En una economía que arrastraba un ritmo de inflación vertiginoso del año anterior, con un pico de 25,5% en diciembre 2023, y poco más de una década sin crecimiento del PBI promedio por habitante, que es una de las consecuencias más palpables de los desbarajustes monetarios y fiscales que predominaron en ese período, no sorprende que los ingresos en valores reales de la población hayan perdido poder de compra, sean jubilados o trabajadores.
De ahí que, por el contrario, frente a un proceso de clara desinflación, en particular acelerado desde febrero último, al menos en comparación con las previsiones que hacían las consultoras locales que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado que hace el Banco Central de la República Argentina para marzo y meses siguientes, no sorprende que los salarios y jubilaciones comenzaran a mostrar señales de lenta recuperación y a partir de ahí los indicadores de consumo, en todos los casos respecto del mes inmediato anterior, no así en comparación con el año previo.
Con base real igual 100 en enero de 2007 el índice del SMVM descendió a 45,30 puntos en enero; el Ripte a 74,99 en febrero y el de la jubilación mínima con bono a 62,22 puntos, también ese mes
Los datos hasta abril que surgen de las estadísticas oficiales de Salario Mínimo Vital y Móvil; Remuneración Imponible para el Trabajador Estable (Ripte) –estimado en base al adelanto que hizo el ministro de Economía sobre la base de un relevamiento de la Secretaría de Comercio de que habría superado a la inflación de ese mes (toma en cuenta al conjunto de los asalariados registrados por el Sistema Integrado Previsional Argentino, con una antigüedad mínima de 13 meses, del sector público y privado, por el componente remunerativo)–, y el haber mínimo previsional con bono complementario, dan cuenta de que en entre enero y febrero últimos se registraron los valores mínimos en términos reales (ajustados por inflación).
Con base real igual 100 en enero de 2007 el índice del SMVM descendió a 45,30 puntos en enero; el Ripte a 74,99 en febrero y el de la jubilación mínima con bono a 62,22 puntos, también en el segundo mes del corriente año.
Mientras que las mejores relaciones en capacidad de compra de las canastas de indigencia y pobreza para un adulto –en este caso la serie ininterrumpida disponible en el sitio del Ministerio de Economía parte desde enero 2013–, se anotaron en los picos de las pandemia de Covid-19 para los perceptores de la jubilación y pensión mínima, con 4,02 y 1,66 veces, respectivamente, muy lejos del poder adquisitivo actual que cayó a 2 y 0,9 veces, en cada caso.
Los expertos en el análisis y estimación de la canasta promedio del adulto mayor destacan que esas relaciones son sensiblemente peores para jubilados y pensionados, por la incidencia que tienen los gastos en medicamentos y cuidados especiales.
Las mejores relaciones en capacidad de compra de las canastas de indigencia y pobreza para un adulto por parte de jubilados y pensionados se registraron durante la crisis sanitaria de 2020 y para los asalariados en 2013
En el caso de los asalariados, siempre respecto del valor de la Canasta Básica Alimentaria y Canasta Básica Total para un adulto, los mejores índices tuvieron lugar predominantemente en el curso de 2013, ya con cepo en la economía y controles de precios, aunque sin la magnitud de los desequilibrios acumulados en el último año, con 0,4 y 10,4 veces el umbral de indigencia (CBA) para quienes cobran SMVM y Ripte, respectivamente, y 0,2 y 4,3 veces, sucesivamente respecto del umbral de pobreza (CBT).
En cambio, si se vinculan los ingresos con la inflación general se obtiene que los niveles máximos se registraron durante la crisis sanitaria para los jubilados y pensionados de la mínima con 135,4 puntos base 100 en enero 2007 –actualmente está en 77,3–; en octubre 2011, preimposición del cepo cambiario, para la franja de trabajadores con remuneraciones en torno al valor de referencia piso del SMVM, con 118,7 puntos –hoy arroja 46,9– ; y un año y medio después, en mayo 2013, para el promedio de los trabajadores registrados en el SIPA, con 135,1 puntos, para abril se estimó en 77,2 puntos.
A dólar de mercado y oficial
Los resultados en cuánto a valores máximos y mínimos de la serie cambian notablemente cuando la variable de referencia es el tipo de cambio de pesos por dólar, tanto cuando se toma el oficial como el libre.
