El ministro de Economía Sergio Massa anticipó que enviará, junto al Presupuesto 2024 que ingresará al Congreso a mediados de septiembre, una adenda en la que pondrá en discusión del parlamento todo el entramado de alícuotas diferenciales, exenciones y otros gastos tributarios que tienen vigencia y que representan un costo de recaudación de 2,5% del PBI. El año pasado el Poder Ejecutivo ya había intentado instalar ese debate pero no tuvo repercusión dentro de las dos cámaras.
El jefe del Palacio de Hacienda estimó que el gasto tributario con beneficios impositivos y tasas diferenciales tributarias es de “4,5 puntos del Producto”, aunque no dio más detalles. Desde la Secretaría de Hacienda no contestaron ante la consulta de Infobae respecto a cómo estaría compuesto ese 4,5% del PBI del que habló el ministro de Economía. “Definamos que si queremos ir a 0,9% del PBI (de meta de déficit con el FMI) a déficit cero, cortemos un punto (porcentual) de alícuotas quebradas”, dijo Massa en declaraciones radiales.
La “separata” que fue adjuntada al Presupuesto 2023 hizo referencia a unos 2,5 puntos del PBI. Pero además hay otros componentes que no están incluidos en el apartado de gasto tributario, por otros 2,4 puntos del Producto
La “separata” que fue adjuntada al Presupuesto 2023 hizo referencia a unos 2,5 puntos del PBI (3,6 billones de pesos con la nominalidad proyectada en ese proyecto de ley). Pero además hay otros componentes que no están incluidos en el apartado de gasto tributario, por otros 2,4 puntos del Producto.
En el primer grupo, lo más relevante en términos de costo para el fisco son los gastos tributarios en términos impositivos (1,81% del PBI y una parte menor, de 0,68%, para los regímenes de promoción económica). Del primer subgrupo están las alícuotas reducidas de IVA (0,65% del PBI), como las que tienen las carnes, frutas, legumbres y hortalizas frescas, los productos de panadería, la medicina prepaga y la construcción de viviendas. Y entre las exenciones, están las obras sociales (0,21% del PBI) y servicios educativos (0,11% del PBI).
Entre las exenciones del impuesto a las Ganancias el más oneroso es el de los ingresos de magistrados y funcionarios de los Poderes Judiciales nacional y provinciales (0,16% del Producto) y, menos de la mitad, las ganancias de asociaciones civiles, fundaciones, mutuales y cooperativas (0,07 puntos). También tienen peso, en el impuesto a los combustibles, la diferencia entre las alícuotas aplicadas a las naftas y al gasoil (0,18% del PBI).
En tanto, el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego le insumió al Estado este año 0,35% del PBI en términos de recaudación tributaria. El esquema especial para las pymes, que incluye un pago a cuenta en el impuesto a las Ganancias del 100% impuesto sobre los Débitos y Créditos en cuenta corriente, tiene un costo de 0,15% del PBI.
Hay otro grupo de beneficios fiscales no incluidos entre los gastos tributarios pero que tienen un peso similar a ese 2,5% que sí está listado. Entre ellos, la exención del pago de Bienes Personales para los inmuebles rurales (0,48% del Producto), el no diferimiento del ajuste por inflación impositivo para Ganancias (0,36% del PBI) y detracciones de contribuciones personales (0,19% del Producto).
“Definamos que si queremos ir a 0,9% del PBI (de meta de déficit con el FMI) a déficit cero, cortemos un punto (porcentual) de alícuotas quebradas” (Massa)
El equipo económico continúa por estos días con la diagramación del presupuesto, que deberá ser enviado para su discusión al Congreso el 15 de septiembre, como fecha límite. Desde principios de mes comenzó una de las últimas instancias en ese proceso, que es el cálculo de los servicios totales de la deuda pública interna y externa, junto con el detalle del perfil de vencimientos (intereses, amortizaciones, comisiones) y a qué tipo de acreedor corresponde. Por otra parte, en los despachos oficiales se definen, por estos días, las estimaciones definitivas de ingresos tributarios y, más cerca de fin de mes, una estimación del resultado primario y financiero para cada nivel del sector público.
