La política de congelamiento e incluso eventual disminución de los pesos que emite el gobierno a través de la “Base Monetaria” del Banco Central anunciada por el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, con el objeto de acelerar la “desinflación” de la economía y dejar sin combustible la compra de dólares por parte de los agentes económicos fue analizada con cierto escepticismo por economistas profesionales consultados por Infobae.
¿Y las tasas de interés?
“Lo que pasa es que deberían acompañar (los anuncios) con la suba de tasas de interés”, observó Jorge Vasconcelos, economista jefe del Ieral de la Fundación Mediterránea, quien explicó que el gobierno va a justificar el mayor costo financiero de la deuda (por el traspaso del pasivo del BCRA al pasivo del Tesoro) con la ganancia cuasifiscal de vender dólares en el mercado del Contado con Liquidación (CCL)
Claro que eso sucederá, aclaró Vasconcelos, “siempre y cuando el BCRA compre dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). Además, el economista recordó que en el mercado de CCL se opera con bonos y se preguntó si la nueva política afectará la paridad de los mismos y, por ende, el “riesgo-país”, que al igual que el dólar blue aumentó fuertemente en las últimas semanas.
El economista Iván Carrino explicó por su parte, en un posteo en X que la finalidad del anuncio es eliminar el cepo cambiario. “El anuncio oficial es el siguiente: BCRA va a dejar de emitir pesos para comprar dólares. Mecanismo: emite 900$ para comprar 1 dólar en el oficial. Luego vende en el CCL 0,6 USD (a $ 1500) y recibe los $900 que había emitido. O sea, lo que emite lo absorbe, y se queda con la diferencia en USD. Acumula reservas sin alterar la cantidad de dinero. Parece que el objetivo es que caiga fuerte el CCL y, con menor brecha (“por arriba”), eliminar cepo”. señaló.
Poco después, sin embargo, el propio ministro Caputo le hizo una corrección, señalándole por la misma red social: “Hola Iván. No, la absorción es por la cantidad de pesos. O sea, el Central retira solo los pesos emitidos y se queda con el neto de dólares en la medida que haya brecha. Abrazo.”
Directamente crítico de la medida fue el economista Carlos Rodríguez, quien durante un tramo de la campaña electoral de 2003 había sido señalado por Milei como “asesor senior”, pero no tuvo ninguna injerencia en la actual gestión, de la que de hecho se volvió un severo impugnador.
Sobre la nueva política escribió en un posteo en la red X (antes Twitter): “Otro impuesto de Milei. Antes compraban (dólares) a 900 y lo vendian a 900 + Imp.PAIS de 17,5%. Como ahora bajan el I.Pais y en Dic. desaparece, inventaron esta maniobra de venderlo al CCL que es 900 + brecha y la brecha es 50% o más. Otro curro con la excusa para mileitontitos de que no van a emitir más”.
Esto es, para Rodríguez, los anuncios son un artilugio del gobierno para apuntalar los ingresos del gobierno y afrontar así la carga fiscal inmediata de pasar la deuda del Tesoro al BCRA y la menor recaudación futura por la reducción y el fin de la vigencia del impuesto PAIS (sobre las importaciones y compras de dólares), que en la primera parte del año fue fundamental en el resultado de las cuentas públicas.
En diálogo con Infobae, Rodríguez calificó a los anuncios de “confusos”, al punto que “cada uno interpreta lo que quiere”.
“No saben qué hacer para la apertura del lunes; esto es un manotón de ahogado”, señaló. “Tal vez apuestan a que el mercado piense que el lunes van a abarrotar el mercado del CCL con dólares y este se va a derrumbar y que pensando eso los exportadores que están esperando se apuren a liquidar”.
Si esa fuera la lectura y además se convalidara en los hechos, el gobierno se haría de más dólares, caería el valor del CCL y se reduciría la brecha cambiaria; una carambola a tres bandas, pero muy supeditada a la psicología del mercado.
