La fuerte disparada de los dólares paralelos a raíz de la endeble situación económica y la cercanía de las elecciones agravó un problema que ya era preocupante y que se arrastra desde hace varios meses: la aprobación de los permisos para importar y, peor aún, las trabas para que las empresas puedan concretar sus pagos al exterior. La tensión cambiaria generada en las últimas 48 horas, con una brecha que trepó al 200%, con la presión que ello impone sobre el tipo de cambio oficial y con un Banco Central al que se le vuelve casi imposible terminar el día con saldo positivo, empeoró más aún el escenario de liberación de divisas para pagar las importaciones. “Se está liberando lo mínimo indispensable; está todo pisado”, confiaron desde el organismo monetario.
Estas declaraciones coinciden con las quejas que se escuchan a diario por parte de los empresarios. Meses atrás, lo que más preocupaba era la falta de aprobación de las SIRAs (permisos de importación), pero ya hace varias semanas que la problemática principal pasaron a ser los pagos y cómo hacer para sostener los vínculos comerciales con los proveedores del exterior y que les sigan enviando mercadería. Difícil. En muchos casos, ya dejaron de hacerlo y algunos amenazan con denunciarlos ante organismos internacionales.
Fuentes del sistema financiero reconocieron, en diálogo con este medio, que no se está aprobando prácticamente ningún pago. En un banco aseguraron que en las últimas dos semanas se registraron cancelaciones diarias de apenas el 20% de lo que habitualmente se autorizaba. “Algo se valida desde la AFIP, pero son montos muy chicos. Tampoco se paga en yuanes. Sigue ocurriendo, y cada vez más, que cuando llega la fecha de vencimiento de la SIRA desaparece esa fecha o es reprogramada”, remarcó el directivo de esa entidad.
Sucede que tampoco está habiendo gran liquidación de exportaciones, ni siquiera con los incentivos que el Gobierno otorgó a los sectores cerealero, automotriz y petrolero de poder liquidar el 25% de cada operación al contado con liqui. Es decir que el 75% deben liquidarlo a $350 y el resto, a $963 por dólar, según el cierre de este martes.
“Están llamando a empresas de agro y de energía para que ingresen dólares por anticipado antes del 22, pero si alguien cree que van a salir corriendo a buscar una prefinanciación, no la veo tan clara”, dijo un directivo de comercio exterior de otro banco. Desde el sector del agro, en tanto, aseguraron que en las últimas horas, con la corrida que arrancó el lunes, “ya dejaron de llamar para presionar”. “Ahora le echan la culpa a Milei. No hay nada más para hacer. Ahora hay que esperar al resultado de la elección”, precisó una fuente del sector. A su vez, en una terminal automotriz consideraron muy difícil anticipar liquidación de exportaciones, más aún en un contexto en el que la filial argentina está endeudada con la casa matriz por la imposibilidad de pagar las importaciones.
“Me reprogramaron hace unas semanas una cantidad de SIRA que vencían en octubre y me hicieron lo mismo para noviembre y diciembre. Me agregaron unos 65 días más de plazo. Por otra parte, el lunes tenía que pagar nueve operaciones y sólo me dejaron girar 4; en las otras 5 me sacaron la fecha y no pude pagar. Es una locura, los proveedores ya no nos venden si no les pagamos”, relató el dueño de una firma mediana socia de la UIA. Los casos son tan variados como empresas hay en el país, pero hay un denominador común: las complicaciones para hacer frente a los pagos son cada vez más graves y en el exterior ya pusieron el ultimátum.
Las consecuencias de esta situación se traducen en problemas para producir. Hasta hace algunos meses el principal inconveniente era la falta de aprobación de las SIRA, pero ahora son los pagos y la decisión de los proveedores a dejar de embarcar. Las paradas de líneas productivas o de plantas enteras son cotidianas. Ayer, de hecho, General Motors informó que debió interrumpir temporalmente su producción en la planta de Rosario “por un problema en la cadena de suministro de varios proveedores”. Desde la firma, dijeron que “la producción será reanudada tan pronto se reciban las piezas de los proveedores afectados”.
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