Tal como adelantó Infobae, el anticipo del proyecto enviado por Massa al parlamento, para el 2024 el equipo económico proyectó “una recuperación de la actividad económica en 2024 respecto de 2023 motorizada por la recuperación del sector agropecuario, debido centralmente a la recuperación prevista en la cosecha de soja y maíz”.
“Asimismo, se prevé la recuperación de todos los componentes de la demanda agregada; en particular, el consumo privado y la inversión, manteniendo un sendero de crecimiento en 2025-2026, mientras que el volumen importado también continuará avanzando, traccionado por el crecimiento económico”, apuntaron en el mensaje que acompañó al proyecto de avance presupuestario.
Algunas de las cifras decisivas de la macroeconomía todavía no son reveladas en este documento en que Economía anticipa lineamientos de gestión, como la inflación, el precio del dólar esperado y otras como el volumen de exportaciones e importaciones proyectado para el año siguiente. Muchos de esos números, incluso, están relacionados con la actual negociación técnica con el Fondo Monetario Internacional.
De todas formas, el avance presupuestario incluye algunos números sobre la recaudación esperada, lo que deja ver de manera implícita cuál es la nominalidad de la economía que espera el equipo económico para 2024. “Se estima que la recaudación correspondiente a la Administración Nacional resultará alrededor del 106% superior a 2023 y mostrará un aumento de 0,18 puntos porcentuales en términos del PBI, apuntalado principalmente por el aumento de los Derechos de Exportación”, apuntaron.
Sobre este último punto, la diferencia está explicada en el efecto comparativo que tendrá el derrumbe en 2023 de ingresos por retenciones. “Los recursos totales provenientes de los Derechos de Exportación se cuadruplicarían en 2024 respecto de las proyecciones para el presente ejercicio, aportando 9,1 puntos porcentuales al crecimiento de la recaudación total. Estos recursos pasarán de representar 0,70% del PBI en 2023 a 1,37% del PBI en 2024. El crecimiento se explica fundamentalmente por la recuperación de los saldos exportables, fuertemente disminuidos en 2023 por el efecto de la sequía”, mencionó el documento.
El jefe del Palacio de Hacienda estimó que el gasto tributario con beneficios impositivos y tasas diferenciales tributarias es de “4,5 puntos del Producto”
En términos generales, proyectaron que “la recaudación de impuestos nacionales y de contribuciones a la seguridad social en el año 2024 se estima que duplicará la proyectada para el año 2023, reduciéndose 0,15 puntos del PBI respecto al año anterior. La presión tributaria pasaría de 22,91% del PBI en el año 2023 a 22,76% en el año 2024. Este cambio en la presión impositiva total responde al efecto neto de modificaciones en el contexto macroeconómico y de medidas de política y administración tributaria”.
Según esa nominalidad esperada, el IVA, que explica el 30% de la recaudación total, tendrá en 2024 un retroceso en términos reales ya que avanzaría solo 81 por ciento. “En términos del PBI, el IVA neto de reintegros se reducirá en 0,83 puntos en relación a 2023, producto de los créditos fiscales originados por las mayores percepciones aduaneras recaudadas el año previo. Esta es la principal variable explicativa de la menor presión tributaria total”, estimó el Ejecutivo. El impuesto a las Ganancias avanzaría 105%, Bienes Personales un 77% y el impuesto al cheque un 103 por ciento.
Respecto al precio del dólar que administra el Banco Central, el avance presupuestario solo informa que “para el tipo de cambio real en 2024 se espera una leve apreciación. Para el período 2024-2025, se espera que el TCN siga acompañando la reducción de la inflación, destacando que la evolución consistente de ambas variables deriva en una trayectoria estable y competitiva del tipo de cambio real”.
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