El impacto de la devaluación, el salto de la inflación y el ajuste fiscal que lleva adelante el Gobierno de Javier Milei como parte de su estrategia para “estabilizar” la economía se reflejaron en los primeros indicadores sectoriales de enero, tanto de consumo como de actividad. La fuerte pérdida del poder adquisitivo de los últimos meses, que se sumó al deterioro de los últimos seis años consecutivos, anticipa una continuidad del proceso de enfriamiento que ya se observa en la recaudación tributaria.
Para 2024 las consultoras, el Ministerio de Economía y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostican una recesión en el primer semestre que termine con una caída del 3% en el PBI a lo largo del año. De todos modos, hay riesgos de que el resultado sea aún peor.
Los primeros datos de consumo masivo del mes pasado dejaron guarismos preocupantes. Por caso, las ventas en supermercados que releva la consultora Scentia de Osvaldo del Rio marcaron una caída del 11% respecto al mismo mes del año pasado según datos preliminares a los que accedió Infobae. De confirmarse, sería pero que los resultados para ese período de 2020 (6,7%) y 2021 (9,7%).
“Los pronósticos que manejamos son realizados por consultoras a las cuales les proveemos los datos y ellos elaboran sus pronósticos. Las proyecciones anticipan para 2024 una retracción en torno al 7% para el consumo masivo. Eso implicaría quedar en niveles 6% por debajo de los de 2019, el peor año de la serie histórica que medimos nosotros”, había dicho del Rio el mes pasado.
En la construcción los signos de alerta son más pronunciados, una tendencia que comenzó a finales del 2023 y que se profundizó al comienzo de este año. La venta de materiales marcó en enero un desplome del 29,2% interanual y del 19,6% respecto a diciembre, tal como arrojó el Índice Construya que mide los volúmenes vendidos al sector privado de productos fabricados por las empresas líderes del sector.
“El año comienza acentuando la tendencia a la baja en los despachos de materiales, esto se debe a que estamos en meses de receso vacacional y por la incertidumbre que genera la alta inflación”. explican desde el Grupo Construya.
Este índice mide la evolución de los volúmenes vendidos al sector privado de los siguientes productos para la construcción que fabrican las empresas líderes que conforman el Grupo Construya: ladrillos cerámicos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, adhesivos y pastinas, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, calderas y sistemas hogareños y centrales de calefacción, grifería y caños de conducción de agua, pisos, revestimientos cerámicos y materiales eléctricos y electrónicos.
En ese sentido, también se conoció que los despachos de cemento al mercado interno cayeron casi 20% contra el mismo mes del año pasado. Así lo informó la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP).
Ambos indicadores sirven como un adelanto del dato de actividad de la construcción del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El organismo estadístico informó este martes que el sector cerró 2023 con una caída del 3% y se anticipa una tendencia a la baja. De hecho, las empresas nucleadas en la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) advirtieron la semana pasada que por el parate de la obra pública peligran más de 200.000 puestos de trabajo.
La industria manufacturera también comenzó a reflejar los efectos de la recesión, como en el caso de la industria automotriz que es el sector de mayor incidencia en esa rama de actividad. La Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) informó que la producción de autos cayó en enero 38% contra diciembre y 16,7% interanual. Las ventas mayoristas se desplomaron 36,4% y 27,9%, respectivamente, mientras que las exportaciones lo hicieron 29,8% y 34,7 por ciento.
En el mercado minorista, según los datos dados a conocer por la Asociación de Concesionarios de Argentina (Acara), se patentaron 33.727 automotores, cuando en enero de 2023 la cifra había llegado a 50.363, porque “confluyeron varios factores: la erosión en el poder adquisitivo de los consumidores, la incertidumbre de los precios, la falta de algunos modelos y también los cambios del impuesto al lujo que postergó la decisión de compra en muchos casos”, precisaron ante la consulta de este medio.
Los industriales observaron una caída de la producción en el primer mes del año, tal como lo consignó este martes la Unión Industrial Argentina (UIA) en un comunicado que sintetizó su reunión de Junta Directiva. Allí también plantearon su apoyo a la ley ómnibus y el capítulo de reforma laboral del DNU 70/2023.
“Se analizaron temas de relevancia como la caída de la actividad durante enero y la necesidad de continuar normalizando el acceso a divisas para regularizar el suministro de insumos y bienes de capital productivos”, precisaron.
En esa línea, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) relevó que las ventas minoristas pymes se desplomaron el mes pasado 28,5% respecto al mismo período de 2023 y 6,4% contra diciembre en la medición desestacionalizada. De los siete rubros relevados por la entidad todos registraron caídas a excepción de la indumentaria. El peor desempeño fue el del rubro farmacias (45,8% interanual) seguido por alimentos y bebidas (37,1%).
“En términos generales, los comercios consultados coinciden en que enero fue un mes perdido. Principalmente debido a la incertidumbre económica y al pronunciado aumento de los precios, que no fue acompañado por un ajuste en los salarios. Para el consumidor promedio, todo resultó costoso, lo que llevó a una selección más cuidadosa de compras, priorizando las necesidades más urgentes para resguardar ingresos. Sin embargo, queda una considerable demanda postergada, y se espera que parte de ella pueda recuperarse durante el mes de febrero”, sostuvo CAME.
A estos datos hay que sumarle la baja del 10% promedio en el las ventas de combustibles que se registró en enero, tal como señalaron a Infobae fuentes del sector. Allí jugó un papel muy importante la liberalización de precios que puso en marcha Milei tras el congelamiento que había aplicado el Gobierno anterior. De hecho, YPF espera que en 2024 caigan sus ventas respecto al 2023 en las estaciones de servicio.
En el último Staff Report del FMI para el caso argentino se estimó una caída del PBI de 2,8% en 2024, pero del 5,2% descontando la fortísima recuperación del agro tras la peor sequía de su historia. El organismo anticipó que el ordenamiento de la macroeconomía podría generar una reactivación incipiente de la actividad en la segunda mitad del año. De todos modos, el supuesto es que la inflación cerrará el año en 150% pero con un promedio del 253% interanual.
Al respecto, la consultora Invecq proyectó: “Con todo, la actividad caería 2% en promedio durante 2024: tras un primer semestre contractivo, la economía repuntaría hacia la segunda mitad del año, en caso de que un eventual plan de estabilización tenga éxito; pero, si la situación empeora y la inflación se espiraliza, cabría esperar una recesión aún mayor, del orden del 4% anual”.
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