Así, en el caso de la paridad que fija discrecionalmente el Banco Central para la liquidación del comercio exterior y las transacciones financieras autorizadas, los mínimos de la serie que se inicia en enero de 2007 tuvieron lugar en agosto de ese año para las jubilaciones, sobre el fin del gobierno de Néstor Kirchner, con USD 168,25; en enero de ese año para el salario promedio registrado, USD 550; y en enero último para el Salario Mínimo Vital y Móvil, ya con la presidencia de Javier Milei, al demorarse la corrección tras el sinceramiento cambiario del 13 de diciembre 2023 que lo llevó del equivalente a USD 413 en noviembre a USD 243 y luego a 191 dólares.
En esa medición, los máximos se anotaron en septiembre 2015, sobre el fin de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, para las jubilaciones, con USD 458 (en abril equivalió a USD 278); en agosto de ese año para el SMVM, USD 604 (actual USD 254); y en noviembre de ese año para el Ripte, con USD 1.612 (para abril se estimó en 886 dólares).
Niveles objetivo
Como ocurre con el tipo de cambio real de equilibrio, determinar cuáles son los niveles medio a los que deberían tender los ingresos de los argentinos, para poder recuperar el poder adquisitivo perdido a lo largo de la última década, no es un ejercicio sencillo y el resultado será siempre cuestionado, sea porque:
- cambiaron los hábitos de consumo y la carga impositiva;
- mientras las remuneraciones y las jubilaciones se ajustan periódicamente – últimamente con frecuencia mensual en el caso de los haberes previsionales y en algunos salarios de sectores con alto poder de los sindicatos-, la canasta de gasto de los hogares de referencia del Indec se actualiza cada 10 años -está próxima a cambiarse, con base en 2018, aunque también ya quedó en parte “vieja” por la irrupción de las billeteras digitales y aceleración del avance de la tecnología en las empresas y familias-;
- no existe una serie larga por rama de actividad;
- no existen estadísticas oficiales sobre los cambios en la productividad del uso de los factores, en particular del trabajo.
Una aproximación muy simple y rudimentaria es comparar los valores actuales en términos reales y en dólares con el promedio de la serie histórica de 18 años, arroja los siguientes resultados:
- Jubilaciones y pensiones de la mínima, con bono: Ajustadas por inflación la media de la serie es de 100,45 base enero 2007, recuperar ese nivel requiere de un aumento real de 23%. Ese ejercicio en dólares al cambio oficial ubica el valor de referencia en USD 300,1 y en USD 233,9 al libre. En el primer caso está atrasado en 7,5%, en tanto en el segundo el nivel de abril fue 1,2% más alto.
- SMVM: El promedio histórico es de 89,4 puntos en valores reales, 90,5% superior al nivel fijado por el Gobierno nacional para abril último. Al tipo de cambio oficial y libre la media es de USD 389,1 y USD 317,6, respectivamente, 56% y 46% más alto que el fijado para abril último, respectivamente.
- Ripte: Ajustado por la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor el promedio de enero 2007 a abril 2024 es de 113,2 puntos, 47% mayor que el actual; en tanto al tipo de cambio oficial arroja USD 1.083 en comparación con USD 886 del presente; y convertida al libre la distancia se acorta a 11%, USD 847 sobre sobre 755 dólares.
Si como se espera la actividad en general comenzará a consolidar la recuperación, más aún en comparación con la depresión que se registró en el segundo trimestre 2023 cuando gravitó marcadamente la sequía sobre la producción agrícola-ganadera pampeana y su cadena de valor, se afirma la desinflación con la postergación de los aumentos que estaban planificados sobre las tarifas de los servicios públicos, la incipiente recuperación de los salarios podrá afirmarse, aunque en forma muy heterogénea, comenzando por sectores con gremios fuertes, como bancarios, comercio, estatales y personal de casas particulares, principalmente.
Ya se sabe que los haberes de jubilados y pensionados cobraron en mayo y se anunció para junio, con aumentos que, según las expectativas de mercado, habrían superado nuevamente a la tasa de inflación, en particular los que perciben más de la mínima garantizada.
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