La petrolera estatal brasileña Petrobras dijo el martes que su consejo ejecutivo ha aprobado una nueva estrategia comercial para fijar los precios del diésel y la gasolina, abandonando su anterior política de paridad internacional de precios del petróleo y combustibles derivados.
Petroleo Brasileiro SA, como se conoce formalmente a la empresa, dijo en una declaración de valores que la nueva estrategia utilizará referencias de mercado como el costo de los proveedores alternativos y el valor marginal para Petrobras.
La paridad de precios de importación – que alinea los precios locales con los internacionales – fue adoptada durante el gobierno de Michel Temer.
Con la norma vigente, la empresa solía vincular los precios locales de los combustibles a las tasas internacionales, como los precios mundiales del petróleo y las divisas, por lo que las fluctuaciones externas se reflejaban directa y automáticamente en el mercado interno.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se había comprometido en la campaña electoral a cambiar esa política en un intento de abaratar el combustible.
La nueva estrategia comercial, dijo el gigante petrolero, “se basa en precios competitivos por centro de ventas, en equilibrio con los mercados nacionales e internacionales, teniendo en cuenta la mejor alternativa accesible a los clientes”.
Los ajustes de precios seguirán realizándose sin una periodicidad definida, evitando transferir a los precios internos la volatilidad de los precios internacionales y del tipo de cambio, añadió.
Petrobras dijo que considera que la nueva política le proporciona flexibilidad para aplicar precios competitivos en consonancia con sus activos de producción y logística en Brasil, ya que compite con distribuidores e importadores de combustible.
Según medios locales, los agentes del mercado tienen muchas dudas sobre cómo funcionará esta nueva política, ya que el petróleo es una materia prima cuyo precio varía en función del mercado internacional.
Brasil compra al exterior el 30% del gasóleo que consume, y un desajuste podría desincentivar la importación del producto.
Petrobras estuvo bajo presión durante el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022), quien cambió los nombres al frente de la compañía cuatro veces en cuatro años debido al malestar generado por las subidas de los precios de la gasolina.
A finales de febrero, el gobierno de Lula anunció la reanudación parcial del cobro de impuestos federales sobre la gasolina y el diésel, suspendido por Bolsonaro, y creó un impuesto sobre la exportación de crudo que suscitó un conflicto con las petroleras extranjeras.
Más de 7 mil millones de ganancias en el primer trimestre
La semana pasada, Petrobras anunció una ganancia de 7.341 millones de dólares en el primer trimestre de 2023, el primero de la gestión del gobierno de Lula.
El resultado es un reflejo del “excelente desempeño operación” de la compañía, dijo en un informe su presidente Jean Paul Prates, quien resaltó el desarrollo de los yacimientos presal.
Sin embargo, las ganancias del primer trimestre, equivalentes a 38.156 millones de reales, reflejan una caída de 14,7% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando alcanzaron 8.605 millones de dólares (44.561 millones de reales), durante el gobierno de Bolsonaro.
Igualmente retrocedieron 11% ante el cuarto trimestre de 2022 (USD 8.245 millones).
El peor desempeño en el primer trimestre responde principalmente a una devaluación de 8% del crudo Brent durante ese periodo, indicó la empresa en su informe.
La empresa también aprobó el jueves el pago de dividendos a sus accionistas de 1,89 reales por acción, por un monto total de 24.700 millones de reales (4.970 millones de dólares).
La petrolera registró en 2022 una ganancia récord de 188.000 millones de reales, unos 36.000 millones de dólares, beneficiada por el aumento global de los precios del petróleo.
(Con información de Reuters y AFP)
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