Washington, 29 nov (EFE).- El ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger falleció este miércoles a los 100 años de edad en su hogar en Connecticut.
Su empresa de consultoría confirmó el fallecimiento, aunque no ofreció detalles sobre la causa de la muerte.
"Será enterrado en una ceremonia familiar privada. Más tarde, habrá una ceremonia conmemorativa en Nueva York", dijo la firma Kissinger Associates en un comunicado.
Le sobreviven su mujer, Nancy Maginnes Kissinger, dos hijos de su primer matrimonio, y cinco nietos. Sus familiares sugirieron en el comunicado que, en lugar de flores, la gente envíe donaciones al hospital para animales Animal Medical Center, en Nueva York.
El legendario y controvertido diplomático se había mantenido activo hasta el final, a pesar de su avanzada edad. El pasado julio visitó China, ya cumplidos los 100 años, para reunirse con el mandatario del país, Xi Jinping, y funcionarios de alto rango.
También ha sido frecuente ver sus opiniones en los medios sobre asuntos de actualidad como la guerra en Ucrania o los riesgos de la inteligencia artificial.
Kissinger nació el 27 de mayo de 1923 en Fürth (Alemania) en el seno de una familia judía que llegó a Nueva York huyendo del nazismo cuando todavía era un adolescente.
Recibió el premio Nobel de la Paz junto a su homólogo vietnamita Le Duc Thuo por sus negociaciones secretas para acabar con la guerra de Vietnam, y normalizó las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China durante la presidencia de Richard Nixon (1969-1974).
Sin embargo, también se le recordará por su respaldo a dictaduras como las de Argentina entre 1976 y 1983 y los últimos años del régimen de Francisco Franco en España (terminado con la muerte del líder en 1975), su papel en la Operación Cóndor para reprimir a opositores latinoamericanos de izquierda o su apoyo al golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile en 1973.
Es, hasta el momento, la única persona en la historia de Estados Unidos que ha ocupado a la vez los cargos de secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional.
Eduard Ribas i Admetlla
Washington, 29 nov (EFE).- Para algunos considerado un intelectual brillante y un gran estadista, pero para otros denostado como un cínico arrogante e incluso un criminal de guerra: Henry Kissinger, el diplomático más famoso del siglo XX, falleció este miércoles a los 100 años dejando un legado tan legendario como cuestionado.
El que fuera consejero de Seguridad Nacional y secretario de Estado de los presidentes estadounidenses Richard Nixon (1969-1974) y Gerald Ford (1974-1977) llevaba décadas alejado de la primera línea política, pero su larga sombra llega hasta hoy.
A pesar de haber soplado cien velas el pasado mayo, Kissinger seguía dando con sorprendente lucidez sus opiniones sobre el mundo actual, con temas tan dispares como la guerra de Ucrania o la inteligencia artificial.
Muchos lo seguían escuchando con gran atención por ser una autoridad en las relaciones internacionales, pero para otros lo que el centenario Kissinger buscaba era limpiar el cuestionado historial que dejó cuando fue uno de los hombres más poderosos del mundo.
Y es que durante la década de los 70, Kissinger diseñó una política exterior tan pragmática que no dejaba espacio para las consideraciones morales.
Heinz Alfred Kissinger nació el 27 de mayo de 1923 en Fürth (Alemania) en el seno de una familia judía que llegó a Nueva York huyendo del nazismo cuando todavía era un adolescente.
Con un fuerte acento alemán al hablar inglés, este graduado de Harvard siempre negó que su infancia traumática lo marcara de por vida, pero muchos de sus biógrafos discrepan.
El profesor de la Universidad de Texas Jeremi Suri, autor de 'Henry Kissinger and the American Century', dijo en una reciente entrevista con EFE que "al ser un refugiado judío siempre estuvo muy preocupado por el caos y quiso poner orden en el mundo".
Kissinger fue el arquitecto de la política de distensión hacia la Unión Soviética que cambió el rumbo de la Guerra Fría, el artífice de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos China y un personaje clave para frenar la proliferación nuclear.
Recibió el premio Nobel de la Paz junto a su homólogo vietnamita Le Duc Thuo por sus negociaciones secretas para acabar con la guerra de Vietnam, aunque a diferencia de Kissinger, el vietnamita devolvió el galardón porque su país siguió en conflicto tras los Acuerdos de París.
A Kissinger también se le recordará por su respaldo a dictaduras como las de Argentina entre 1976 y 1983 y los últimos años del régimen de Francisco Franco en España (terminado con la muerte del líder en 1975), su papel en la Operación Cóndor para reprimir a opositores latinoamericanos de izquierda o su apoyo al golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile en 1973.