Algunos números
Vasconcelos hizo algunos números sobre la aritmética oficial. Con una brecha cambiaria como la actual, calculó, “necesitan vender 66 centavos en el CCL por cada dólar que compren en el MULC. Con eso esterilizan los pesos de la operación de compra en el oficial”.
Más allá de que el nuevo esquema resulte plausible, Vasconcelos se planteó otra pregunta: ¿no sería más lógico implementarlo con tipo de cambio flotante? Sería flotación sucia, de todos modos”.
Eso sí, dando algún crédito a los anuncios, Vasconcelos señaló que si el nuevo esquema funciona “debería achicarse algo la brecha cambiaria y por ende, hacerse menos atractivo el dólar de exportación (el blend), justo en un momento en el que los precios internacionales están muy deprimidos”.
Apuesta redoblada
En tanto, Ricardo Delgado, director de Analytica Consultores analizó anuncios a la luz de la preocupación oficial por el aumento de la brecha y la suba de la cotización de los dólares financieros justo cuando se inicia una etapa de meses de escasez de oferta de dólares.
“El gobierno redobla la apuesta. Esto es más extremo que la Convertibilidad, en que el Banco Central podía emitir si tenía como contrapartida el ingreso de dólares a las reservas. Acá dan un paso más, congelan la base monetaria”.
Desde el punto de vista técnico, el gobierno se acerca así al modelo de “dolarización endógena” y desaparición gradual del peso del que en su momento habló Milei.
Por ahora no van a la dolarización, dijo Delgado, por tres motivos: “no tienen dólares suficientes, no tienen el aval del emisor del dólar (esto es, el gobierno de Estados Unidos) ni tienen el aval del FMI”. Además, señaló, “tendrían que pasar por el Congreso”.
Para Delgado, la apuesta del gobierno es “muy fuerte”: intentar ordenar el mundo de los pesos desde lo monetario, pero sin poner mucho énfasis en el mundo de los dólares, sobre los que no tiene mucho manejo. “Como dijo Milei, vamos a meses difíciles: esto se va a dirimir en una convivencia compleja entre el mundo de los pesos y el de los dólares”, concluyó.
Vasconcelos también señaló que una variable a monitorear en las próximas semanas y meses será la predisposición de los chacareros a vender granos (y de ese modo, suplir dólares al Banco Central). Esto sucederá, observó, justo en un momento en que los precios nominales en pesos del trigo y el maíz están incluso en leve baja. Según datos de la Cámara Arbitral de Rosario (principal punto de salida de la agroexportación) el precio Fas del trigo en lo que va de julio cayó 0,4% y el del maíz retrocedió 3,9 por ciento.
En alguna medida, la decisión de que el Banco Central empiece a vender en el CCL parte de los dólares que compra en el MULC, haciéndose de una diferencia, como marcó Rodríguez, corre también en auxilio de la de cerrar la fuente “endógena” de creación de peso por el pago de intereses de Leliqs y Pases.
Endurecimiento fiscal obligado
En un documento del Ieral, antes de los anuncios, Vasconcelos había precisado que el pago de intereses ya se había recortado de modo significativo, de 33,8 % a 3,3 % de la base monetaria entre noviembre pasado y junio de este año, moderando la presión inflacionaria. Claro está que al mismo tiempo el gobierno se obligó a endurecer la política fiscal.
“Debería explicitarse cómo la mayor carga de intereses que habrá de enfrentar el sector público no habrá de complicar el cumplimiento de las metas fiscales. No es un tema menor, dadas las dificultades para bajar el riesgo país y la conexión que existe entre la continuidad del cepo y la necesidad del Tesoro de asegurarse licitaciones exitosas ante cada vencimiento de deuda”, señalaba al respecto el análisis del Ieral.
La compra-venta de dólares por parte del gobierno, para quedarse con la diferencia de cambio, es una forma de hacerse de recursos, con la paradoja de que a ese efecto juega a favor una brecha amplia, que es lo que precisamente se busca disminuir e incluso eliminar.
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