El Gobierno nacional aún no publicó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, pero emitió un comunicado desde la Oficina del Presidente especificando cómo será el ajuste de aquí en adelante. En base a esto, Infobae dialogó con abogados especializados en materia previsional para conocer su opinión y responder a las dos grandes incógnitas: 1) ¿la fórmula alcanza para compensar el terreno perdido?; y 2)¿es lo suficientemente buena como para que los jubilados dejen de perder poder adquisitivo de ahora en adelante?
Antes de pasar a las respuestas, es necesario recordar primero qué dijo Presidencia respecto al modo de ajuste de las jubilaciones: “El mes de abril los jubilados argentinos cobrarán con aumentos mensuales de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor, sumado a un incremento adicional único del 12,5% para ese mes, en concepto de reparación por el daño ocasionado por la fórmula previsional del gobierno anterior”,
Esto significa que se aplicará, sin más, el último dato publicado del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Por ejemplo, como el ente estadístico publica los datos de inflación de febrero a mitad de marzo, para el haber de abril debería aplicarse ese guarismo, que fue del 13,2 por ciento. Así, con cada mensualidad, se aplicará la inflación del antepenúltimo mes o, lo que es lo mismo, el último dato oficial.
En esta oportunidad y de forma excepcional, se otorgará además un aumento del 12,5% como compensación por el poder adquisitivo perdido en los últimos meses. A eso se sumará un bono que se otorgará únicamente a quienes cobren menos de $204.445, con el fin de que la mínima llegue justamente a ese valor. Por el momento, el Gobierno no aclaró si el bono se seguirá otorgando en los próximos meses o si será incorporado directamente al haber mínimo.
¿Se recupera el terreno perdido?
Para el abogado previsionalista Adrián Tróccoli, la nueva fórmula está muy lejos de compensar el poder adquisitivo perdido por los jubilados durante los últimos años. “El problema es que las jubilaciones parten de un haber muy bajo, muy errado. No solo no se compensa el terreno perdido, sino que ni siquiera se trata el tema. El problema no es si el 12,5% cubre enero o no, sino que no estamos mirando nada de lo que quedó atrás”, comentó.
“Desde el cambio en el cálculo de movilidad jubilatoria introducido por el gobierno de Macri (diciembre de 2017) hacia adelante, los jubilados perdieron un 54% de su poder adquisitivo. Para compensar esa pérdida se le debería otorgar a los jubilados una suba del 110%”, insistió.
“En la época de Cristina la fórmula funcionaba bien, pero porque había una inflación en torno al 20% o 30% anual. Luego, cuando la inflación se aceleró, dejó de servir. Fue correcto que se buscara una nueva fórmula de cálculo, pero la propuesta de Macri tuvo un defecto muy grande. Técnicamente le llamamos el rezago, porque medía la inflación, pero con seis meses de retraso”, contextualizó el Tróccoli.
Tampoco la abogada previsionalista Andrea Falcone considera que la propuesta del gobierno de Milei compense a los jubilados por el terreno que perdieron sus haberes en los últimos años. “No compensa ni los últimos años ni lo del primer trimestre. Todas las gestiones asumieron y reformaron la ley, pero al momento de hacerlo, en los empalmes, generaron un ahorro fiscal a costa de los jubilados. Macri, por ejemplo, postergó los pagos un trimestre entre una norma y otra; Alberto Fernández dio más aumento a las mínimas que al resto y ahora Milei reconoce sólo una parte de la inflación de los meses anteriores”, subrayó la experta.
¿Sirve hacia adelante?
La otra gran incógnita, es si la nueva fórmula permitirá que los jubilados dejen de perder. Para Tróccoli, en ese sentido la nueva fórmula de movilidad es aceptable. “Podría ser mejor, pero está bien, porque la pérdida es casi inexistente. Se genera sólo un mes de atraso y se pierde el efecto acumulativo de malos períodos de movilidad. Este decreto acorta al máximo posible el efecto entre la inflación y la jubilación”, explicó.
También Falcone aprobó parcialmente la nueva fórmula. “Los haberes se actualizan cada 60 días y por IPC, lo cual es interesante y positivo, sobre todo teniendo en cuenta que desde la plataforma de Milei se hablaba de desindexar”, subrayó.
“Lo que me preocupa es el tema del bono (en referencia a los montos otorgados durante los últimos meses para compensar a las jubilaciones más bajas). Ese bono lo que hace es encubrir un aumento parcial, que está prohibido por ley. La Corte ya dijo que no se puede dar más aumentos a un sector que a otro. Seguimos convalidando el bono y con eso se disparan los juicios de quienes no los están recibiendo”, advirtió.
Cabe acotar que si, como proyecta el gobierno, durante los próximos meses la inflación sigue descendiendo, las jubilaciones recuperarán alguna parte más de (aunque lejos de todo) el terreno perdido, en la medida que la inflación de los meses previos (y por ende, de las jubilaciones) supere la del aumento de la inflación del mes en que se percibe el haber previsional.
Ese efecto se diluiría si, finalmente, la tasa de inflación se estabiliza o es cercana a cero. En todo caso, que el ajuste sea mensual es algo positivo para los jubilados: en períodos de alta inflación la frecuencia o periodicidad es tan o más importante que la fórmula del ajuste; en definitiva las jubilaciones son flujos mensuales de dinero que se devalúa tanto más cuanto más alta es la inflación o mayor sea el rezago del ajuste de los ingresos jubilatorios.
Hasta 2017, con la ley de movilidad jubilatoria original del kirchnerismo, el ajuste era semestral. Desde principios de 2018 pasó a ser trimestral, frecuencia que mantuvo la reforma jubilatoria de 2020, durante el gobierno de Alberto Fernández, aunque con una fuerte aceleración, a partir de 2021, de la tasa de inflación. Y a partir de abril, será mensual.
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