En medio de la caída de la demanda de plazos fijos, la mayoría de los bancos decidió aumentar las tasas de interés para clientes y no clientes. Las subas oscilan entre 1 y 5 puntos porcentuales y varias entidades financieras se acercan a otorgar un rendimiento real positivo (por encima de la inflación).
En este contexto, resulta interesante analizar cuánto están pagando hoy las empresas más importantes del país. El Banco Nación, por ejemplo, pagaba hasta hace unos días una tasa de interés del 33% nominal anual y desde este viernes paga un 37%. Con la nueva tasa, los clientes del Nación pueden obtener un rendimiento efectivo mensual del 3%. En detalle, si se depositan $100 mil en esa entidad financiera durante 30 días, se obtendrá un retorno de $103.041.
También el Galicia tuvo una fuerte actualización. Quienes depositaban dinero a plazo fijo en ese banco obtenían hasta hace poco una tasa nominal anual del 30%; hoy, la tasa es del 35%. Eso significa que, con un depósito de $100 mil, se obtiene a los 30 días un retorno de $102.877 (los $100.000 de capital inicial, más $2.877 de interés).
Más discretos
Otros bancos tuvieron aumentos de tasas más discretos, como es el caso del BBVA, que pasó del 32% al 33,5%, de acuerdo a los números informados por la entidad financiera en su sitio oficial. En términos de valor, la suba de tasa implica una diferencia de $123 cada $100 mil depositados.
Por el momento la entidad financiera con mayor tasa nominal anual no es ninguno de los bancos tradicionales. Se trata del Banco Bica, que ofrece a sus clientes un rendimiento del 40% anual, lo que equivale a una tasa efectiva mensual del 3,3%. Si se depositan $100 mil en ese banco, se obtienen $3.288 de retorno, más los $100.000 de capital inicial, por supuesto.
Por qué suben
El estancamiento de los depósitos en pesos en el último mes y al mismo tiempo un fuerte aumento de la demanda de crédito llevó a los bancos a salir de su zona de confort. Es por eso que las últimas jornadas la mayoría de las entidades definió una suba gradual de sus tasas de plazos fijos, con el objetivo de seducir a los ahorristas y mejorar sus condiciones de liquidez.
Este aumento de los rendimientos tiene múltiples lecturas. Por un lado, es lo que venía reclamando el ministro de Economía, Luis Caputo, al producirse el canje de pases pasivos del BCRA por las nuevas Letras Financieras de Liquidez (LEFI), que emite el Tesoro. Resulta que estas últimas -a diferencia de los pases- están exentas del impuesto a los ingresos brutos (de casi 9%), lo que implica una ganancia automática para los bancos.
Por otra parte, en julio se volvió a acelerar el otorgamiento de crédito, a partir de costos más bajos para los tomadores. Las entidades también se vieron obligadas a tener una actitud más activa, ya que el superávit fiscal provoca que el Estado demande menos financiamiento.
Sin embargo, los depósitos privados se estancaron en julio, lo que enciende una señal de alerta y gatillan la necesidad de subir las tasas.
Si en los próximos meses se mantuviera la misma tendencia de aumento del crédito sin un repunte de los depósitos, el sistema financiero podría enfrentar problemas para seguir haciendo frente a la demanda de financiamiento del sector privado.
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