Aunque su designación al frente del Ministerio de Economía aún no fue confirmada, el ex ministro de Finanzas y titular del Banco Central, Luis Caputo, se reunió esta tarde en con altos representantes de los bancos. El tema fue casi excluyente: avanzar en un plan para resolver los pasivos remunerados del Banco Central, más coloquialmente conocido como “la bola de las Leliqs”. En los últimos cuatro días, ese problema sumó complicaciones ya que las entidades financieras comenzaron unilateralmente a desarmar sus colocaciones en las letras de liquidez a 30 días, las Leliqs, para colocar los fondos en otro instrumento de menor plazo: los Pases a 1 día.
La velocidad de esa dinámica encendió las alarmas. En la semana, unos $3.3 billones se fueron de Leliqs a Pases por lo cual, sin esperar nombramientos formales, quien aparece hoy como principal candidato para implementar como ministro un plan de estabilización ya avanza en un plan con el sistema financiero. El encuentro, del que participaron los bancos nacionales nucleados en ADEBA y los extranjeros agrupados en ABA se produjo en medio de fuertes subas de los mercados, tanto de los títulos públicos como de las acciones, particularmente de los bancos que suben hasta 15% en la plaza local.
Durante el encuentro, que apuntó a calmar el nerviosismo de los bancos por medidas disruptivas, Caputo fue taxativo. “No va a ver sorpresas, el ancla del programa es fiscal”, les dijo. Apuntó así a la principal preocupación de los banqueros, a quienes se les electriza la piel cada cada vez que el presidente electo, Javier Mieli, menciona a las Leliqs. Algo que hizo en cada entrevista televisiva y radial que concedió desde que triunfó en el balotaje. “La reunión se disparo porque hay preocupación en general e incertidumbre que pueda pasar por las Leliqs. Como Milei las nombra cada vez que le preguntan sobre la dolarizacion, se teme alguna medida sorpresa que no caiga bien”, aseguraron a Infobae fuentes presentes en la reunión.
En tren de calmar la ansiedad y reducir el alto nivel de incertidumbre en torno a la deuda del Banco Central, los banqueros venían solicitando un encuentro con los equipos técnicos que Milei definiera. En un principio, sin tener resuelta su desgnación, Caputo esquivó el encuentro pero los tiempos se aceleraron. El mensaje fue que las políticas serán de shock, esencialmente fiscales, y “ordenadas”
“Básicamente dijo que no hay que esperar sorpresas, que el ancla de cualquier programa es fiscal, y que se van a coordinar las cosas con la industria como es de esperarse”, coincidieron las fuentes. Aunque no se avanzó en detalles específicos sobre la propuesta que Caputo le presentó a Milei para resolver la cuestión de las Leliqs y avanzar hacia la unificación cambiaria, lo que tampoco se haría de inmediato, según interpretaron los representantes de los bancos. Ese mensaje alejó el mayor de los fantasmas para las entidades, es decir, las perspectiva de un plan de dolarización inminente y desordenado.
“Fue una reunión en la cual intercambiamos opiniones sobre los desafíos de la economía y su forma de abordarlos. La reunión fue muy positiva, Caputo puso énfasis en el equilibrio fiscal como base del modelo y un abordaje integral y de mercado de los pasivos remunerados del BCRA. La visión de Caputo nos transmitió tranquilidad y confianza”, aseguró el presidente de ADEBA, Javier Bolzico.
También desde ABA señalaron que “fue una reunión muy positiva, donde se transmitió tranquilidad”.
Con todo, las Leliq se mantienen en el centro de las preoupaciones. El plan de Caputo para canjear esos instrumentos por deuda del Tesoro tiene antecedente en su propia gestión al frente del Banco Central entre junio y septiembre de 2018. Durante esa breve estadía, el entonces titular de la autoridad monetaria redujo 30% el stock de Lebac (las Leliq de hoy), cuya liquidez migró a bonos del Tesoro, títulos de deuda a mucho mayor plazo. Tal como se explicitó en el encuentro de hoy, esa política a negociar en sus detalles con los bancos se produciría en el marco de un fuerte ajuste fiscal que, a su vez, derivaría en una política monetaria restrictiva.
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