La severa crisis económica y una inflación desbocada que superó el 210% hicieron que el 2023 haya sido un año difícil de atravesar para los argentinos, donde la gran mayoría de las actividades productivas se vieron afectadas por este contexto, impactando no solo en su rentabilidad, sino también en los niveles de consumo. No obstante, hubo ciertos productos que mostraron el comportamiento contrario.
Uno de los alimentos insignia de los argentinos es la yerba mate, que mostró una variación positiva en los niveles de consumo durante 2023 a pesar del fuerte aumento de su precio en góndola, que solo en diciembre del año pasado fue del 30,7% respecto a noviembre y de la fuerte sequía que afectó su producción. Según un informe del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM), durante 2023 las ventas de yerba mate elaborada totalizaron 325.121.576 kilos, “alcanzando así un récord histórico para esta economía regional”.
El trabajo del organismo nacional puntualizó que “a pesar de un contexto climático desfavorable que complicó la cosecha y una caída en la demanda de varios productos de la canasta familiar, la yerba mate se mantuvo firme y cerró el año pasado con una salida de molino hacia el mercado interno de 285.430.373 kilos”, lo que implicó un aumento de casi diez millones de kilos más que en 2022, equivalente a un 3,5%, y el volumen más alto, por lo menos, desde 2014.
Los restantes 39.691.203 tuvieron como destino la exportación, donde si bien muestra en leve retroceso de unos 612.000 kilos respecto a lo embarcado durante 2022, logró mantenerse en niveles similares de los últimos cinco años a pesar de la caída productiva como consecuencia de la histórica sequía que afectó al agro argentino.
Carne vacuna
También la carne vacuna mostró un signo positivo en este aspecto. Según el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes de la República Argentina (CICCRA), durante el año pasado el consumo per cápita al año aumentó 3,6% en la comparación interanual hasta los 52,9 kilogramos. Este incremento no solo representó un crecimiento de 1,8 kilos por habitante al año respecto a 2022, sino que también fue el nivel más alto de los últimos cinco años.
No obstante, esta mejora estuvo más relacionada con un aumento en la producción de carne como consecuencia de la sequía que con un incremento en el poder adquisitivo de la población. En este sentido, la entidad informó que en 2023 se produjeron 3,286 millones de toneladas res con hueso (tn r/c/h) de carne vacuna, es decir 135.300 tn r/c/h más que en 2022, lo que implicó un incremento del 4,3% anual. De este total, 2,45 millones de toneladas tuvieron como destino el mercado interno (+4,8% respecto al año pasado), mientras que 830.700 toneladas fueron exportadas.
El informe de la entidad explicó que este aumento en la producción de carne no respondió a un aumento de la demanda, sino más bien a las condiciones productivas, que no solo generaron que se vuelquen más toneladas al mercado interno y que los precios se hayan mantenido por debajo de la inflación, a excepción del último cuatrimestre.
“La seca extraordinaria que afectó a las principales zonas productoras del país forzó a los productores a enviar a faena un mayor número de cabezas, con un menor peso promedio en gancho, con el fin de evitar mayores pérdidas, algo que se extendió hasta finales del invierno. Luego la velocidad de crecimiento de la faena se desaceleró de forma apreciable y, a la inversa, los cambios políticos y macroeconómicos registrados en el último mes del año hicieron que la faena retrocediera de manera significativa”, puntualizó el trabajo.
Huevos
Otro rubro que mostró un crecimiento en su participación en la mesa de los argentinos fueron los huevos. Según la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA), el año pasado el consumo per cápita creció 4,35% interanual hasta las 336 unidades.
Este incremento fue aún mayor al nivel de incremento en la producción, que se ubicó en el 2,88% con 15.807.600.000 millones de unidades. No obstante, el fuerte retroceso en las exportaciones, que alcanzó una merma del 33,24% explicó la mayor oferta en el mercado interno.
El presidente de CAPIA, Javier Prida, explicó que “el 2023 fue un año sumamente complicado en primer lugar por la epidemia de la influenza aviar, con un mercado interno bajo un proceso inflacionario y bolsillos menguados de los consumidores a lo que se sumaron restricciones al crédito e incertidumbre electoral que impactaron negativamente en las inversiones”.
“Por su parte las exportaciones fueron afectadas en su competitividad por la existencia de diversos tipos de cambio y dificultades para acceder a las divisas para insumos. No obstante, la industria del huevo apostó a la producción y puede presentar indicadores positivos en esos rubros que muestra su compromiso con el país y los consumidores”, concluyó Prida.
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