Frente al parque homónimo emerge un complejo habitacional que atesora historias ricas y es un claro ejemplo de cómo llevar adelante proyectos de viviendas colectivas con eficiencia. Se trata del llamado Barrio Parque Los Andes que está distribuido entre las calles Leiva, Rodney, Concepción Arenal y Guzmán en el barrio de Chacarita, uno de los trazados porteños con más futuro inmobiliario.
La construcción la realizó la entonces Municipalidad de Buenos Aires en 1925 con el objetivo de destinar las viviendas a obreros y empleados. Y resultó ganador del concurso previo el arquitecto rosarino Fermín Bereterbide, un joven profesional de ideas socialistas que había ganado el concurso para hacer una casa colectiva en Flores, conocida luego como La Mansión de Flores, que organizó la Unión Popular Católica. Luego, ganó concursos para vivienda colectiva de Pompeya, Los Andes, Flores y Palermo, pero sólo pudo construir el de Chacarita que aún se mantiene en pie.
A lo largo de su vida tuvo una postura muy comprometida con el diseño de la vivienda social.
Cómo se edificó
El barrio de estilo modernista (también racionalista) fue levantado con materiales de calidad y adelantos tecnológicos no comunes para la época, como iluminación y ventilación naturales, contacto con la naturaleza, y espacios pensados y proyectados para habitar.
También llamado como micro barrio el Parque Los Andes consiste en 12 cuerpos de 10 metros de ancho, planta baja y 3 pisos altos. Son edificaciones totalmente independientes y están separadas por espacios de circulación.
“No existen patios cerrados y los edificios no se hacen sombra mutuamente en ningún momento. La distribución de los 130 departamentos fue denominada alveolar, ya que éstos se ubicaron a lo ancho de los edificios, con las habitaciones hacia un lado y los servicios hacia el otro, permitiendo la ventilación y la independencia de las unidades, separándolos mediante escaleras de mármol o dobles muros de ladrillo hueco. Los departamentos poseen puertas realizadas con madera maciza de roble, los pisos de las habitaciones son de pinotea y las baldosas y los herrajes fueron traídos de Francia”, explicó Emilio Fauro, de Fauro Propiedades.
El arquitecto Bereterbide diseñó el área central del conjunto mediante tres patios, con distintas características que lo dinamizan. Este pulmón de manzana posee los espacios comunes para las necesidades y la utilización de la comunidad con la idea de jardín, con senderos con árboles, arbustos, pérgolas, una fuente central; equipamiento para descanso, lugares para jugar, deportes (cancha de básquet) como también espacios para la educación, como jardín de infantes, biblioteca, entre otros.
La manzana consta de 13.224 metros cuadrados, con 12 bloques donde se desarrollaron las viviendas, con una superficie construida de 19.069 m2
“Los departamentos son de 3 a 5 ambientes, con terrazas alguno de ellos. Se desarrollan en planta baja hasta tres pisos. Los 12 bloques respetan la trama urbana, compuesta por la tradicional cuadrícula, y la línea municipal con sus ochavas, poseen homogeneidad formal, con un basamento de ladrillo a la vista, y revoque símil piedra en el resto de los pisos, rematando una cubierta de tejas coloniales”, detalló Gladys Kuscich, experta en urbanismo.
Patrimonial y qué historias encierra
El Barrio Parque los Andes fue declarado en el 2010 como Área de Protección Histórica por el Gobierno porteño en reconocimiento a ser uno de los primeros barrios de vivienda social en CABA.
Mabel Clavijo (además inmobiliaria en Otero Propiedades) que junto con Marta Alsina integran la Comisión de Cultura Barrio Parque Los Andes, contó a Infobae que es un orgullo formar parte de la comunidad de este complejo. “Aquí se filmaron varias producciones entre las que destaca Motivos para no enamorarse, protagonizada por Celeste Cid y Jorge Marrale. Además de otra coproducción con Italia donde se ambientó el Salón de Usos Múltiples del Consorcio y se utilizaron exteriores de patios y veredas”.
También allí se hicieron varias producciones del guionista y director de cine Juan José Jusid.
Alsina, acotó que “en los últimos años se realizaron muchas publicidades en nuestro barrio a través de convenios consensuados con los vecinos y aprobados por el Consejo de Administración conformado por delegados de cada cuerpo edilicio”.
Los propios vecinos que habitan hace más de 40 años son los que promueven las actividades que estimulan la particular forma de convivencia y orientan a quienes se incorporan al barrio.
“El mantenimiento de nuestro barrio que cumplió 95 años no es tarea fácil. Lo vienen realizando ad honoren vecinos arquitectos a través de la Comisión de Mantenimiento como así su parque de 7.500 m2 donde otra comisión de vecinos, la comisión de Parque, asesora y fiscaliza las tareas de jardineros y poda anual”, destacó Clavijo.
