El príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa Camila, duquesa de Cornwall, llegaron este domingo a Cuba en una visita histórica de tres días, la primera oficial de miembros de la realeza británica al país caribeño gobernado desde 1959 por una dictadura comunista. Esta escala en la gira caribeña podría generar un conflicto entre Londres y Washington, que en los últimos tiempos ha redoblado sus críticas a La Habana por su rol en la crisis política en Venezuela.
En febrero, el senador estadounidense Rick Scott, ex gobernador de Florida, le escribió una carta a los monarcas para pedir que modifiquen sus planes. "Los invito a visitar Florida para conocer de primera mano las seis décadas de atrocidades, opresión y miseria que el régimen infligió a los cubanos", escribió el republicano. "Será recibido por una vibrante población cubana dedicada a poner fin a las décadas de tortura, represión, encarcelamiento y muerte que ha sufrido el pueblo de Cuba", añadió. No fue suficiente para convencer a la pareja.
En la agenda del príncipe heredero no figuran encuentros con disidentes ni con los organismos de derechos humanos que denuncian las violaciones perpetradas por el régimen, ni tampoco ninguna referencia a la crisis política en Venezuela, donde tropas cubanas prestan apoyo al régimen chavista en contra del presidente interino Juan Guaidó.
El heredero de la corona británica arribó a Cuba por la tarde y su primer acto oficial fue una ofrenda floral en el monumento al prócer cubano José Martí de la emblemática Plaza de la Revolución, a metros de la sede del Gobierno de la isla, donde se reunirá el lunes con el presidente Miguel Díaz-Canel.
Antes, Carlos y Camila caminaron por La Habana Vieja acompañados por el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, quien les mostró sitios históricos de la antigua villa, que cumplirá 500 años el próximo noviembre y fue tomada por tropas inglesas en 1762, que derrotaron al ejército español y ocuparon la plaza por once meses.
El martes se espera que el Príncipe de Gales presida la ceremonia de inicio de la construcción de un parque fotovoltaico de financiación británica en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, proyecto estrella del Gobierno cubano para captar capital extranjero y ubicado en las afueras de La Habana.
Ese mismo día la pareja real asistirá a una gala cultural en el Gran Teatro de La Habana "Alicia Alonso".
El miércoles 27, antes de partir en la tarde, Carlos y Camila visitarán el Centro de Inmunología Molecular de La Habana, un sector en el que el Reino Unido busca estrechar la colaboración.
La ajetreada agenda de la pareja en La Habana también incluirá contactos con emprendedores cubanos, recorridos por centros comunitarios, instituciones culturales y una visita a un club de autos clásicos británicos en La Habana. No está previsto, sin embargo, que el heredero al trono visite el Jardín Princesa Diana de Gales, dedicado en la capital cubana a la memoria de su ex mujer fallecida en 1997.
Lady Di se convirtió en un fenómeno global tras casarse en 1981 con Carlos y dedicar su vida a la defensa de minorías y el apoyo de causas sociales. Más aún, su figura generó mayor simpatía cuando se divorció de Carlos en 1992 en medio de una escándalo de infidelidad protagonizado por el príncipe y precisamente Camila Parker-Bowles, con quien luego se casó.
La historia trágica de la princesa Diana culminó en 1997, cuando perdió la vida en un accidente de tránsito mientras intentaba escapar de los pararazzi.
Pero lejos de parecer conocer el homenaje habanero a su ex mujer, el príncipe de Gales anunció que quiere conocer sobre las experiencias cubanas en la aplicación de la agricultura orgánica, el trabajo en las energías renovables, el desarrollo comunitario y la danza.
La duquesa de Cornwall por su parte tiene un interés particular en las iniciativas para combatir la violencia de género, así como los sistemas cubanos de educación y salud.
Carlos y Camila se mostraron interesados en conocer "más sobre el reciente desarrollo del debate ciudadano en redes sociales dentro de la isla, que recientemente activó el servicio de internet móvil". Pero por el momento no se ha confirmado que bajo esa fórmula eufemística la agenda de incluya una reunión con la disidencia local.
Cuba será una de las paradas en el viaje del Príncipe de Gales y la duquesa de Cornwall por varias naciones del Caribe, que incluye Santa Lucía, Barbados, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Granada e Islas Caimán.
Según fuentes diplomáticas británicas, esta visita de tan alto nivel es un reflejo del buen estado de la relación entre el Reino Unido y la isla, que en la actualidad atraviesa por un periodo de renovada tensión en sus relaciones con Estados Unidos, luego de que se estancara el proceso de normalización bilateral iniciado en 2014 por los ex presidentes Barack Obama y Raúl Castro.
Ahora, el actual presidente estadounidense Donald Trump ha reimpuesto las restricciones al comercio y el turismo y ha aumentado sus críticas al gobierno comunista por su presencia con militares y agentes de inteligencia en Venezuela, en apoyo del dictador Nicolás Maduro.
"Por décadas las dictaduras socialistas de Cuba y Venezuela se han apoyado mutuamente en un esquema muy corrupto. Maduro no es un patriota venezolano, es un títere cubano", dijo Trump en febrero.
La Habana y Londres han trabajado por estrechar sus vínculos desde la visita a Cuba en 2016 del entonces secretario de Estado para las Relaciones Exteriores del Reino Unido, Philip Anthony Hammond (actual ministro de Hacienda).
El diálogo bilateral recibió un impulso en noviembre pasado con la breve estancia en la capital británica del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en su primera gira por naciones de Europa y Asia tras recibir la jefatura del Estado de manos del expresidente Raúl Castro en abril de 2018.
Con información de EFE
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