Dentro de la ciudad de Buenos Aires está el llamado Triángulo de Agronomía formado por las calles Tinogasta, Zamudio y la Avenida San Martín. Se trata de otro “barrio no oficial” que es parte de Agronomía y fue el último hogar porteño del gran escritor Julio Cortázar: el trazado se denomina Parque Guillermo Rawson, en homenaje al médico, higienista y político argentino que vivió entre 1821 y 1890.
Es un lugar tranquilo con una historia rica que en sus inicios también fue pensado para obreros y con el tiempo se transformó en un rincón con casas que sus dueños fueron reciclando con el confort moderno.
Fue uno de los proyectos de barrios planificados por la Comisión Nacional de Casas Baratas (CNCB), organismo estatal creado por la Ley Nacional Nº 9.677 en 1915, por impulso del diputado Juan F. Cafferata (también dio nombre a este barrio que está en Parque Chacabuco).
Barrio Rawson, como se conoce con más frecuencia, dio sus primeros pasos de obra en 1928 y se inauguró el 8 de Febrero de 1934.
Originalmente se edificó con dos sectores diferenciados. Por un lado, un conjunto de 9 edificios de departamentos de planta baja y 3 pisos altos distribuidos dentro de un parque. Por el otro, 104 casas individuales sobre un trazado de pasajes en una superficie de contorno triangular, entre las calles Espinoza, Tinogasta y Zamudio.
Los departamentos se distribuyeron de a 8 por edificio (en total son 72), contando con hall, comedor, 3 dormitorios, living, cocina y patio cubierto. Las casas unifamiliares contaron con una sala común, 4 dormitorios, baño, cocina, lavadero y despensa.
“Además, el trazado posee una plaza de uso público con un gran tanque de provisión de agua. Así fue como se constituyó este barrio”, dijo a Infobae Yolanda Mabel Roelants, presidenta de la Junta de Estudios Históricos de Agronomía.
El proyecto original establecía que las casas iban a ser otorgadas con un pago mensual que podía ser similar al de un alquiler o planes en cuotas, dependiendo de lo que quisiera la familia a la cual sería destinada. Con el pasar de los años, las casas baratas se convirtieron en propiedades codiciadas y apreciadas por las mejoras que les fueron aplicando los dueños.
Los departamentos están distribuidos en edificios que no tienen más de tres pisos y los vecinos se refieren a ellos como torres. Ana Maria Brandone, secretaria de la Junta de Estudios Históricos de Agronomía, comentó a Infobae que “el hecho de que no haya edificios altos y gigantescos próximos le dan al barrio un oxigeno visual importante algo que se valora mucho en el presente”.
De Cortázar al presente
Como se dijo, en el barrio vivió Cortázar. Roelants, añadió que en homenaje a él “la calle Espinoza ahora lleva su nombre. Y si aún residiera en Buenos Aires, en la última casa que habitó con su madre y su hermana, viviría en Artigas y Cortázar (antes Espinoza); aquí pasó su juventud. Por lo que sabemos, estando en Francia siempre recordó la gran presencia de los árboles, pájaros y la tranquilidad que caracteriza este hermoso lugar en medio de tanto ruido”.
El escritor de obras como Rayuela, Bestiario, Un tal Lucas, París. Ritmos de una ciudad, entre otras, vivió en un departamento del tercer piso del edificio sobre Artigas al 3200 frente a la plazoleta Carlos de la Púa.
“Cortázar habitó aquí, entre 1934 y 1951, cuando venía a ver a su madre y a su hermana Memé. Daba clases en colegios secundarios en Chivilcoy y Bolívar, en la provincia de Buenos Aires y visitaba el barrio los fines de semana. Dos placas en la fachada, como si una no bastara para homenajearlo, indican: En este edificio vivió Julio Cortázar; el clima del barrio Rawson y Agronomía está presente en varios de sus cuentos”, dijo Brandone.
La otra hace mención a la restauración del edificio como patrimonio histórico en 2012.