Es natural que a través de estos años se produjeran cambios o adaptaciones que nunca pusieron en riesgo el proyecto original. Por ejemplo, la plaza de juegos se transformó en una canchita de fútbol y básquet y la tradicional fuente en el centro del barrio fue acondicionada como espacio con agua durante los veranos para los chicos más pequeños.
También se cambió la iluminación del parque adaptándolo a las nuevas tecnologías.
“Inicialmente este barrio fue habitado por empleados municipales quienes pagaban un alquiler. Pero la Municipalidad de Buenos Aires, dueña del barrio, decidió venderlos en 1968 a sus ocupantes y a partir de ese momento cada departamento es propiedad privada”, dijo Alsina.
Desde ese momento se estableció que el consorcio fuera autogestionado por vecinos elegidos por la Asamblea Anual, así como los delegados de los cuerpos habitacionales que toman decisiones en reuniones mensuales. Este funcionamiento permite que las expensas mensuales sean más económicas (oscilan en $15.000).
Las edificaciones no tienen ascensor (planta baja y tres pisos). Las unidades tienen balcones y distintos metrajes.
Clavijo dijo que “como vecinos somos cuidadosos del legado del arquitecto Bereterbide y respetamos su fachada original aunque en el interior de los departamentos se pueden realizar modificaciones con la aprobación de los Comisión de Mantenimiento y Patrimonio. Por ejemplo, originalmente, las plantas bajas que dan hacia la calle fueron diseñadas como locales comerciales pero actualmente la mayoría se utilizan como viviendas particulares”.
Un músico que habitó el barrio fue el baterista Juan Carlos Black Amaya, y los vecinos recuerdan cuando tocaba allí con Pappo y Luis Alberto Spinetta. Clavijo recordó que algunos vecinos, a principios de los 70, lo resistían al baterista y sus amigos porque a veces tocaban en el parque.
Los propietarios aseguran que vivir allí es como estar en un “oasis en la ciudad”. Hay profesionales que combinan hábitat con el trabajo en su casa en el Parque Los Andes. Residen arquitectos, escritores, productores audiovisuales y como trabajadores de distintos rubros.
Cómo son las viviendas que se venden
Allí se privilegió la relación con los espacios verdes, que ocupan el 63% de la superficie. También el Barrio Parque Los Andes tuvo desde cero agua caliente y teléfono, algo innovador para la época en la que se construyó, y normas orientadas a elevar la calidad de vida.
Hernán Perrone, de Remax Parque, dijo a Infobae que “el proyecto se hizo en una hermosa etapa que algunos denominan el modernismo con techo a dos aguas. Fue levantado originalmente en una zona semi rural que lindaba con una planta incineradora de basura y frente a una enorme plaza”.
Para ello retoma la línea municipal y materializa cuatro ochavas, introduciendo a la vez elementos inéditos, como los tres grandes espacios abiertos en el centro de la manzana, con abundante vegetación, pérgolas, fuentes y equipamiento comunitario.
“En la actualidad muchos de los propietarios han modernizado los departamentos dándole a cada uno su toque personal. Y algunos aún esperan su momento. El complejo posee zonas comunes como patio central con canchas, biblioteca, cine y correo. Cocheras comunes internas. Necesitan ponerlas al día, pero la situación económica actual no ayuda”, detalló Pablo Bajlec, de la misma red de inmobiliarias.
La mayor demanda es de quienes gustan vivir en un ambiente colectivo, bohemio y de estilo europeo.
Allí el valor del m2 es de USD 2.500. Hay viviendas en venta entre USD 200.000 y USD 400.000.
“Una de las que se ofrece es un poco particular, porque es en planta baja y también fue habilitada como local comercial más vivienda y cochera externa en unas de las esquinas sobre la calle Guzmán, mirando hacia la plaza Los Andes y la Avenida Corrientes”, precisó Perrone.
Ha sido reformada internamente y necesita actualizarse de acuerdo al uso que le dé el nuevo propietario. Son 141 m2 cubiertos.
Varios consultan por este barrio y esperan la oportunidad para encontrar uno disponible entre los 130 construidos, los más pequeños son los más buscados.
Otras propuestas como por ejemplo de 3 ambientes y 77 m2 tienen pisos de pinotea con zócalos de madera originales, puertas y ventanas de cedro con vidrio repartido, escaleras de mármol de carrara.
Hay otros dueños que venden sus unidades y las reformaron con materiales modernos. Uno de 4 ambientes de casi 120 m2 fue reciclado por completo, y la cocina como baños lucen mesadas de cuarzo. Con muebles de cocina y baño laqueados.
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