Martin Rapetti
"La consolidación fiscal tuvo un impacto importante. Dio una señal muy clara a los mercados de la voluntad de pago del gobierno, lo cual llevó a una caída del riesgo país en más de mil puntos básicos"

El Gobierno cierra un primer semestre calendario con notables logros en el flanco macroeconómico, como lo ha destacado en la última semana el FMI en el Memo ampliado sobre la octava revisión del acuerdo de préstamo a la Argentina.

Sin embargo, resta que los efectos del saneamiento de las finanzas públicas, la mejora de la hoja de balance del Banco Central y el fuerte impulso de las exportaciones que contribuyen al aumento de las reservas internacionales, junto con la baja de la inflación y de las tasas de interés, se trasladen a la microeconomía, donde la producción y el consumo no sólo se consolida en mínimos históricos, sino que los empresarios mantienen expectativas contractivas para el corto plazo.

Un punto de giro podría surgir si en las próximas semanas cuando se espera que la Cámara de Diputados le da al Gobierno la primera ley que considera clave para avanzar en el proceso de desregulación de la actividad privada, con incentivos para impulsar la inversión, el empleo y la actividad.

Martín Rapetti, licenciado en Economía UBA y doctor en Economía de la Universidad de Massachusetts, director Ejecutivo de Equilibra Consultores, investigador del Conicet y del Cedes y profesor en la UBA, UTDT y del Centro de Investigación y Acción Social, analiza en una entrevista con Infobae el escenario actual y las expectativas para el resto del año.

— Tras una primera quincena de junio con grandes logros del Gobierno: aprobación Ley Bases en el Senado, renovación Swap con China, nueva desaceleración de la inflación, aprobación de metas con el FMI, otro mes con superávit fiscal, y participación del Presidente en el encuentro con los líderes del G-7, comenzó a plantearse entre los analistas la necesidad de ajustar el plan económico ¿Qué piensa?

— Coincido. El Gobierno heredó una situación muy compleja y ha logrado en estos seis meses crear un clima de mayor estabilidad. Hizo un enorme ajuste fiscal, alcanzando en los primeros cinco meses del año un superávit financiero por primera vez en más de una década. La consolidación fiscal tuvo un impacto importante. Dio una señal muy clara a los mercados de la voluntad de pago del gobierno, lo cual llevó a una caída del riesgo país en más de mil puntos básicos.

“La licuación de las tenencias de pesos y también de los ingresos llevó a que se estabilizaran los dólares paralelos”

Por otro lado, al haber cortado el financiamiento monetario al Tesoro, junto con la fortísima devaluación, la brecha cambiaria cayó de 150% al entorno de 40%. La licuación de las tenencias de pesos y también de los ingresos llevó a que se estabilizaran los dólares paralelos. Con los dólares paralelos estables, el BCRA pudo mantener el dólar oficial deslizándose al 2% mensual, lo cual fue clave para la desaceleración de la inflación.

Obviamente, otro factor clave para la desinflación ha sido la recesión, que sacando a la de la pandemia de 2020 y la de la crisis del 2001-2002 viene siendo una recesión récord. Un dólar estable y la inflación en descenso es un bálsamo para cualquier gobierno, aún a pesar de la brutal recesión. La alta valoración social del gobierno dada la magnitud del ajuste parecería reflejar que la sociedad está dispuesta a pagar un costo para estabilizar la economía.

— Pero…

— Bueno, como me preguntaba, el programa se está quedando sin nafta. Las primeras medidas dieron los resultados que le mencionaba, pero todavía quedan muchos temas por resolver, en particular la salida del cepo cambiario, y eso necesita de nuevas medidas.

Martin Rapetti
"El programa se está quedando sin nafta. Las primeras medidas dieron los resultados que le mencionaba, pero todavía quedan muchos temas por resolver, en particular la salida del cepo cambiario"

— Se conoció en la última semana el staff report del FMI. Entre sus advertencias está el “cuidado de los más vulnerables”, pese a que el Gobierno ha logrado sostener el nivel real de jubilaciones y pensiones, incrementar fuertemente en valores reales la AUH. Más allá de que los niveles son paupérrimos ¿El equipo económico tiene margen para hacer más sin sacrificar el equilibrio fiscal?

