Desde Río Grande, Tierra del Fuego – El viento y el frío típicos de la Patagonia son más crudos aún en la plataforma Fénix, a 60 kilómetros mar adentro de la costa, donde el primer turno de trabajadores de varios países (Argentina, Francia, Rumania, Brasil y Canadá, entre otras) avanzará desde las seis de la mañana y por las siguientes 12 horas, para poner en producción en los próximos días uno de los tres pozos de gas natural con los que el país buscará consolidar el autoabastecimiento del país e inclinar la balanza energética en su favor.
Quienes conocen el Proyecto Fénix saben que la puesta en marcha del yacimiento offshore será el primer hito de una zona que promete aportar desde finales de este año 10 millones de metros cúbicos día de fluido convencional provenientes de la Cuenca Austral Marítima. Es el equivalente al 8% de la producción argentina y un potencial de sustituir importaciones de 15 buques de Gas Natural Licuado (GNL) durante el invierno, en un país con problemas crónicos de falta de dólares.
A pesar de la inestabilidad, en las últimas décadas el desarrollo del sector hidrocarburífero, especialmente de la mano de Vaca Muerta, muestra un balance más que positivo sin una ley especial para el sector y previos al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
“Es un estilo de vida que para algunos resulta difícil. Amamos esto y sabemos que somos parte de algo más grande que nosotros mismos”, describió a Infobae un operario francés que lleva cuatro semanas sobre Fénix, volverá próximamente a su tierra por ese mismo tiempo y luego regresará a su puesto, en un régimen que comparte con muchos de sus compañeros.
En el caso de la Cuenca Austral, desde el 2022 que tres empresas invirtieron USD 700 millones para que Fénix ya sea casi una realidad. Entre la francesa TotalEnergies, futura operadora, y la estadounidense Wintershall se dividieron el 75% del total desembolsado. La firma argentina Pan American Energy (PAE) puso el 25% restante.
La plataforma operada por Total, que lleva 45 años en el país, es la sexta en el Mar Austral. “Somos el principal operador privado de gas natural de la Argentina, con el 25% del total. Con la puesta en marcha de Fénix concentraremos el 33%, es decir, que de cada 10 milaneses que se cocinan en un hogar, tres se hacen con nuestro gas”, explicó un trabajador de la firma francesa.
A pocos días de que el primer pozo del proyecto Fénix comience a operar, Infobae recorrió el rig de perforación y la plataforma de 4.800 toneladas ubicadas a 60 kilómetros de la costa de la ciudad de Río Grande, en Tierra del Fuego, lo cual demanda un viaje en helicóptero de unos 30 minutos, y a unos 200 kilómetros al sur de las Islas Malvinas. La estructura es imponente, aunque se pierde entre la inmensidad del mar. Ese hito sumará en el corto plazo unos 5 millones de metros cúbicos de gas al día y se llegará a 10 millones cuando estén en funcionamiento los tres pozos.
El fluido será transportado por un gasoducto submarino de 36,5 kilómetros especialmente construido para conectar Fénix con Vega Pléyade, otra plataforma offshore operada por Total, y luego será enviado a la planta de tratamiento fueguina de Río Cullen por la continuidad del ducto con una extensión de otros 70 kilómetros. Allí se separarán los líquidos y el gas será enviado al Gasoducto San Martín para cruzar el Estrecho de Magallanes y viajar 2.000 kilómetros hasta Bahía Blanca.
Restan tres perforaciones más, ya que uno de esos pozos quedará como reemplazo ante una eventual contingencia. Los tres pozos juntos deberán ingresas en funcionamiento para antes de fin de año según la estimaciones que realizaron las tres empresas que comandan el proyecto. La inversión de USD 700 millones esperan recuperarla en unos cuatro años, por lo que después de ese período comenzarán a ver las ganancias.
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