La sequía y la crisis económica golpearon de lleno al campo y a las actividades relacionadas, como lo es la industria de la maquinaria agrícola. Según indicó el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Eduardo Borri, en el sector se espera que durante este año las ventas caigan entre un 50% y 80% y existe preocupación por las dificultades de mantener los puestos de empleo ante semejante desplome.
En este sentido, Borri comentó que los efectos nocivos de la sequía comenzaron a sentirse en el segundo semestre del año pasado, cuando la falta de lluvias golpeaba de manera brutal al trigo y ya se avizoraba un panorama complejo para los granos gruesos. Como contrapunto, el primer semestre fue bueno en términos de ventas e, incluso, permitió a la industria cerrar 2022 con récord de ventas.
“Los efectos de la sequía arrancó para nosotros justamente en el segundo semestre del año pasado. Ya arrancamos este 2023 con muy baja cantidad de ventas. Hay quienes hablan de una caída del 50%, otros del 80%. Estamos deseosos de que este año pase lo más rápido posible, que la sequía se vaya y que volvamos a tener un 2024 similares a los años anteriores. Hay mucha preocupación en el sector, porque las fábricas han invertido y tomado gente”, manifestó Borri.
Este último punto es uno de los que reviste mayor preocupación. Según Borri, en un plazo de tres a cuatro años la industria de maquinaria agrícolas incrementó su planta de trabajadores en un 40% al pasar de 26.000 puestos en 2019 a 40.000 en la actualidad. “Esto significa que si uno aplica matemática pura ante una caída de un 50% en las ventas y si esto se prolonga por mucho tiempo, lo que está en riesgo es eso. Si no hacemos algo para protegerlos, está en riesgo”, dijo el especialista.
No obstante, el dirigente empresario sostuvo que “Argentina cuenta con una ventaja y es que la mayoría de las fábricas nuestras están localizadas en el interior del interior, en donde el tejido social es muy fuerte y hay mucho vínculo con nuestra gente. Entonces desprenderse de un colaborador que nos costó muchísimo formarlo y conseguirlo, porque no hay gente en el interior, para después el año que viene, cuando pase esta situación de la sequía, tener que volverlo a incorporar es una locura”.
Por otro lado, Borri explicó que la banca pública, ya sea el Banco de la Nación Argentina (BNA) o el Banco Provincia de Buenos Aires, brindan apoyo al sector porque “son dos o dos fuertes jugadores en el financiamiento del agro”, junto, pero en menor medida a las entidades financieras privadas. , obviamente que la banca privada hace un esfuerzo también. En este contexto explicó que la semana que viene firmará un convenio con el BNA para “conseguir un financiamiento específico para el sector, para aquellos que dan prueba de que verdaderamente están fabricando aquí en la Argentina”.
Ley de Fomento
Un reclamo histórico del industria de maquinaria agrícola nacional es poder contar con una diferenciación oficial con aquellas empresas que, si bien están radicadas en el país, solo ensamblan o poseen una integración muy menor con el resto de industria local y, así poder contar con beneficios diferenciales. Es por eso que desde el sector se puja por la aprobación de una Ley de Fomento para la industria local.
Según Borri, el peso del sector de maquinaria agrícola local se encuentra muy por encima de las firmas extranjeras. En este sentido, puntualizó que de los 40.000 puestos de trabajo que se generaron en los últimos cuatro años, el 90% fueron responsabilidad de la industria nacional . Asimismo, planteó que “el 50% de las ventas que se generan en el sector son de productos importados, 50% son nacionales, pero el 70% del financiamiento se lo llevan esos productos importados. Por eso es clave poder defender esta ley como ha tenido la industria automotriz. Es decir, cuanto más integras en la Argentina, más beneficio tenés”.
En esta línea, por ejemplo, el titular de Cafma i marcó que la industria local es superavitaria, ya que “exporta más de lo que nosotros necesitamos para seguir fabricando, pero en el caso de las empresas multinacionales instaladas acá es totalmente lo contrario. Es decir, nosotros tuvimos un superávit de alrededor de USD 60 millones y ellos un déficit de USD 400 a USD 500 millones en el 2022″.
“Las reglas de juego tienen que ser claras”, reclamó Borri y pidió por un esquema similar al de Brasil, en donde “si uno no integra un determinado porcentaje que puede ser del 50%, 60% o 70% a nivel local, no te financian. Entonces, lo que estamos buscando con BNA, por ejemplo, es algo que es específico, pero sin el marco de una ley por ahí no se puede sostener en el tiempo. Cambian los funcionarios, vienen nuevas presiones y esto se termina cayendo. Este proyecto de ley lleva por lo menos más de diez años y damos vuelta y damos vuelta cada vez que tenemos una nueva instancia”, dijo el dirigente empresario.
Por último, el titular de CAFMA adelantó que “es posible” que el diputado Marcelo Casaretto, llame a la Comisión de Industria para darle tratamiento al proyecto de fomento, pero “cada vez que estamos cerca de un tratamiento aparece el lobby con intereses distintos. No estoy en contra de lo importado, pero no podemos comparar el agregado de valor nacional con levantar un teléfono y traer una máquina de afuera. A mi entender, los diputados y senadores tienen que hacer su trabajo. No puede ser que estemos en campaña permanente, olvidándonos de los trabajos que necesitamos hacer”.
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