— Yo creo que el FMI tiene cuatro preocupaciones respecto al gobierno de Milei:

  1. teme por la cuestión social; le preocupa que el costo del ajuste recaiga demasiado sobre los más vulnerables y le pide al Gobierno que esté atento a este tema. Es una novedad que el FMI le pida a un gobierno argentino que sea más suave con el ajuste.
  2. muy vinculada a este temor, es de orden político. Se da cuenta que el gobierno está en una posición muy minoritaria y por eso le pide trate de generar consensos políticos entorno al programa. Sobre este punto hay una tensión preocupante: al Presidente pareciera redituarle en términos de opinión pública pelearse contra el Congreso y los gobernadores, pero después necesita que ellos lo apoyen para pasar leyes que por sí sólo no puede pasar. Es como que el Fondo dijera: “No se pelee tanto Presidente”. Es una tensión a monitorear.
  3. también vinculada a la anterior, es la sostenibilidad del ajuste fiscal. Para que el ajuste sea sostenible y creíble para los mercados es necesario que las reducciones de gasto y subas de impuestos estén aprobadas por el Congreso. Por eso, el Gobierno necesita de “la casta” para hacer un ajuste fiscal sostenible y creíble. Es una preocupación válida, pero me da la sensación de que una parte significativa del sistema político es consciente de la necesidad de equilibrar las cuentas públicas.

“Es una novedad que el FMI le pida a un gobierno argentino que sea más suave con el ajuste”

El problema es que hacer un ajuste ha sido históricamente muy impopular y nadie quería hacerlo. Para mí, el sistema político ve en Milei una solución para este problema y más allá de alguna zancadilla, creo que va a haber cooperación. No digo que lo hagan el kirchnerismo duro o la izquierda, pero el resto del arco opositor, incluyendo a la mayoría de los gobernadores, me parece que con sus matices va a cooperar.

— ¿La cuarta preocupación del FMI entonces es la política monetaria?

— Exacto. El Gobierno dio señales muy confusas en esta materia. Cuando era candidato, el Presidente decía que iba a dolarizar. Después dijo que, en realidad, hablaba de “competencia de monedas”; el dólar vs. el peso y que ese esquema iba a derivar en una dolarización espontánea o “endógena”. Eran propuestas impracticables y el Fondo no estaba dispuesto a acompañarlas me parece.

Por eso, ahora nos enteramos con la última revisión del staff del FMI que el Gobierno quisiera ir a un esquema convencional de política monetaria: un banco central independiente, persiguiendo un objetivo central en la estabilidad de precios y del sistema financiero, que no financie al Tesoro, pero que sí pueda intervenir en el mercado de cambios, comprar y vender bonos para regular la liquidez y hacer de prestamista de última instancia para bancos solventes, pero con problemas de liquidez.

Martin Rapetti
"Dado que Argentina es un país bimonetario, el esquema se parecería a los de Perú y Uruguay, que también son países que usan mucho al dólar como nosotros"

En definitiva, nada extravagante, sino lo que hacen la mayoría de los bancos centrales de América Latina. Pero, dado que Argentina es un país bimonetario, el esquema se parecería a los de Perú y Uruguay, que también son países que usan mucho al dólar como nosotros.

— ¿Es por eso por lo que, pese que al equipo económico parece no haberle ido mal con el mini ciclo de tasas reales de interés negativas, el FMI ahora recomienda “volver a tasas reales positivas”?

— Sí, claro. El FMI le dice al BCRA que es hora de empezar una transición hacia ese norte que es el esquema de política monetaria de flotación administrada “a la peruana”. Viendo que la política de licuar con cepo ya dio todo lo que podía, ahora es momento de ir a un esquema normal y perdurable. Por eso, el gobierno se habría comprometido a ir regularizando el mercado cambiario.

El reporte del FMI dice que a fin de junio se terminaría el dólar blend para los exportadores -80% oficial y 20% CCL-y que para julio el gobierno presentaría una hoja de ruta sobre cómo irá desarmando el cepo. Y aquí es cuando pueden empezar a verse problemas.

— ¿Cuáles?

— Me parece que el Gobierno cometió un error al dejar tanto tiempo la regla del 2% mensual para la suba del tipo de cambio oficial.

“Me parece que el Gobierno cometió un error al dejar tanto tiempo la regla del 2% mensual para la suba del tipo de cambio oficial”

Si uno analiza los planes de estabilización que se usaron para bajar la inflación, nota que los planes fracasan cuando tienen que corregir el tipo de cambio a mitad de camino, porque la desinflación se revierte y la inflación vuelve a acelerarse y aunque sea transitorio, genera frustración y desconfianza de la sociedad en el plan. Por eso, en mi cabeza no es posible bajar la inflación y, al mismo tiempo corregir precios que estaban atrasados, que en el caso que heredaba el gobierno eran muchos: naftas, prepagas, luz, gas, agua, trenes, colectivos, subte y otros.

