Sufrir un accidente de tránsito es una experiencia traumática comparable con pocas, y sólo quienes han transitado por esa situación pueden comprender la alteración que genera en los involucrados, aun cuando no haya lesiones físicas para ninguna persona. Es por esta razón que muchos automovilistas suelen alterarse a punto tal de no poder pensar claramente en lo que ocurre a su alrededor en los instantes posteriores. En algunos casos, esta confusión puede llevarlos a empeorar el escenario o cometer errores que después tienen otro tipo de consecuencias.
Siempre hay que tener presente que no todos los accidentes son iguales. No es lo mismo chocar en una esquina o a mitad de cuadra en la ciudad, que hacerlo en una autovía, una autopista o una ruta. La principal diferencia entre ambos escenarios es la velocidad, tanto la que se llevaba al momento del accidente, como la que tiene el flujo de tránsito que continúa existiendo alrededor.
Teniendo en cuenta que, más allá de la velocidad, no haya lesiones que impidan moverse a los ocupantes del vehículo, hay dos cosas que se deben hacer una vez que la mecánica del accidente ha concluido y el automóvil se haya detenido completamente: controlar la seguridad del entorno y asegurarse tener la documentación necesaria para cumplir con los trámites que habrá que hacer.
Accidentes en calles o esquinas
Si el siniestro ocurre en este tipo de escenarios urbanos, donde posiblemente no haya otros autos pasando a más que 20 o 30 km/h de velocidad y a una distancia relativamente segura, lo primero que hay que hacer es cortar el contacto del motor. Si el auto tiene llave hay que sacarla, y si es de botón, hay que asegurarse que no quedó encendido y si es así apagarlo. En el tablero no deben verse luces encendidas, excepto las balizas. Si el auto las activa automáticamente, dejarlas funcionando, y si no tiene esa función, hay que encenderlas inmediatamente.
Entonces sí, lo siguiente es constatar que uno mismo y los eventuales acompañantes dentro del auto no presenten lesiones o traumas emocionales. Si hay personas lastimadas o en estado de shock, hay que darle prioridad a esa situación.
Si todos están bien, antes de abrir la puerta para descender del auto, mirar que no venga tránsito que pueda atropellar a quién saldrá del habitáculo y hacerlo con teléfono celular o un papel y lápiz o lapicera para tomar inmediatamente los datos del otro vehículo involucrado, especialmente si ese otro automóvil fue el que ocasionó el accidente, ya que siempre existe la posibilidad de conductores que intenten escapar cuando saben de su responsabilidad en el siniestro.
En caso de que los involucrados se queden en el lugar, evitar una discusión es un buen consejo. Es normal que quien siente que no tuvo la culpa intente recriminarle al otro conductor por su conducta, pero esto, aunque se tenga la razón, sólo puede complicar las cosas. Nunca se sabe cómo reaccionará un desconocido bajo una situación de estrés.
Accidentes en rutas o autopistas
Si el accidente ocurre en una vía de mayor velocidad como puede ser una ruta, autovía o autopista, existe un doble riesgo adicional que hay que contemplar. El primero es que aun cuando se hayan detenido los autos involucrados, puede aparecer otro u otros vehículos que lleguen a muy alta velocidad al lugar y no puedan evitar una colisión con los que están detenidos. El famoso choque en cadena. El otro es que todo lo que ocurra puede durar más tiempo, porque la velocidad de todos los que circulan es mayor. Esto es, el accidente puede seguir varios segundos y hasta un par de minutos también.
Si el auto accidentado puede moverse, es recomendable intentar llevarlo a la banquina por sus propios medios. Nunca empujándolo a pie. En una ruta, esto es posible, pero en una autopista generalmente no, salvo que el siniestro haya ocurrido sobre el carril derecho. Recién con el auto en una zona segura, se puede bajar, siempre mirando antes que efectivamente se pueda hacer sin ponerse en mayor peligro. En ese caso, hay que colocar los triángulos de baliza. Si es posible, hay que intentar poner uno a unos 150 metros hacia atrás y el otro a mitad de recorrido, unos 75 metros. Esto será una alerta para los automovilistas que se acerquen al lugar sin saber que hay un accidente.
Pero si el vehículo quedara detenido sobre el asfalto por el que circula el tránsito, no hay que bajarse sino mantenerse sentado en la butaca. El auto hace de protección y bajar deja expuestos a las personas en su condición de peatones. Deber permanecerse sentado con el cinturón de seguridad colocado y con la precaución de mantener la cabeza apoyada en el apoyacabeza o cabezal de cada asiento. Esto es fundamental porque ante un nuevo impacto desde atrás se podría producir el conocido “latigazo” sobre las vértebras cervicales. En esa condición se debe permanecer, mirando los espejos, hasta estar seguros de que ya no hay peligro de ser embestidos por otro automóvil.
Los papeles y trámites se deben hacer
Entonces viene la parte más engorrosa, que es la de tomar todos los datos posibles del accidente. Si es con la cámara del teléfono será más rápido; si hay que tomar nota, demorará más tiempo. Pero lo que hay que hacer es registrar los daños de ambos vehículos, el DNI y la Licencia de conducir del otro involucrado, constatando que la dirección sea la misma en ambos documentos y si no lo es, pidiéndole al otro conductor que indique su domicilio real y un número de teléfono para poder contactarlo en caso de necesidad. Si es un celular, lo ideal es verificar en ese mismo momento que es un número existente haciendo una llamada. La excusa perfecta para hacer esa verificación es decirle a la otra persona que lo va a llamar para que quede registrado en ambos teléfonos y después lo pueda agendar correctamente.
Lo siguiente que hay que solicitar al otro conductor es su certificado de cobertura del seguro y comprobar que está al día. No hay que olvidar nunca verificar el nombre de la compañía, si hay un número indicado para denunciar siniestros, y que el titular del seguro sea el mismo que el del automóvil.
Entonces, con esos datos agendados o registrados en el teléfono, hay que sacar fotos de todos los daños producidos por el accidente en los autos involucrados y algo que suele olvidarse, registrar también el lugar en el que ocurrió con la mayor exactitud posible. Si es una esquina, el nombre de ambas calles, y si es a mitad de cuadra, el nombre de la calle y de ambas calles perpendiculares a la del accidente.
Una vez que está todo registrado y resuelto el modo de retirar los autos de la vía pública, es necesario hacer una denuncia en nuestra compañía de seguros y una equivalente en la compañía de seguros del otro vehículo accidentado. Para eso es que hay que tener el número de teléfono del otro conductor que intervino en el accidente, porque si él no hace la denuncia en su compañía de seguros, no podrá darse curso al reclamo.
Existe algo llamado CLEAS, que es un círculo cerrado entre diez compañías de seguro del mercado argentino, por el cual, si ambos vehículos están asegurados en una de esas diez compañías, el damnificado del accidente recibe el servicio de reparación de daños de su auto por parte de su propia compañía, que después acuerda con la otra aseguradora la compensación económica del trabajo. Pero en cualquier condición es fundamental que las dos personas involucradas en el siniestro hagan la denuncia en su propia empresa y luego la misma en la compañía del otro vehículo.
Hacer Comentario