La fuerte caída de la producción de los tres principales cultivos de la Argentina, la soja, el maíz y el trigo, producto de un ciclo de poca humedad que afectó al país en los últimos tres años y se transformó en una severa sequía en la presente campaña, sumó un nuevo agravante: la caída de los precios internacionales de los commodities agrícolas, que afectan los ingresos y la comercialización interna de los granos.
Si bien el viernes pasado los precios subieron, producto de lo que los analistas llaman “rebote técnico”, desde mediados de abril la cotización de los granos sufrió importantes bajas en el mercado de Chicago. La soja pasó de valer USD 559,32 el 17 de abril a USD 530,66 la tonelada, un retroceso de USD 28,66, equivalente a 5,4%, en dos semanas. El aceite perdió 5,7% hasta los USD 1.137,79 la tonelada y en el mismo período la harina perdió un 7% para cerrar en USD 479,83 la tonelada.
Las razones de la persistente baja en las cotizaciones del complejo sojero, clave para nuestra economía, sobre todo en un contexto en el que la previsión de cosecha argentina del poroto se reduce casi a la mitad, se debe a tres razones: el ingreso al mercado de una producción récord de Brasil, un buen comienzo de la siembra en EEUU y la posibilidad de que el acuerdo para el transporte seguro de granos ucranianos a través del Mar Negro se prorrogue una vez más, a pesar de seguir la guerra entre Ucrania y Rusia.
“Estamos viendo mercados muy debilitados, principalmente, por Brasil. Con una oferta de soja muy holgada, se muestra muy competitivo frente a otros orígenes y tracciona a la baja los precios. Para poner en perspectiva la situación, hasta compradores norteamericanos habrían estado originando soja en Brasil”, dijo a Infobae el responsable del Departamento de Análisis de Mercados de la corredora Grassi, Ariel Tejera.
Según apuntó Tejera, en el país vecino la producción de soja alcanzaría un récord de 153 millones de toneladas. Junto con Paraguay, estaría así contrarrestando las mermas sufridas por Argentina, que se estiman respecto a la campaña pasada en 19,2 millones de toneladas. “El mundo tiene soja y eso lleva tranquilidad a los mercados”, dijo el especialista.
Estados Unidos
Por otro lado, Tejera detalló que los operadores de la plaza bursátil de referencia a nivel mundial ponderan el escenario productivo de la nueva campaña en EEUU. “Sin mayores complicaciones en el frente climático, todo apunta a un buen ciclo. La intención de siembra estaría alcanzando a 34,5 millones de hectáreas, con un volumen potencial que podría superar los 120 millones de toneladas. De momento, la siembra avanza sin mayor dificultad y se consolidan las perspectivas de un buen aporte a la oferta en la segunda parte del año”, explicó.
“En el plano local, el contexto internacional se hace sentir, pesa sobre los precios y condiciona el ritmo de negocios”, dijo Tejera, a pesar de la vigencia en estos momentos del denominado dólar agro, un tipo de cambio diferencial de 300 pesos. “Las cotizaciones FOB de los subproductos cayeron y, con ellas, la capacidad de pago de las fábricas. Esta situación, junto al fuerte aumento en los tipos de cambio bursátiles, las posiciones de futuros y, en definitiva, las expectativas de devaluación, colabora en la parálisis de las operaciones en el mercado interno”, concluyó.
Por su parte, el analista del Departamento de Información y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (B0R), Iván Vacilievich, sostuvo que otro factor que condiciona los precios, y al que también se debe prestar atención a corto plazo es la negociación entre Rusia y Ucrania para extender el acuerdo de un corredor seguro para los buques con granos en el Mar Negro.
Por eso Vacilievich remarcó la necesidad de “mirar de cerca cómo avanzan las negociaciones” que permitirían que continúen las exportaciones de granos de Ucrania. También, sostuvo, “hay que ver cómo evolucionan las siembras en EEUU; por ahora vienen bien, el clima acompaña, pero habrá que ir viendo cómo se desarrolla”.
Maíz y trigo
No solamente la soja y sus derivados representaron bajas en sus cotizaciones, sino que en el caso de los cereales, las caídas fueron más pronunciadas. Así, desde el 17 de abril hasta la fecha, el precio del trigo cayó de USD 256,65 a USD 227,71 la tonelada, equivalente a un 12% o USD 28,91 menos, mientras que el maíz perdió 6% (USD -16,60) hasta los USD 250,39 la tonelada.
En el caso del trigo, la especialista Mariela Brandolin, del equipo de Consultoría y Análisis de Mercado de FyO, explicó que la responsable de la merma en las cotizaciones a nivel internacional “fue Rusia, exportando a valores muy competitivos y dando presión bajista a los precios. De todas formas, tendremos que esperar cómo se desarrolla la cosecha nueva del hemisferio norte, que se encuentra saliendo del período de hibernación. Para el caso de EEUU la condición del cultivo es muy mala”.
En cuanto al maíz, Brandolin planteó que “el escenario internacional se presenta parecido al de la soja e incluso aún más pesimista, ya que Estados Unidos proyecta un importante crecimiento de área y la siembra avanza sin inconvenientes. Por el lado de sus exportaciones, no sólo vienen relativamente lentas, sino que además China viene cancelando algunas compras sobre Estados Unidos. en los últimos días”.
“Brasil por su parte, no sólo viene muy bien con la condición del cultivo de safrinha, sino que también está exportando su maíz disponible a niveles muy competitivos. A nivel internacional creo que lo único que podría revertir la tendencia bajista sería un problema climático en Norteamérica o que Rusia corte el acuerdo del corredor humanitario para que Ucrania siga sacando producción, pero eso es una incógnita”, finalizó Brandolin.
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