Entiendo que es fácil decirlo desde la platea, pero para mí el gobierno tendría haber acelerado el deslizamiento cambiario en febrero o marzo y aceptar convivir con más inflación para evitar que el tipo de cambio quede rezagado. Una vez que los precios estuvieran corregidos, ahí si ir de forma contundente por la desinflación definitiva.

— ¿Entonces está entre los economistas que cree que la desaceleración de la inflación llegó a un piso en mayo?

— Me da la impresión de que sí. Nuestra estimación para junio es que es la inflación sería alrededor de un punto mayor que en mayo por las subas de tarifas de gas y electricidad. Y si efectivamente el Gobierno comienza a normalizar el frente cambiario -elimina el blend exportador y va desmantelando el cepo cambiario- me parece que vamos a ver un dólar subiendo por encima de los precios y salarios y que eso va a presionar al alza la inflación.

Martin Rapetti
"En mi cabeza no es posible bajar la inflación y, al mismo tiempo corregir precios que estaban atrasados, que en el caso que heredaba el gobierno eran muchos"

— ¿Tampoco ve un recuperación en forma de “V”?, o ¿Cree que la esperada sanción de la Ley Bases en las próximas semanas abrirá las puertas al ingreso a una nueva etapa de crecimiento de la economía?

— No veo una recuperación en forma de “V” precisamente porque me parece que la normalización cambiaria va a implicar un tipo de cambio oficial más alto en términos reales. Eso dificultará la recomposición salarial y del consumo. Discrepo en esto con el equipo económico. No veo que haya un flujo de capitales tan contundente como para sostener un tipo de cambio bajo.

Coincido con la mirada de mediano plazo del FMI: Argentina va a tener que transitar unos cuantos años pagando más que recibiendo financiamiento. Eso significa tener superávit de cuenta corriente -en lenguaje más sencillo: exportaciones que exceden largamente a las importaciones- y eso implica tener un tipo de cambio más bien alto por unos años; un nivel mayor al actual.

“No veo que haya un flujo de capitales tan contundente como para sostener un tipo de cambio bajo”

— Dos últimas cortitas: ¿Cuál es el flanco más fuerte de la política económica y cuál el más débil?

— El Gobierno tiene vocación total por lograr el equilibrio fiscal primero y luego un superávit. Como Mario Draghi en la crisis europea, Javier Milei dijo que hará “lo que sea necesario” para conseguir ese objetivo. Su vocación es creíble. Es algo muy importante porque Argentina tiene que recuperar el acceso al crédito. No se puede querer crecer de forma sostenida -que es una condición indispensable para reducir la pobreza y generar empleos de calidad- con un riesgo país de 1.400 puntos básicos. Podemos discutir la intensidad y calidad del ajuste fiscal, pero creo que hay destacar la vocación del Presidente.

El flanco más débil de su estrategia económica -además de lo que apunté sobre el esquema monetario/cambiario, que lo veo inconsistente- es su estrategia política. Nadie duda de su vocación de corregir el desequilibrio fiscal; es 100% creíble, pero hay dudas sobre su capacidad de hacerlo; no por algo riesgo país sigue en torno de 1.400 puntos básicos.

Martin Rapetti
"En todo gobierno el apoyo social es volátil y tendencialmente declinante. Por eso, el presidente Milei tiene que mostrar que va a ser capaz de seguir llevando a cabo su política económica aun cuando la aprobación social sea menor"

Este es un gobierno con menos de 40 diputados y 7 senadores propios, sin ningún gobernador, con un Presidente y muchos ministros inexpertos en el ejercicio de la función pública y de la política, sin suficientes cuadros técnicos para cubrir las segundas y terceras líneas del gobierno, revelando un problema de gestión. Todo esto representa una debilidad. Si a esto se le agrega la falta de vocación por construir acuerdos políticos, insultando y ofendiendo a quienes se debería persuadir para lograr la cooperación, entonces ahí hay un problema grave.

Hasta aquí el Gobierno pudo avanzar con esta tensión entre el insulto y la cooperación, porque el Presidente cuenta con muy altos índices de apoyo social. Pero como nos pasa a todos cuando nos enamoramos, con el correr de los meses empezamos a ver las imperfeccionas de nuestras parejas y lo que comienza como idilio y excitación va gradualmente convergiendo a algo más normal.

En todo gobierno el apoyo social es volátil y tendencialmente declinante. Por eso, el presidente Milei tiene que mostrar que va a ser capaz de seguir llevando a cabo su política económica aun cuando la aprobación social sea menor. Si no es capaz de hacerlo, el programa económico nunca va a ser enteramente creíble y la probabilidad de éxito será cada vez menor.

Fotos: Maximiliano Luna

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