"No podemos permitir que Chile se vaya a las alcantarillas", llegó a decir en 1970.
"A Kissinger no le molestaban las dictaduras. De hecho, le gustaban si estaban del lado de Estados Unidos y mantenían el comunismo fuera de América Latina", explicó recientemente a EFE Mario Del Pero, historiador de Sciences Po en París y autor de la biografía 'The Eccentric Realist'.
Incluso un 'best seller' del periodista Christopher Hitchens lo acusó en 2001 de crímenes de guerra por sus actuaciones en Camboya, Timor Oriental o Chile; unas críticas impensables en los 70 cuando Kissinger era el hombre más popular del país.
Aparecía en aquel entonces en portadas caracterizado como Superman, salía con estrellas de Hollywood sin ser particularmente atractivo y eclipsaba al mismísimo presidente. "¿Qué pasaría si Kissinger se muriera? Que Richard Nixon se convertiría en presidente", se bromeaba en Washington.
Kissinger sobrevivió al escándalo del Watergate y, tras su paso por la política, se mantuvo omnipresente en editoriales, libros, charlas y entrevistas para ensanchar un mito con el que muchos se han querido fotografiar, desde Hillary Clinton a Donald Trump, pasando por Vladímir Putin o Xi Jinping.
El pasado julio visitó China, ya cumplidos los 100 años, para reunirse con el mandatario del país y funcionarios de alto rango.
Pero el diplomático también invirtió mucho tiempo en refutar las duras críticas en su contra, algo que no toleraba. Siempre se dijo que tenía la "piel más fina" de la Administración.
Así lo demostró en una reciente entrevista con la cadena estadounidense CBS en la que, profundamente molesto, respondió que las acusaciones de criminal de guerra "son un reflejo de la ignorancia".
A pesar de su imagen terca, sus biógrafos aseguran que Kissinger, conocido por sus gafas de pasta, podía ser encantador en persona y que una buena forma de romper el hielo era hablarle de fútbol o de ópera.
Le sobreviven su mujer, Nancy Maginnes Kissinger, dos hijos de su primer matrimonio, y cinco nietos.
Washington, 29 nov (EFE).- Varios políticos republicanos lamentaron este miércoles la noticia del fallecimiento del ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger, que murió hoy a los 100 años en su hogar en Connecticut.
"Estados Unidos ha perdido a una de sus voces más confiables y características sobre los asuntos internacionales con el fallecimiento de Henry Kissinger", escribió en un mensaje el expresidente George W. Bush, acompañado de un retrato al óleo pintado por el propio exmandatario.
En el mensaje, Bush agradeció al legendario diplomático sus consejos y su amistad.
También alabó el legado de Kissinger el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, en un mensaje en X (antes Twitter) en el que se refirió al diplomático como "un hombre de Estado que dedicó su vida al servicio de Estados Unidos".
El senador Lindsey Graham, por su parte, destacó la "notable vida" que tuvo Kissinger, de origen judío y que huyó de la Alemania nazi junto a su familia cuando apenas era adolescente.
Otro senador republicano, Tim Scott, que hasta hace poco era precandidato republicano para las presidenciales de 2024, dijo en la misma red social que "hay pocos servidores públicos que hayan tenido un impacto tan consecuente en la política exterior estadounidense" como Kissinger.
De momento no se han producido reacciones a la muerte del diplomático de demócratas de peso, ni siquiera del presidente estadounidense, Joe Biden.
La firma de consultoría de Kissinger, Kissinger Associates, dio este miércoles la noticia de su fallecimiento, sin precisar la causa de la muerte.
El diplomático fue una de las figuras más importantes en el escenario internacional durante la Guerra Fría. Recibió el Premio Nobel de la Paz junto a su homólogo vietnamita Le Duc Thuo por sus negociaciones secretas para acabar con la guerra de Vietnam, y normalizó las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y China durante la presidencia de Richard Nixon (1969-1974).
Sin embargo, su legado también se ha visto cuestionado por su apoyo a dictaduras como las de Argentina y España, su papel en la Operación Cóndor para reprimir a opositores latinoamericanos de izquierda o su apoyo al golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile.
Kissinger se mantuvo activo hasta el final. El pasado julio visitó China, ya cumplidos los cien años, para reunirse con el mandatario del país, Xi Jinping, y funcionarios de alto rango. También era frecuente escuchar sus opiniones en los medios de comunicación sobre asuntos de actualidad como la guerra en Ucrania o los riesgos de la inteligencia artificial.
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