(Desde Santiago, Chile) La periodista Ivonne Toro reveló escalofriantes detalles de la reciente confesión hecha por Hugo Bustamante, más conocido como el “asesino del tambor”. El psicópata, tras varias entrevistas llevadas a cabo en la cárcel donde cumple cadena perpetua por el homicidio en julio del 2020 de su hijastra, Ámbar Cornejo (16), le reveló sus dos primeros homicidios cometidos el año 1996 – de un total de cinco hasta ahora -, a modo de “regalo” para el libro que la profesional escribe sobre la malograda adolescente.
Toro contó que visitó seis veces a Bustamante en la cárcel de Rancagua (90 kms al norte de Santiago). “Llego con todos los antecedentes y empiezo a conversar con él, y calza con todo el perfil de lo que he leído de lo que es un psicópata de manual. Sólo no me calza que según todos los antecedentes que he recogido, los crímenes comienzan mucho antes”, dijo en entrevista con CHV Noticias.
“El primer homicidio (conocido) es el de Verónica Vásquez (49) y su hijo Eugenio (9) cuando él tenía 40 años (en 2005, cuyos cuerpos ocultó dentro de un tambor metálico) y frente a eso, en la inquietud mía, le digo a quemarropa si ha matado a más personas. Y me dice que en ninguna parte sale eso… y esa no es una respuesta normal”, detalló.
Al insistir la periodista en su pregunta, Bustamante le responde: “Le tengo un regalo sobre su pregunta, anote”, entregándole los nombres de Elena Hinojosa (55) y su hijo Eduardo Páez (27), ambos desaparecidos en 1996.
Con esos datos, la profesional se lanzó a buscar a la familia de las víctimas. Una sobrina de Elena, Karen Mascareño, contó que tras la desaparición de sus familiares “pusimos la denuncia, seguimos varias pistas, avisamos lo que había pasado y finalmente se cerró (la investigación) sin responsables. A mi mamá la retaron en la PDI diciendo que no buscara más”.
Ya con más certezas, Ivonne Toro se dirigió a una última entrevista con Bustamante y lo enfrentó directamente, instándolo a confesar su participación en el doble crimen. Aunque se negó en un principio, finalmente decidió confesar el jueves recién pasado.
Al día siguiente, detectives de la Policía de Investigaciones llegaron hasta la casa del homicida en la apacible comuna de Villa Alemana (120 kms al noroeste de Santiago), donde tras una serie de pericias desenterraron los cuerpos esqueléticos de las dos nuevas víctimas, sobre quienes había una inservible denuncia por presunta desgracia.
Según la periodista, en las seis veces que se reunió con Bustamante, nunca mostró arrepentimiento alguno por sus asesinatos.
“A él no le pasaba nada, lo único que le importa es cómo salir de eso sin ser descubierto, sin que, ojalá, no encuentren el cadáver. Él solo piensa en él, nunca ve a la otra persona como persona”, complementó en Meganoticias Alerta.
“Se lo pregunté directamente “¿tenías culpa?”. No, solo estaba pensando en cómo ocultar el cadáver”, remató.
¿Psicópata o asesino en serie?
Tras su confesión varios recordaron un video – tomado por los detectives que investigaban el caso de Ámbar Cornejo cuando aún estaba desaparecida -, en el que se observa cómo Bustamante deja entrar a los policías a la casa donde había enterrado su cuerpo, invitándolos a revisarla exhaustivamente con una sangre fría aterradora, pues en esa casa no solo se encontraba el cadáver de la adolescente, sino también, a solo a dos metros de éste, los cuerpos de sus dos primeras víctimas.
Según Neftalí Caravantes, abogado y académico de la Universidad Central, “un psicópata que da muerte a otra persona y un asesino en serie, son radicalmente distintos. El psicópata en un solo acto criminal puede dar muerte a una o más personas, pero un asesino serial es una persona que mata a una o más personas en lugares y tiempos distintos”.
Para tratar de explicar la perturbada mente de Bustamante, el comisario Gonzalo Ulloa, psicólogo del Departamento de Criminología de la PDI, señaló que en este caso “tenemos un sujeto que nace de una familia disfuncional con presencia de violencia transversal de parte de sus progenitores, con alcoholismo. A temprana edad comienza a presentar conductas desadaptativas. Él antes de cometer su primer homicidio, que ahora sabemos es del año 1996, ya tenía 19 encargos por delito”, señaló a CHV.
“No todos los psicópatas necesariamente cometen delitos. Además, tienen conciencia forense, por lo tanto conocen del daño que causan y de la normativa o la ley. Probablemente lleven una vida funcional, pero las personas que tenga más cerca pueden sufrir de sus estrategias trasgresoras”, finalizó, asegurando que Bustamante calza con ambas clasificaciones.
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