Acapulco (México), 29 nov (EFE).- Unos 40 periodistas del puerto de Acapulco llevaron a cabo este miércoles una protesta y se sumaron al llamado de justicia que hicieron previamente reporteros de la ciudad de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, sur de México, después del ataque armado en contra de cuatro de sus colegas, ocurrido el martes.

En Chilpancingo, los comunicadores mexicanos marcharon acompañados de organizaciones sociales para repudiar el ataque a cuatro reporteros, de los que tres quedaron heridos, y exigir garantías para desempeñar su labor.

Los trabajadores de medios de comunicación se movilizaron por las principales calles de la ciudad con pancartas en las que denunciaron que "no se mata la verdad matando periodistas" y llegaron hasta las instalaciones de la Fiscalía General de la República (FGR), a la que acusan de complicidad en los ataques contra comunicadores, por omisión y falta de justicia.

Ambas movilizaciones se dieron un día después de que tres reporteros, de un grupo de cuatro, fueron heridos de bala en un ataque en su contra en Chilpancingo: Víctor Mateo, colaborador de Quadratín Guerrero; Óscar Guerrero, de Primer Plano, y Jesús de la Cruz, de Reporte Guerrero.

En Acapulco, después de las 14:00 horas (20:00 GMT), los periodistas se reunieron en la Costera Miguel Alemán y en un primer momento decidieron realizar su manifestación en la banqueta, pero después bloquearon los carriles de un sentido de la vía turística.

El reportero Ignacio Hernández Meneses, con una trayectoria de 36 años, hizo un llamado a las autoridades ministeriales "a que deben de hacer justicia" por este hecho violento y aseguró que "es una situación grave y preocupante la que se está viviendo en todo el estado de Guerrero".

"Con estos hechos, Guerrero -en Chilpancingo, Tierra Caliente y zona norte- se ha convertido de nueva cuenta en campo minado para ejercer el periodismo, han convertido a Guerrero en zona de silencio, sobre todo en estas regiones, hablo de Iguala, Taxco y Chilpancingo", expuso a medios.

Recordó que el estado de salud de sus colegas es "estable"; sin embargo, dijo, "la situación que se vive en el estado es preocupante, sobre todo porque ninguna autoridad cumple para garantizar las mínimas condiciones de seguridad y no cumplen con garantizar el derecho a la libertad de prensa, la libertad de expresión en Guerrero, eso es grave y preocupante", recalcó.

Mientras que el periodista Xavier Trujillo indicó que lo ocurrió en Chilpancingo el martes era algo inédito, "ya que nunca se había registrado un ataque directo en contra de cuatro reporteros después de realizar una cobertura".

"En Guerrero hacer y ejercer el periodismo es muy difícil en algunas zonas, hay zonas de silencio en las que no se puede realizar trabajo periodístico”, puntualizó.

En Guerrero, durante 2023 se han realizado 17 ataques armados en contra de periodistas, dejando un saldo de dos periodistas sin vida, los cuales se registraron en Acapulco, Nelson Matus y Gerardo Torres, así como algunos más que han sido desplazados.

Mientras que el jueves 23 de noviembre, tres periodistas y dos familiares fueron privados de su libertad en Taxco de Alarcón, en la zona Norte de Guerrero, días después fueron liberados por los presuntos captores, mientras que este miércoles, el último, Alberto Toledo, hijo del periodista Marco Toledo, fue liberado por la mañana.

En lo que va del año en México, considerado el país sin guerra más peligroso para la prensa, cuatro periodistas han sido asesinados en relación con su trabajo, según datos de la organización Artículo 19.

Guerrero vive una ola de violencia del crimen organizado y el narcotráfico al ocupar el séptimo lugar nacional en número de homicidios, con 1.280 asesinatos en los primeros tres trimestres de 2023, según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).

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