Con la llegada de la última confirmación por parte de Chevrolet y de los vehículos importados de Ford este viernes, a lo largo de la semana todas las automotrices argentinas salvo Toyota, han decidido actualizar sus listas de precio. El porcentaje promedio entre todas las marcas, contando los modelos que más aumentaron y los que menos, ronda el 15 por ciento. Esto es debido a que los autos “topeados” no pueden subir su precio para no salir de la escala que impone el famoso impuesto a los autos de lujo, formalmente denominado impuesto interno.
Pero si comprar un auto es más caro y eso implica que quizás haya una retracción en los consumidores, algo que se podrá comprobar recién a fin de mes con los patentamientos de agosto, mantener un vehículo será más caro aún, porque las fábricas modularon o administraron el incremento, pero los insumos aumentaron por encima del 20% en general.
El mejor ejemplo está en las petroleras. Así como Shell, Puma y Axion lo hicieron primero y desde hoy todas las marcas quedaron en la misma situación tras el acuerdo que cerró el sector petrolero con el gobierno para aumentar los combustibles un 12,5% por única vez hasta las elecciones, con los lubricantes no sucedió lo mismo.
El lunes a la mañana, tras conocerse la devaluación de la moneda nacional, los puntos de expendio comenzaron a recibir aumentos en el precio de los lubricantes por ese mismo porcentaje, al menos para las grandes cadenas de mecánica automotor. Sin embargo, en los talleres mecánicos, que compran menores volúmenes a un distribuidor, algunos aumentos fueron variables, y mientras algunas marcas remarcaron preventivamente un 20% a primera hora, otras como las que traen sus productos importados, lo hicieron por encima del 30%.
“Inicialmente todos nos cubrimos hasta ver qué sucedía. Todavía hay proveedores que no tienen precio, pero no podemos dejar de trabajar, así que estos días fue un poco a ciegas. Los repuestos aumentaron un 22% en promedio, y los neumáticos entre un 14% y un 25%, así que la mano de obra aumentó un 25%”, dice el gerente de un centro de servicios en Zona Sur de Gran Buenos Aires.
El 2 de julio pasado, Infobae hizo un relevamiento de precios pensando el mantenimiento preventivo ante un viaje por el inicio de las vacaciones de invierno, tomando como referencia un auto mediano, de segmento B. Para hacer un cambio de aceite y filtros, reemplazo de pastillas y discos de freno, y controlar alineación y balanceo, había que hacer un gasto de unos $125.000, incluyendo repuestos y mano de obra. Ese mismo mantenimiento ahora tiene un valor de $158.000, lo que representa casi un 26 por ciento.
No es exactamente el mismo caso en las concesionarias oficiales. La mayoría de ellas, por no decir todas, tienen acordado un costo único para los service a los clientes. Ese precio lo fija la fábrica para toda la red de concesionarias del país. Esto tiene algunas ventajas, como es la compra de repuestos e insumos en grandes cantidades, con un consecuente mejor precio. Si bien no hay precisiones oficiales, la mayoría de las marcas han contestado que por el resto del mes de agosto, es probable que los service se mantengan en el mismo valor que a comienzos de mes.
Pero hay un rubro que no quizás no se está tomando en cuenta en el costo de mantenimiento de un automóvil y que tendrá impacto en las próximas semanas. Se trata del costo de las pólizas de seguro, que se ve afectado por el valor de los autos, de los repuestos, de la mano de obra y hasta del flete, que se incrementará al menos un 12,5% por el aumento de los combustibles.
“La realidad es que ese impacto todavía no llegó, pero va a llegar desde el mes que viene. Vamos a tener incrementos en lo que son los costos del seguro porque aumentaron los autos y van a volver a aumentar, y porque aumentó el costo de las reparaciones. Con el agravante que tenemos hoy, que se deja un presupuesto en un taller y los repuestos pueden tardar entre 30 y 60 días en llegar, porque no hay, porque no se consiguen, entonces cuando llegan los repuestos, el taller ya no quiere hacer la reparación por ese valor presupuestado y hay que actualizar la mano de obra para poder hacer la reparación. Esos son todos gastos que tienen que asumir las aseguradoras”, dice Martín Gaggi, bróker de seguros al que consultó Infobae.
Las compañías de seguros, como se sabe, tienen un reaseguro internacional para las carteras de los bienes de mayor riesgo o valor, entre las que están los autos importados, por ejemplo. Ese reaseguro se paga en dólares, por lo que la devaluación impactará directamente en el costo de las pólizas. Si a ese aumento inevitable, se suman el aumento de todos los insumos y costos puros, como los autos, repuestos y mano de obra, es probable que el aumento del costo que tendrá asegurar un automóvil ascienda por lo menos un 25% a partir de septiembre.
“Frente al aumento de la suma asegurada de los vehículos, aumenta de forma lineal y en la misma proporción el seguro. Más allá del aumento de la siniestralidad, más allá de la dificultad para conseguir repuestos y del aumento mismo del precio de los repuestos. El aumento de los vehículos es verdaderamente incierto porque estamos viendo que el aumento es en relación al dólar paralelo y no al dólar oficial, y eso también incluye a los usados, los arrastra, porque se animan a aumentarlos en la misma proporción. Va a impactar desde ahora, pero especialmente dentro de dos o tres meses, cuando haya que renovar las pólizas actuales y las aseguradoras actualicen las sumas aseguradas, todo el mercado va a verse impactado en la misma proporción”, le contesta Juan Ignacio Perucchi, Gerente General de Libra Seguros. Y completa asegurando que “el aumento en septiembre será de un 20% como mínimo, dependerá mucho de qué cobertura y qué vehículo se trate, pero en promedio, ese 20% va a estar”, concluyó.
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