“En Barrio Rawson conviven, en esas manzanas cruzadas por calles curvas, las casas individuales de dos plantas con reminiscencias pintoresquistas, de puertas y ventanas con detalles de vitral, de macetas y rejas, con 9 edificios de departamentos de tres pisos distribuidos dentro de un parque. En 1977, la vecina Nelly Schmalko, le compró la casa a los Cortázar”, detalló Roelants.
Los vecinos coinciden en que es muy difícil dejar de pertenecer al barrio. Las casas suelen ir pasando de generación en generación. Este triángulo verde es un pueblo de 2.000 habitantes en plena ciudad
Se trata de un lugar muy residencial y próximo con el club Comunicaciones y la Facultad de Agronomía.
Lo inmobiliario
Si bien el barrio mantiene la tranquilidad de otras épocas, está a escasos metros de la avenida San Martín, con el Metrobús y un alto nivel de tráfico.
Román Andrés Paikin, de San Román Propiedades, dijo a Infobae que “logra mantener aislado del bullicio de la ciudad al estar delimitado por el Club Comunicaciones y las Facultades de Agronomía y Veterinaria de la UBA, más una sede del Ciclo Básico Común. Se conservan sus espacios verdes y su añeja arboleda. Es un oasis en la jungla de cemento”.
Las calles y pasajes lindantes a esta área tienen un código de Arquitectura especial (AE); y el resto del barrio es de Unidad de Sustentabilidad de Altura Baja (USAB), por lo cual la altura máxima permitida es de 9 metros. Barrio Rawson está fuera del radar de los emprendimientos de construcción
Hace pocos días el Gobierno de la Ciudad cambió el sentido vehicular de algunas calles para mejorar el tránsito y beneficiar el espacio de estacionamiento. Las calles Julio Cortázar, Tinogasta y Zamudio pasaron de ser doble mano a mano única; Gral. José Gervasio Artigas modifica su sentido de único a doble y Pantaleón Rivarola cambia su recorrido de sudoeste a noreste.
“En este momento la oferta de inmuebles en venta dentro del barrio no supera la docena. Estos inmuebles generalmente son buscados por los mismos vecinos de la zona o sus familiares que conocen el barrio y la zona”, contó Paikin.
La mayoría de la oferta son casas y chalets estilo inglés con terrenos cortos debido a sus manzanas atípicas y sus pasajes. El barrio Rawson es un área de protección histórica (APH), por lo cual no se pueden hacer demoliciones ni modificar sus fachadas.
“Es muy pintoresco y se conserva prolijo gracias a los propios habitantes que mantienen la esencia del barrio. Los fines de semana se pueden ver a la gente trotar por sus calles para llegar a través de allí a los verdes espacios de la Facultad de Agronomía. Se pregona el poco andar de los autos por sus manzanas circulares para elegir el paso de las bicicletas y monopatines”, comentó a Infobae Francisco Nigro, de Francisco Nigro Negocios Inmobiliarios.
Nigro, agregó que las casas van entre “100 y 150 m2 cubiertos aproximadamente con jardín o patio cuyos terrenos no exceden los 20 metros de largo y los departamentos son de aproximadamente 125 m2″.
Los valores de las viviendas parten desde USD 200.000 y escalan hasta 600.000 dólares.
Cerca de este barrio de corte residencial, el centro comercial a cielo abierto más cercano es el de la calle Cuenca entre las Avenidas Beiró y Álvarez Jonte.
“Con el pasar del tiempo estas casas sencillas terminaron por convertirse en propiedades de suma exclusividad. Por otro lado es muy común recorrer este barrio y notar la familiaridad con que se saludan y relacionan los vecinos”, contó a Infobae Giuliana Ferrari, de Guimat Propiedades.
Las casas en dos plantas poseen varios ambientes y actualmente no hay viviendas en alquiler en este rincón porteño.
“Un atractivo que no se puede dejar de visitar si se recorren sus calles es el famoso Bar Rayuela abierto a pocos metros del edificio donde vivió el autor de la obra homónima que homenajea al escritor Cortázar”, concluyó Ferrari.
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