Desde principios de marzo el Banco Central liberó las tasas de los depósitos a plazo fijo a 30 días, que hasta ese momento tenían un nivel mínimo determinado por la autoridad monetaria. La decisión de la entidad conducida por Santiago Bausili implicó un recorte de hasta 40 puntos porcentuales en los rendimientos de las colocaciones a plazo de un día para el otro y, desde entonces, han seguido bajando.
En ese contexto, cada banco ahora puede determinar cuál es el rendimiento que quiere ofrecer por depósitos a plazo en base a su propia estrategia comercial. Aquellos que desean captar más cantidad de depósitos tienden a pagar más y aquellos que tienen un nivel de fondeo que consideran suficiente, o incluso excedente, van a tender a reducirlos.
El cambio regulatorio fuerza a los clientes bancarios a revisar cuáles son los rendimientos en el mercado a la hora de colocar un depósito, de manera tal de obtener el mejor resultado posible.
En ese sentido, el BCRA cuenta con una herramienta que permite comparar rápidamente cuánto paga cada banco. Es un relevamiento voluntario, participan los bancos que así lo desean, que luego la autoridad monetaria compila. Es una herramienta que data de la época en que Federico Sturzenegger estaba al frente de la entidad y con la que, pretendía, se generaba competencia entre las entidades y así las señales de tasa de la política monetaria tendrían un impacto más directo.
En este momento son 25 los bancos que informan al BCRA la tasa que pagan a sus clientes a la entidad y, con esos datos, se puede conocer el ranking de cuáles son los bancos que más pagan por el plazo fijo. Para el ranking no se tomaron bancos que no informen sus tasas por esta vía.
Lo primero que surge a la vista de los datos de la entidad es que el rango entre tasas mínimas y máximas es acotado: hay apenas 12 puntos porcentuales entre quienes más pagan y quienes menores rendimientos ofrecen. Va del 64% nominal anual al 76% nominal anual.
El promedio, mientras tanto, se ubica en 71% nominal anual y la mediana de la muestra es del 70% nominal anual. Son 10 puntos debajo de la tasa de referencia del 80% que paga el propio BCRA a los bancos que colocan en pases pasivos liquidez que no pudieron ubicar en forma de créditos.
Tomando ese último número, del 70%, hablamos entonces de que un plazo fijo en el mercado local tiende a ofrecer un rendimiento efectivo mensual del 5,75% que se traduce, para poner un ejemplo, en que un plazo fijo de $100.000 tras 30 días de colocación, arroja como resultado $105.753,42 de capital más intereses.
Ese rendimiento mensual compara con una previsión de inflación para abril que está en el 12% según el consenso de los analistas consultados cada mes en el Relevamiento de Expectativas de mercado del BCRA. Es decir, no alcanza a empatar el ritmo de avance del nivel general de precios.
Tasas de interés
Desde que asumió en diciembre pasado, el ministro de Economía Luis Caputo se empeña en mantener tasas de interés negativas en términos reales, es decir, que ofrecen un rendimiento que no alcanza a compensar por la pérdida en el poder adquisitivo del dinero a causa de la inflación.}
En diciembre, el BCRA recortó las tasas de los depósitos a plazo fijo a 30 días del 133% al 110% nominal anual. Y a principios de este mes, bajó la tasa de referencia al 80% anual y eliminó el piso de tasas que imponía a los bancos para sus depósitos.
La estrategia, sólo una de las herramientas de un enfoque más amplio, busca evitar que los pasivos remunerados del BCRA (las famosas Leliq, primero, y tras el desarme del stock de esos papeles los pases pasivos) generen emisión endógena de dinero al pagar rendimientos que hagan crecer la masa monetaria a un ritmo mayor que la inflación, entre otros objetivos.
Como el rendimiento de los depósitos a plazo fijo dependen en gran medida de lo que pagan los pasivos monetarios del BCRA a las entidades bancarias, el rendimiento de los plazos fijos se desplomó.
Sin embargo, el esquema macroeconómico inicial de la gestión Caputo no dejó de generar situaciones paradójicas. Pese a perder con creces frente a la inflación, los plazos fijos en pesos terminaron siendo una estrategia interesante medida en dólares. Como el dólar libre y las cotizaciones financieras de la divisa perdieron en dólares, los ahorristas que se quedaron en plazos fijos llegaron a anotar ganancias mensuales del orden del 30% mensual.
Un carry trade que no estuvo exento de riesgos pero que arrojó resultados muy jugosos: vender USD 1.000 dólares, colocar un plazo fijo con los pesos y esperar 30 días para luego recomprar divisas implicó en el pasado reciente cerrar la inversión con USD 1.300 en el bolsillo.
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