se va a cosechar, alcanza la cifra histórica de 3,58 millones de hectáreas y triplica prácticamente el máximo anterior de la campaña 2015/16, cuando fue de 1,22 millones de hectáreas. “Incluso, hay que remarcar que, en aquel entonces, la superficie sembrada a nivel nacional superaba las 20 millones de hectáreas, mientras que en este último ciclo el área implantada alcanzó cerca de 16 millones de hectáreas, por lo que la superficie perdida sobre el total implantado en este último ciclo es mucho mayor”, explicaron los especialistas.
A todo esto, se agregó que el rendimiento promedio nacional de cosecha, está estimado en el actual ciclo sojero en 18,56 quintales por hectárea. Se trata del más bajo en más de 25 años y un 35% por debajo del promedio de las últimas cinco campañas. Las zonas más complicadas por los bajos rendimientos en la cosecha de la oleaginosa son: Córdoba, con 4,1 quintales por hectárea menos que hace un mes, y un recorte de casi 2 millones de toneladas; Buenos Aires cae 2,3 quintales por hectárea, descontando 1,6 millones de toneladas, y Santa Fe, con 14,6 quintales por hectáreas, casi 3 quintales menos que la estimación del mes pasado, y con un descuento de 890.000 toneladas en el escenario de proyección de producción total.
2. Producción
Frente al impacto de la sequía y también de la última ola de calor, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) publicó las estimaciones del presente mes sobre producción total. En el caso de la soja recortó a la baja la misma en 4 millones de toneladas, y se pasó de un escenario de 27 a 23 millones de toneladas. Además, se determinó que hasta el momento se ha perdido el 53% de lo que se esperaba producir a principios de campaña. “La novena ola de calor que comenzó en los últimos días de febrero y terminó el domingo 19 de marzo fue de por sí un evento climático catastrófico para la soja y el maíz 2022/23″, dijeron desde la entidad.
Pero además, contemplando la situación en la zona núcleo, el corazón productivo de la Argentina, la BCR sostuvo que “por lejos, será la producción más baja”, de la mencionada región, donde está estimando una cosecha total de 4,1 millones de toneladas contra los 19,18 millones de toneladas que se esperan en el inicio de la campaña. Es decir, que se cosechará el 20% de lo que se proyectaba, con rendimientos de 14 quintales por hectárea, frente a los 14,8 quintales por hectárea de marzo pasado”.
3. Exportaciones
Con una menor producción de soja por el impacto negativo de las condiciones climáticas adversas, la Bolsa de Rosario redujo la estimación de las exportaciones de grano a 2,5 millones de toneladas, lo que deja a la comercialización de poroto de soja al mercado internacional, en los niveles más bajos desde mediados de los ‘90. Por otro lado, un último informe que publicó la mencionada entidad recortó levemente la estimación de stocks finales de la campaña a 3 millones de toneladas, lo que presenta todo un desafío de cara al empalme de cosechas del año próximo.
4. Industria
La caída en la producción de soja por efecto de la sequía tendrá consecuencias directas sobre el volumen de procesamiento de la materia prima y habrá una fuerte baja en la producción de aceite y harina de soja. Todo esto derivará en menores exportaciones de aceites y harinas, provocando una de las mayores caídas en la participación de nuestro país en el comercio mundial, volviendo a los niveles que teníamos en 1998. Mientras tanto, Brasil aumenta su participación en el comercio mundial de ambos productos.
En el informe, denominado el “Monitor Agroindustrial”, la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) señaló que durante febrero pasado la molienda de soja fue de 1.554.000 toneladas. Se trata de la menor cifra de molienda para dicho mes en los últimos 13 años. Además, frente al derrumbe del procesamiento interno de la oleaginosa, como consecuencia de la sequía y las alteraciones comerciales que provocó el “dólar soja”, el índice de “Utilización Capacidad Instalada” se redujo un 6%, pasando del 32% en enero al 26% en febrero y ubicándose en el nivel más bajo de la historia en términos comerciales. Por otro lado, el informe advirtió sobre el fuerte incremento de la capacidad osciosa, que actualmente es del 74%, y es el segundo registro de capacidad ociosa mas alto en la historia.
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