El miércoles 10 de enero, la Policía Nacional del Perú (PNP) realizó una operación en el distrito limeño de Puente Piedra, que permitió detener a cinco sujetos que presuntamente integran una organización delictiva, dedicada al seguimiento y secuestro de personas.
Entre los retenidos se encuentra una mujer de 61 años, quien aparentemente desempeñaba el rol de realizar seguimientos a sus víctimas. Ella proporcionaba información a sus cómplices, que aguardaban en un vehículo de color negro para llevar a cabo el ataque.
Antes de que los intervinieran, se encontraban yendo a las instituciones bancarias en la zona financiera del mencionado distrito. Su propósito era retirar sumas considerables de dinero en efectivo. En el momento de la detención, los individuos tenían consigo armas de fuego.
Carlos Céspedes, director de Investigación Criminal de la PNP, precisó que los miembros de esta organización delictiva habían visitados otras sedes bancarias, antes de que los intervengan.
“En el tercero se les intervino. Son cinco personas, entre ellas una mujer, quien sería la encargada de ingresar para buscar a su víctima, verificar que retire dinero y posteriormente comunique a los demás integrantes para que, a las pocas cuadras, en un lugar desolado para ellos, les quiten su plata”, explicó en RPP Noticias.
Entre los detenidos se encuentran personas identificadas como Anthony Bryan Seminario Sarmiento, Yuri Luis Guardian Ramirez, Franklin Gerson Apolinario Rivera, Roger Williams Baca Calderón y Rosa Ynés Salas Ramos.
Estos cinco detenidos tienen antecedentes delictivos y serán trasladados a la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la PNP para las correspondientes investigaciones. Se les imputarán los presuntos delitos de secuestro y posesión ilegal de armas de fuego.
Es posible que un sexto miembro de la banda criminal haya fugado, de acuerdo con el director de Investigación Criminal. Él habría escapado del lugar en una motocicleta y se habría llevado consigo algunas armas de fuego. La PNP ya inició una operación policial para ubicarlo y detenerlo.
Secuestros en 2023
Durante 2023, los casos de secuestros en el Perú aumentaron y tuvieron más notoriedad en los medios de comunicación.
En diciembre, se reportó el secuestro de Lucero Trujillo, de 27 años, hija de un empresario local del ámbito frigorífico, quien fue retenida por delincuentes justo frente a la empresa de su familia.
Los perpetradores, identificados como tres individuos de origen venezolano, tomaron por sorpresa a la víctima empleando armas de gran calibre, entre las cuales se incluían una mini-uzi y una pistola, durante el momento del secuestro.
Aunque Lucero fue liberada posteriormente por sus captores tras el pago de un rescate, las similitudes entre su caso y el reciente secuestro de una menor son evidentes: en ambos episodios, los delincuentes estaban altamente armados y llevaban chalecos que simulaban ser de la policía, perpetrando sus acciones sin preocuparse por la luz del día.
A principios del mismo mes, se reportaron dos casos adicionales de secuestro. César Antonio Polo Carrión, un microempresario de 43 años, fue hallado después de haber sido secuestrado durante dos días en la ciudad de Cajabamba, Cajamarca. Sufrió lesiones graves y también le habían amputado tres dedos. Sus captores demandaban S/500,000 como rescate, y finalmente fue liberado gracias a una llamada anónima que alertó a las autoridades.
En octubre de 2023, otro suceso estremecedor paralizó a la ciudad de Trujillo: el empresario Iván Díaz Garrido fue víctima de secuestro perpetrado por individuos que portaban chalecos policiales. Después de pagar un rescate, Díaz fue encontrado con vida, pero mostraba evidentes señales de tortura; tenía tres dedos amputados.
Unas semanas más tarde, un joven de 17 años fue secuestrado en Villa El Salvador y liberado después de cuatro días de angustia. La familia presentó una denuncia tras su desaparición, y las investigaciones condujeron a su localización en Pachacámac, donde logró escapar y solicitar ayuda. Aunque apareció descalzo y sucio, se encontraba estable, y se informó que los secuestradores hablaban con acento extranjero.
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