A 24 horas de que se conocieran los durísimos datos oficiales de la caída de la actividad económica durante el primer trimestre del año, algunos indicadores privados tienden a darle la razón a la expectativa de los funcionarios del equipo económico. En ese ámbito prevén que, de la mano de la reactivación del sector agropecuario, la economía haya tocado piso entre marzo y abril para iniciar, a partir de ese momento, un camino de recuperación que algunos admiten podría ser algo más lento y menos pronunciado de lo que se anuncia públicamente, es decir, la famosa recuperación en “V”.
Uno de los datos que animó esas proyecciones provino de la consultora Equilibra, la primera del mercado en publicar su anticipo de actividad económica según el cual, en abril, si bien la economía siguió en picada en la comparación interanual, el derrape de marzo habría encontrado un freno. Esto porque en la comparación mensual, sin estacionalidad, la actividad no tuvo variación en abril respecto de marzo. Es decir, no hubo crecimiento en promedio, tampoco rebote ni recuperación pero tampoco hubo caída. La parte medio llena del vaso.
Claro que ese desempeño no fue homogéneo al interior de cada sector. Muchos de ellos sí continúan en caída, variación que se promedia con el crecimiento de otros rubros, esencialmente en agro y la minería.
“Para abril 2024, el anticipo del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de Equilibra prevé una contracción de 3,5% interanual, con un estancamiento mensual de 0,0% de la serie desestacionalizada”, anunció el reporte de la consultora cuya medición explicó que “en el cuarto mes del año, el EMAE excluyendo el sector agropecuario sufrió una fuerte caída, aunque más suave que la registrada en marzo 2024: -7,2% interanual ( una mejora de 3,1 puntos porcentuales vs marzo 2024). La serie desestacionalizada continuó a la baja y cayó 0,5% respecto a marzo de 2024″.
Es decir que, aun excluyendo al agro, el sector que por estacionalidad muestra a esta altura del año el mayor dinamismo, la actividad registró una variación mensual negativa relativamente menor o, al menos, muchísimo más suave que lo ocurrido entre enero y marzo.
En el sector agropecuario, específicamente, se profundizó su recuperación post sequía ya que según Equilibra trepó 38% interanual y 4% mensual desestacionalizado. “De no haber crecido el agro, la caída del EMAE en abril pasaría de -3,5% anual -6,6 por ciento”.
Así, la actividad económica en el primer cuatrimestre de 2024 sufrió una caída acumulada de 4,8% interanual, lo que modera la caída del primer trimestre que se ubicó en 5,3% según el INDEC.
Otros datos preliminares de actividad convergen con la estadística de la consultora fundada por el ex titular de la Anses, Diego Bossio, y Martín Rapetti. Por caso, los despachos de cementos, indicador clave para la industria de la construcción que venía arrastrando un fuerte derrape, avanzó en abril 4,4% respecto de marzo, siempre con marcadas caídas interanuales.
También la industria automotriz aportó datos positivos en el marco de la recesión. Ya en marzo, el sector había anotado un aumento de producción de 15% respecto de febrero, cuando muchas de las plantas estaban paradas por complicaciones en el abastecimiento de piezas. Con 3 días hábiles menos, en abril la actividad marcó un leve retroceso respecto del mes anterior de 0,4%, lo que indicaría que al menos se pudo sostener el nivel de actividad.
Pero el dato más sorprendente de todos lo aportó ayer la Cámara Argentina de Comercio, según la cual el consumo cayó 4,5% en abril, lo que implicó la mayor caída interanual en lo que va del año. Sin embargo, en la comparación de abril versus marzo, el nivel de consumo se recuperó 0,6%, lo que es una variación positiva marginal pero indicaría el fin de la caída.
“El acumulado en 2024 respecto a 2023 refleja una caída del 3,4% y se espera que la evolución negativa continúe. Lo positivo, es que la variación intermensual (dejando de lado efectos estacionales), volvió a tener un signo positivo de 0,6%”, indicó el relevamiento.
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