En las próximas horas se oficializarán los nuevos aumentos en las facturas de luz y gas que comenzarán a regir desde este mes. Esta vez las subas se explicarán por una reducción en los subsidios que impactará, principalmente, en los sectores residenciales catalogados como de ingresos medios y bajos según la actual segmentación tarifaria.
El Gobierno busca una sintonía fina entre el equilibrio fiscal y apuntalar la desaceleración de la inflación, en una época en la que los precios de la energía suelen ser más altos. Es por eso que también preparan un nuevo sistema de indexación mensual.
Las claves para entender los nuevos aumentos pueden resumirse en los siguientes ejes:
Quita de subsidios
Es importante entender que los fuertes aumentos del primer cuatrimestre, en torno al 350%, se dieron en dos componentes de la factura: el transporte de la energía y la distribución. Según se oficializó la semana pasada a través del Decreto 465/2024, la Secretaría de Energía de Eduardo Rodríguez Chirillo avanzará sobre el porcentaje que pagan los usuarios del costos de generación, que para la electricidad se conoce como Precio Estacional de la Energía (PEST) y para el gas natural es el Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST).
Es en ese último punto en donde se canalizan las subvenciones que paga el Estado argentino sobre la diferencia entre el “costo real” de la energía y lo que abonan los usuarios. El Tesoro compensa a los generadores con transferencias que realiza a través de Cammesa, la administradora del Mercado Eléctrico Mayorista.
Sucede que según el actual esquema de segmentación no todos los usuarios pagan lo mismo por ese costo. Los residenciales están divididos en N1 (ingresos altos), N2 (ingresos bajos) y N3 (ingresos medios). Solo los N1, comercios e Industrias deberían pagar el precio pleno de la energía en sus facturas.
Del otro lado, para tener en cuenta, los 7 de cada 10 usuarios (N2 y N3) pagan del 3% al 4% del costo real de la electricidad y entre el 15% y 20% del gas natural, según relevó el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet. El Gobierno ahora quiere avanzar en reducir esa diferencia.
Precios de la energía más caros
El economista del IIEP, Julian Rojo, graficó lo que representan los subsidios para estos segmentos en el caso de la luz: “Hay que tener en cuenta que 2 de cada 3 hogares deberían multiplicar por 8-10 veces la factura eléctrica final para no recibir subsidios. Pagar un 25% sería un aumento de $2.200 en el precio mayorista para esos hogares contra unos $70.000 necesarios hasta cubrir el costo”.
En invierno, en el lapso mayo-septiembre, los precios de la energía suelen ser más caros que en período de verano. Por lo tanto, esas diferencias serán aún más grandes. El Gobierno demoró la publicación de los Pist y Pest, que es en lo que avanzará en las próximas horas.
Indexación de aumentos
Las distribuidoras y transportistas (Edenor, Edesur, Metrogas, Naturgy, Camuzzi, TGS, TGN, entre otras) mantienen el descontento por la decisión de volver postergar sus incrementos, medida que también había tomado el ministro de Economía, Luis Caputo, para mayo. Además se trabaja en un cambio en el sistema de actualización mensual que había sido definido en las últimas audiencias públicas según pudo confirmar Infobae con fuentes del mercado.
Una alternativa es utilizar las expectativas de inflación futura que publica el BCRA en su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Los ingresos que no perciban las empresas por mayo y junio, recién serían reconocidos por el Estado el año que viene.
Sucede que los fuertes aumentos en la luz y el gas que se dieron en el primer cuatrimestre fueron para recomponer los ingresos a las empresas de distribución y transporte en el orden el 500% promedio, después del congelamiento que aplicó el Gobierno anterior. Por tanto, eso no implicó una reducción de los subsidios.
A través del Decreto 465/2024 la Secretaría de Energía que conduce Eduardo Rodríguez Chirillo quedó habilitada a aumentarlo que pagan los usuarios N2 y N3 del precio de la energía, según pudo confirmar Infobae con fuentes oficiales. Allí se plantea un esquema de transición entre junio y noviembre, con posibilidad de extenderlo por seis meses más, para avanzar hacia la implementación de la a Canasta Básica Energética (CBE).
Energía no especificó todavía cuál será la magnitud de la quita de subsidios y, por ende, tampoco cuál serán los porcentajes en que subirán las tarifas. De todos modos, sí hubo algunas definiciones importantes.
Nuevos topes de consumo subsidiado
El consumo de los N2 está subsidiado en su totalidad sin importar cuánta luz o gas utilicen. Esperan poner en marcha un sistema de topes de consumo con asistencia estatal, pero mayor al de los N3 y con escalones.
Sobre eso, se buscará evitar la superposición de otros subsidios como son la tarifa social, los beneficios por zonas frías, garrafas, entre otros. También habrá nuevos criterios de exclusión que serán más restrictivos que el actual, como la posesión de automóviles, prepagas o compra de dólares.
Sin límites de incrementos respecto a salarios
La segmentación que puso en marcha Fernández en 2022 contemplaba que la suba de las tarifas para los N2 no podía superar el 40% del CVS del año anterior y para los N3 el límite era 80% de lo que arrojara la variación del indicador.
La aspiración de Chirillo era resolver este frente con la implementación de un nuevo esquema de asignación de subvenciones a partir de la CBE, en donde las subvenciones serían a la diferencia entre un porcentaje determinado que representen las tarifas en el ingreso de un hogar dependiendo la zona geográfica en la que se encuentre.
Primero se iba a aplicar en abril, pasó a mayo, luego a junio y ahora se postergó al menos hasta noviembre. Mientras tanto, se avanzará en este “esquema de transición”.
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