Desde su cuenta de la red social Tik Tok, la patrullera Daniela de la Ossa, denunció el acoso sexual y laboral del que fue víctima por parte de sus superiores en la estación de Policía de Cereté, Córdoba, y renunció a su cargo.
Un mayor, también comandante del Distrito y de la estación sería el presunto victimario. Las declaraciones entregadas por la patrullera demuestran las actitudes desobligantes por parte de sus jefes, a quienes ella se negó a acceder a sus solicitudes.
En el video de su denuncia explicó con mayor detalle: “Yo nunca accedí a sus pretensiones sexuales y por eso entonces me llenaban de trabajo, me ponían a hacer muchos trabajos y no me daba tiempo de estar con mi niño. En una ocasión, como yo soy cantante, hubo un evento de acá de los policías y el mayor Roa me invitó a tomar con él y como no acepté me tiró el trago en la cara”, señaló la uniformada, quien además es la madre de un bebé.
En entrevista con Blu Radio, la denunciante detalló que, incluso, hubo actitudes de acoso laboral a través de las cuales se sintió ignorada y perseguida, incluso, cuando le negaron un permiso para estudiar una carrera profesional. La patrullera anunció que ya solicitó su retiro de la institución y realizó la respectiva denuncia ante la Policía Nacional de Colombia y la Procuraduría General de la Nación.
En cuanto a su renuncia afirmó en el video que “quiero dejar claro que yo ya no quiero trabajar más en la Policía Nacional a raíz de todos los acosos y vivencias que tuve. No entiendo por qué no me dejan quieta, si eso era lo que querían, pues ya lo lograron”.
Estas afirmaciones salieron luego de que aún después de que la patrullera presentara su denuncia ante el Ministerio Público, siguió recibiendo el maltrato de parte de sus jefes. Según ella, se “demoró” en poner su denuncia porque tenía “temor”, que, además, aún siente. Apenas llegó de la Procuraduría, de acuerdo con su relato, un auxiliar le comunicó que habían recibido órdenes de ignorarla. “Me encuentro con que una auxiliar me dice: Patru, ahí me están diciendo, nos están ordenando que no le hablemos a usted, por favor aléjese de nosotras y si eso se llega a saber, pues entonces nos voltean y pasamos una mala noche”, y siguió en su relato la uniformada: “pedí prestado el baño y tampoco me podían prestar el baño por órdenes del señor subintendente”.
En su exposición de los hechos, Daniela de la Ossa asegura que “esta discriminación la han hecho porque no me he dejado, no me voy a dejar”.
Dentro de los nombres que la patrullera denuncia, hace referencia especial al comandante Juan Rodrigo Roa, quien es el señalado directo del abuso sexual, y quien además quedó encargado de la estación y que, además, en aras de instigar a la uniformada, le ordenó hacer patrullaje en una moto y con un arma, acción que ella no realizó porque se “sentía incómoda”.
Daniela de la Ossa también indica que “yo estoy denunciando públicamente lo que me está pasando a mí. Algunas patrulleras deciden tomar la drástica decisión de quitarse la vida, yo no. Yo sí voy a denunciar públicamente y lo hice en Procuraduría. Ya no aguanto más acoso laboral y tampoco sexual, simplemente porque no quise acceder a sus pretensiones”.
Su retiro, según sus afirmaciones, se género en gran parte por la dificultad de ser transferida a otra sede de la institución; también por el temor de ser víctima de algún acto por parte de sus presuntos agresores y que después resulte una situación identificada como “suicidio”.
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