La orden del Gobierno para que las prepagas retrotraigan parcialmente los aumentos que aplicaron desde diciembre puede ser la clave para que el índice de precios al consumidor de abril, que se hará público a mediados del mes que viene, muestre un regreso de la inflación mensual a un dígito, un hito preciado entre los despachos oficiales.
Ayer, el Ejecutivo ordenó que el 75% de las empresas de medicina prepaga bajen el precio de sus cuotas, ya que deberán recalcular los aumentos que aplicaron desde diciembre tomando como base para el cálculo el Índice de Precios al Consumidor. Al mismo tiempo, la Superintendencia de Salud presentó una medida cautelar ante la Justicia para que devuelvan dinero a los usuarios.
La resolución fue dispuesta por la Secretaría de Industria y Comercio a instancias de la Comisión Nacional de Defensa del Consumidor que “determinó que existen indicios múltiples de un acuerdo colusivo entre las principales empresas de medicina prepaga del país”, según la información oficial.
La medida retrotrae los aumentos operados desde diciembre del año pasado y faculta a las prepagas a aplicar, como máximo, el índice de precios al consumidor para el cálculo de cualquier aumento. Ese tope rige, en principio, durante los próximos seis meses y tiene aplicación inmediata, para las facturas que están siendo enviadas en este momento.
Según distintos cálculos, las empresas de medicina prepaga aplicaron aumentos promedio a sus cuotas de entre el 137% y el 160% desde diciembre a esta parte. Para hacerlo, se apoyaron en la publicación del decreto de necesidad y urgencia 70 del año pasado. El DNU de desregulación de la economía impulsado como una de las principales medidas de este mismo Gobierno. De esa manera, la decisión de poner un tope regulatorio a los aumentos supone una especie de marcha atrás para la administración de Javier Milei.
La intervención del mercado de medicina prepaga tuvo como principal argumento explícito la sospecha de cartelización en el sector. Bien puede haber pesado también el impacto que tuvo sobre el costo de vida, una “guerra contra la clase media” según el ministro de Economía, Luis Caputo, que habría declarado el sector. Pero una obsesión oficial más puede estar pesando detrás del giro oficial: mostrar, todos los meses, una desaceleración en el dato de inflación del Indec.
“De como se implemente la medida por parte de las prepagas implicará el impacto en el índice de precios del INDEC, vía rubro Salud. Si hay devoluciones habrá que ver si el Indec aplica las mismas en la cuota de abril, en cuyo caso el valor de esta caería para luego volver a subir, pero menos de lo que cayó. Si no hay devoluciones, de nuevo, hay que ver si se recalcula la cuota y los índices para atrás o simplemente se imputa un valor de cuota más bajo a partir de abril”, consideró un informe de Outlier.
“En cualquiera de los dos casos, con diferencias de magnitudes, está claro que hay un efecto puntual sobre el índice de precios de abril, que favorecerá los registros de ese mes y que, si se incrementan, por ejemplo, el valor de los copagos o adicionales a las cuotas o se reducen las opciones o calidad de las prestaciones disponibles sin reintegro, no necesariamente reflejara un abaratamiento del gasto en la salud de los hogares de igual magnitud”, agregó el análisis.
Con todo, aún si la aplicación es inmediata e impecable, el impacto no será enorme según señalan expertos.
“Si eliminas el aumento, la inflación te bajaría medio punto. Pero no es ese el concepto: es ajustar por la inflación, con lo cual no creo que se elimine del todo”, comentó Camilo Tiscornia, titular de C&T, a Infobae.
La clave a dilucidar es cómo se van a emitir las boletas de este mes.
“Si ya facturaron con el aumento original, es un escenario. Si no facturaron todavía y aplican lo que dijo el gobierno, en realidad habría una baja de 29% en las cuotas. Claramente es el día y la noche para la inflación del mes. De todos modos, si no se aplica en abril, será en mayo”, agregó.
“Nosotros esperábamos una cifra del ocho o nueve, y esto nos recorta medio punto de inflación en principio”, dijo Sebastián Menescaldi de EcoGo respecto al índice de alta frecuencia propio que elabora la consultora. “Son las conversaciones que ahora surgen, así como fue con los supermercados antes y las promociones, bueno ahora es con las prepagas y después surgirá alguna otra más. Ayuda, al menos al dato del IPC”, agregó.
Pero por más que el impacto no sea enorme, puede tener un efecto simbólico importante, según remarca un análisis de Emmanuel Álvarez Agis en un informe de PxQ. Permitiría el primer dato mensual de inflación de un dígito de la era Milei.
“De acuerdo a lo relevado por el IPC Indec, el aumento acumulado para la medicina prepaga entre enero y marzo fue del 100%, el del salario estuvo en el 51% (asumiendo un incremento de 18% para el RIPTE de marzo) y el de la inflación general (IPC) 52 por ciento. Una retracción de las cuotas a los valores del 10 de diciembre podrían implicar una reducción del IPC de entre -0,3 puntos porcentuales y -0,5 puntos porcentuales, ayudando a volver al dígito mensual en abril”, consideró el informe.
El foco en mostrar los mejores datos de inflación posibles parece haber ganado relevancia para el gobierno, incluso por encima de respetar las máximas de la ortodoxia económica y el principio de no intervenir en el mercado, tal como lo sugieren una serie de giros heterodoxos señalados por PxQ:
– La indicación al sector de alimentos y bebidas de la continuidad del crawling-peg al 2% mensual que desató anuncios de congelamientos bimestrales y trimestrales por parte de algunos retailers.
– El disgusto oficial con las estrategias de pricing basadas en el 2×1 en el sector de consumo masivo y la apertura selectiva de importaciones.
– La indicación respecto a menores tasas de aumentos para los precios de la nafta.
– La tentativa a poner un techo a las paritarias.
– La intervención en el mercado de medicina prepaga.
“La combinación del ajuste fiscal y la pseudo ancla cambiaria con esta tardía y desordenada política de ingresos permite albergar esperanzas de una desaceleración de la inflación. Resta comprender los costos políticos de esta intervención en el mercado por parte de LLA y seguir de cerca la dinámica de los precios regulados, particularmente aquellos con impacto fiscal (tarifas)”, concluyó el análisis.
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