En un momento en que la dolarización es un tema candente, es vital recordar que no podemos construir el futuro con herramientas del pasado. Lograr la libertad económica de los ciudadanos mediante su propia moneda no es una utopía, sino un objetivo realista y deseable. ¿Que dirían acaso el general San Martin o Juan Bautista Alberdi, quienes siempre abogaron por nuestra primera moneda como un factor de libertad?
La desvalorización del peso es producto de la debilidad institucional del país. Quienes apoyan la dolarización buscan un instrumento monetario que este respaldado en instituciones de terceros, eludiendo la responsabilidad de mejorar las propias. Si no sabés cocinar, ¿aprendés a hacerlo o vivís del delivery? Dolarizar ataca el síntoma, no la causa de los problemas económicos argentinos.
Es momento de sentar nuevas bases y refundar las instituciones para garantizar estabilidad y previsibilidad en nuestra economía. Al mismo tiempo, debemos hacerlo de forma que permita el desarrollo económico a largo plazo y con instrumentos adecuados a los tiempos presentes y futuros. No esta mal imitar o querer relacionarse con la primera economía del mundo, pero no por ser amigo de alguien vamos a usar su ropa.
El dólar fue adoptado en el siglo XVIII y la Reserva Federal, quien lo regula, usa reglas de política monetaria cuya última actualización data de 1935 y que se basan en parámetros particulares de la economía estadounidense. Muy diferentes sería el escenario si en la Argentina se implementase un Peso Digital. En ese caso, tendríamos un instrumento monetario del siglo XXI, vinculado a las variables económicas argentinas. Hoy las monedas digitales o criptomonedas se basan en la tecnología blockchain, que ya fue probada por más de una década desde que el Bitcoin tuvo su génesis el 3 de enero de 2009.
Las CBDC o central banking digital currencies (monedas digitales emitidas por bancos centrales) están respaldadas por reservas nacionales y reguladas por contratos inteligentes (un software) con reglas preestablecidas e inmutables. Esto permite delegar la gestión de la política monetaria en dichos contratos inteligentes en forma autónoma, programados con reglas que usan variables locales como Crecimiento económico, Inflación, Situación fiscal, Tasa de interés y Reservas bancarias. Es decir, reglas que dependen de indicadores económicos y no del humor del gobierno de turno.
El Peso Digital en blockchain podría ser la respuesta a la dolarización, proporcionando una solución actual y adaptada a nuestras características económicas
Las CBDC garantizan transparencia, eficiencia y seguridad en las transacciones, y ya han sido adoptadas en países como Nigeria, que lanzó su moneda digital, el eNaira, o el caso de China que acaba de lanzar el Yuan digital en 23 provincias con una gran aceptación. Por su lado EEUU está estudiando la emisión del Dólar Digital atado a una serie de reformas de la Reserva Federal para una implementación más eficiente.
Estas experiencias también nos mostraron que la educación financiera es esencial para que los ciudadanos comprendan y utilicen estas herramientas de manera efectiva y responsable. La transparencia de la tecnología blockchain además nos permite a todos mantenernos vigilantes.
Con un Peso Digital regido por reglas transparentes, inmutables y consensuadas democráticamente, tendríamos un instrumento monetario público y previsible que controlaría la inflación y aumentaría la confianza en la economía. Cualquier cambio en las reglas que lo regulan requeriría en mi opinión el acuerdo de al menos dos tercios de la asamblea legislativa.
Las CBDC no tienen por qué ser una amenaza para los precursores de la descentralización. Si se implementan correctamente, pueden potenciarla. La adopción masiva y gradual de “billeteras” digitales permitirá que más personas accedan a aplicaciones basadas en blockchain y que estas se conviertan en “pasarelas’' hacia la nueva economía digital, consolidando así la nueva Web3.
En última instancia, la adopción de CBDC y la tecnología blockchain tiene el potencial de cambiar nuestra relación con el dinero, así como el valor y sentido de propiedad que atribuimos a las cosas.
El Peso Digital en blockchain podría ser la respuesta a la dolarización, proporcionando una solución actual y adaptada a nuestras características económicas. Mediante reglas transparentes, inmutables y vinculadas a la economía argentina, esta moneda digital forzaría la creación de instituciones sólidas y previsibles, esenciales para un desarrollo económico a largo plazo.
Al dejar atrás instrumentos del pasado y asumiendo la responsabilidad sobre nuestras instituciones, la adopción del Peso Digital como el CBDC argentino en blockchain, nos encaminamos hacia un futuro más estable, libre y próspero para todos los argentinos.
El autor es CEO y cofundador de Pala Blockchain
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