Disfrutar del mundo gastronómico es una de las actividades de esparcimiento favoritas para los argentinos, en particular para los jóvenes, pero no es la más accesible para el bolsillo.
Según datos oficiales, en los últimos cuatro años los precios de los restaurantes -rubro que el Indec mide junto con la hotelería- subieron 1.982%. En ese período (abril de 2020 vs abril de 2024), los salarios aumentaron 1.338%, en el caso de la evolución de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) que es más alto que la media general que comprende a los ocupados en la informalidad.
Eso quiere decir que, desde la pandemia hasta hoy, los menús de los restaurantes se incrementaron 644 puntos porcentuales más que los salarios. Dicho de otra forma, se encarecieron en términos reales. Las consecuencias están a la vista.
Según el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercios y Servicios (CACyS), en abril el consumo sufrió una baja interanual del 4,5% y en el caso específico de la gastronomía, empresarios consultados por Infobae, destacaron que la caída fue mucho más pronunciada.
“Estamos vendiendo entre 15% y 20% menos que el año anterior. Noy hay plata en la calle y se nota mucho. Hay menos consumo local y el turismo está traccionando menos”, comentó un empresario gastronómico de Zona Norte.
Estamos vendiendo entre 15% y 20% menos que el año anterior. Noy hay plata en la calle y se nota mucho. Hay menos consumo local y el turismo está traccionando menos (empresario)
“Intentamos ajustar nuestros precios, pero es un equilibrio delicado; no queremos ahuyentar a los clientes con tarifas más altas. También hemos estado buscando formas de reducir costos sin sacrificar la calidad, pero no es fácil. Estamos explorando opciones, como renegociar contratos con proveedores y trabajar con menos gente, pero cuesta mucho cerrar los números a fin de mes”, agregó la fuente.
Un referente de un restaurante de Mendoza contó a este medio que las ventas han caído cerca de 10% en las últimas semanas. “El año pasado tuvimos un buen nivel de consumo en mayo y junio gracias a la enorme afluencia de chilenos, pero ahora no están viniendo y los mendocinos están consumiendo poco”, comentó.
En relación a las subas de precios, el empresario dijo que los valores al consumidor final han subido por encima de otros rubros, pero aseguró que sus costos se han ajustado a un ritmo aún mayor.
“Los precios de los insumos básicos como frutas, verduras, carnes y productos lácteos han subido más de lo que dicen las estadísticas. A eso se suman los incrementos de los servicios públicos”, sostuvo el informante.
Escenario crítico
Fabián Castillo, presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Bs. As. (Fecoba) y vicepresidente de CAME, advirtió que el presente del sector gastronómico es “delicado” y no escapa a la realidad del resto de las actividades.
“La cadena de valor en Argentina ha enfrentado numerosas situaciones anti productivas en las últimas décadas. Después de 25 años como dirigente, he visto cómo se intentaba tapar los problemas, similar a lo que ocurrió durante la pandemia, buscando soluciones temporales. Hoy, seguimos enfrentando desafíos similares, especialmente en el sector pyme, que constituye el 99% de la población y el 70% del empleo, pero recibe poca atención”, explicó Castillo.
Castillo subrayó la necesidad de reducir la presión fiscal y facilitar el acceso a créditos a pymes
Durante la pandemia, aproximadamente 20.000 pymes se vieron obligadas a pasar a la informalidad. Ante esta situación, Castillo subrayó la necesidad de reducir la presión fiscal y facilitar el acceso a créditos. “Gestionamos continuamente ante los administradores del Estado para que escuchen nuestras demandas. Representamos a 240 cámaras con diversas problemáticas, incluyendo la hotelería y gastronomía”, añadió.
Demanda y consumo internacional
La demanda turística también ha caído. “Se ven menos turistas internacionales. Antes uno iba a la calle Florida y veía miles de extranjeros; hoy eso no pasa. Además, muchos argentinos optan por viajar al extranjero durante los fines de semana largos. Eso sin duda impacta en el sector gastronómico”, comentó Fabián Castillo.
El impulso de los consumidordes jóvenesto de la presión fiscal y la inflación continúan siendo grandes desafíos a resolver si se busca incentivar el consumo. “Aunque se ha logrado cierto control sobre la inflación, ahora es necesario fomentar el consumo. El crédito es fundamental para las pymes, y aunque la incertidumbre ha disminuido, sigue habiendo preocupación por los costos energéticos y la falta de gran demanda”, destacó.
El impulso de los consumidores jóvenes
Aunque la gastronomía parece “atrapada” entre la baja del consumo y las subas de costos, el sector tiene un as bajo la manga que puede ayudar a traccionar la actividad: el público joven. Las nuevas generaciones están redefiniendo los patrones de consumo en la gastronomía.
“A diferencia de generaciones anteriores, los jóvenes actuales no se preocupan por adquirir bienes durables como autos o viviendas, ni siquiera por ahorrar”, dijo a Infobae Damián Di Pace, analista económico y director de la consultora Focus Market. “Sus gastos se enfocan mucho más en servicios, destacando las salidas gastronómicas y el turismo”.
“Este cambio de prioridades ha impulsado el crecimiento de ciertos sectores, especialmente la gastronomía. Las salidas a bares y restaurantes se han vuelto una parte integral del estilo de vida de los jóvenes”, observó el especialista.
Di Pace subrayó que el rubro de los aperitivos es uno de los grandes ganadores en este segmento: “El aperitivo está asociado a la figura del barman y a tragos espirituosos frutales, lo que ha llevado a un auge en los bares especializados en este tipo de bebidas”, continuó.
El rubro de los aperitivos es uno de los grandes ganadores en este segmento (Di Pace)
Di Pace contó que las marcas tradicionales están adaptándose a este nuevo panorama, aunque todavía tienen mucho camino por recorrer en plataformas de streaming, un canal clave para el público joven. “Marcas de cervezas, aperitivos y lácteos están intentando acercarse a estos consumidores a través de estrategias innovadoras”, analizó.
Los hábitos de compra también han cambiado. “Los jóvenes priorizan los productos de primera necesidad y eligen según el precio antes que la marca. Muchos prefieren la modalidad pick up, donde compran online, pero recogen en tienda para evitar costos adicionales”, destacó Di Pace.
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