Aunque el precio del dólar libre es una referencia permanente para los ahorristas, no hay que olvidar que las estrictas restricciones cambiarias alcanzan a toda moneda extranjera y, entre ellas, también al euro. Por ese motivo, los argentinos también demandan a la moneda única en el mercado negro, especialmente cuando se procura efectivo para efectuar un viaje a Europa.
Las particularidades de una economía con fuertes controles de cambio, como la Argentina, tienen consecuencias insospechadas. Una de ellas es que el euro libre sube más que el dólar libre, pues la liquidez de moneda norteamericana en el mercado paralelo es mucho mayor que la de la divisa europea.
La tasa de cambio en el exterior hoy es de 1,10 dólares por euro. Es decir que el euro vale un 10% más que el dólar. Sin embargo, en la Argentina, un euro vale 1,16 dólares o un 16% más caro cuando se confronta el precio del dólar libre, hoy a $492, contra el euro, a $580 en el circuito informal.
“Se llegó a vender el euro blue a $585 o $590 y la gente lo pagaba. Ya a este punto te conviene ir a Europa más con dólares que con euros. Hay una brecha muy grande, tus dólares compran hoy menos euros, esa es la idea de fondo”, sintetizó un agente financiero consultado por Infobae.
Este euro más caro no aplica al mercado formal, donde se puede demandar moneda europea siempre dentro del cupo mensual autorizado por el equivalente a 200 dólares. Según informa el Banco Nación en su sitio web, el dólar minorista se paga a $272,50, que se hace efectivo a $449,625 por los impuestos. El euro minorista vale $296 y se hace efectivo a $488,40, es decir un 8,6% más caro que el dólar, en sintonía con la tasa de cambio vigente entre ambas monedas en el exterior.
Lo mismo aplica para el dólar “turista” con una carga impositiva del 100 por ciento para consumos por encima del equivalente a USD 300 en el exterior. El dólar minorista promedia en bancos $274,14, que se incrementan a $548,28 para turismo, contra un euro a $296,41 antes de impuestos, y de $592,82 con impuestos, solo un 8,1% más caro, contra un euro “blue” que resulta 16% más caro que el dólar libre.
Este punto es importante, pues hacerse de euros en el mercado formal termina siendo más costoso para el turista argentino que va al exterior, unos $592,82 contra los $580 del precio paralelo, una diferencia que incentiva la demanda de la divisa en el mercado negro.
A la vez, hay una contracción de la oferta debido a que los extranjeros que vienen a hacer turismo a la Argentina liquidan menos a través de los canales informales, pues ahora pueden hacerlo con tarjeta al tipo de cambio del dólar MEP. También en las casas de cambio informales acusan una caída de la oferta proveniente de países limítrofes como Paraguay, donde el euro circula libremente.
El euro libre cotiza a $580 y es más barato que el euro en el mercado formal, que cuesta $592,82 cuando se le aplican los impuestos para consumos en el exterior
Hay que recordar lo establecido por la Comunicación “A” 7630 del BCRA del 3 de noviembre del 2022, donde, con el fin de impulsar los ingresos de divisas del turismo receptivo, se resolvió excluir del requisito de liquidación en el mercado de cambios a los ingresos de fondos con tarjetas de no residentes, cobros por servicios turísticos contratados por no residentes y por cobros de servicios de transporte de pasajeros no residentes. Esto les permite a los receptores aplicar un tipo de cambio más elevado a los consumos con tarjeta en el país de turistas no residentes.
Un agente cambiario explicó a Infobae que ”hay gente que ahorra y se mueve en euros, sobre todo la que va a Europa a veces prefiere cambiar los euros en la Argentina porque acá obviamente te pagan más. Pero hay un problema de oferta; la demanda de euros aumentó en los últimos tres meses y no es por un particular o empresa puntual, es bastante masivo: gente que vende dólares acá contra euros”.
Respecto a la cuenta de “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta”, el Banco Central indicó que en los giros que se hacen al exterior para cancelar los saldos con las empresas emisoras de tarjetas internacionales, se incluyen tanto los consumos que se realizan por viajes al exterior como las compras no presenciales a proveedores del exterior. De forma recíproca, en los ingresos también se incluyen las compras no presenciales que hacen con el uso de tarjetas, a proveedores de nuestro país, quienes califican como “no residentes”.
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