El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, protagonizó hoy un cruce con el diputado de Juntos por el Cambio y uno de los principales asesores económicos de Patricia Bullrich, Luciano Laspina, al participar de un evento en el que dejó algunas definiciones respecto del futuro plan económico en un eventual gobierno de Sergio Massa.
Aunque no brindó mayores precisiones, dejó en claro que en ese caso, la salida del esquema de fuertes restricciones cambiarias será gradual y dependerá, en gran medida, del flujo de divisas que, ya en un año sin sequía, logre acumular el Banco Central.
“Para bajar la brecha hace falta armar un dispositivo que implica contar con más dólares”, empezó a explicar Rubinstein. “Este año no se pudo hacer porque la sequía costó USD 21.000 millones. En 2024 eso se va a revertir -dijo-, va a ser un año más propicio”.
En ese sentido, consultado sobre cuál era el plan ideal para estabilizar el mercado cambiario de las tres opciones sobre la mesa -sin contemplar la dolarización que, se sabe, el Gobierno rechaza- es decir, desdoblamiento, unificación o continuidad de las restricciones, el funcionario afirmó que se trata de “una secuencia”. La reducción de la brecha y el levantamiento del cepo es, dijo, “una secuencia que admite distintas alternativas. La Argentina puede llegar a conseguir USD 5.000, USD 10.000 millones para lograr el respaldo de su moneda. Los tiempos dirán cómo evoluciona la crisis financiera”.
“Todo lo que es distributivo como Ganancias es discutible. Son cosas válidamente discutibles como en todas partes del mundo.” (Gabriel Rubinstein)
Los dichos de Rubinstein se produjeron en el contexto del encuentro “Reinventando Argentina”, organizado por Forbes, en el que minutos antes había participado Laspina. El economista y legislador por la oposición había dejado planteado, en ese escenario, un pedido para el equipo económico. “Le pediría que deje de tomar medidas que dinamitan la economía”, planteó en el marco de la campaña electoral.
“Voy a tratar de hacerle caso todo lo posible”, fue la respuesta del funcionario que reconoció que “todas las medidas fiscales que se tomaron son expansivas, pero hay cosas a considerar: Ganancias impacta más el año que viene, por ejemplo. Nuestro objetivo es que el Parlamento discuta un superávit fiscal del 1% del PBI para el año que viene” afirmó al tiempo que también admitió el debate por la regresividad del proyecto que el Senado se apresta a aprobar.
“Todo lo que es distributivo como Ganancias es discutible. Son cosas válidamente discutibles como en todas partes del mundo. El criterio histórico de Massa ha sido que la cuarta categoría no pague. Otras (medidas) son de corto plazo para compensar la devaluación. Nosotros buscamos que tengan el menor impacto fiscal posible, no solo por lo que pide Laspina”, afirmó Rubinstein quien agregó que, a contramano de las medidas que están adoptando por estos días, “la solución es el superávit fiscal”. A partir del próximo gobierno.
“Para mí, gran parte de la solución es que se llegue rápidamente al superávit fiscal. A lo largo de este tiempo hubo una baja del gasto real. Nosotros hablamos de bajar gastos tributarios, pero eso también es subir impuestos desde un punto de vista técnico –advirtió-. Es necesario eliminar el déficit fiscal para cortar con la inflación. La discusión sobre cómo hacerlo es una cuestión que debe definir la política, aunque obviamente tiene consecuencias económicas”
En ese contexto, consideró que lo más importante es que todas las fuerzas políticas coinciden hoy en la necesidad de ordenar las cuentas públicas y recordó que en esa línea se inscribe el proyecto de Presupuesto que se presentó ante el Congreso. “Por supuesto que el próximo gobierno tomará decisiones” admitió y volvió a destacar que “si no sacamos el déficit, no vamos a poder cortar con la inflación”.
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