El Indice de Salarios que elabora el INDEC arrojó para enero de 2024 una suba de 16,4%, frente a una inflación de 20,6% para ese período. El indicador publicado por el ente estadístico resulta de un promedio de combinar la evolución de los salarios registrados, tanto en el sector público como privado, además de los ingresos de los trabajadores informales.
De esta manera, según se desprende del informe oficial, los salarios del sector privado avanzaron 20%, casi a la par de la inflación de ese mes -lo que no alcanzó para recuperar la pérdida de los meses previos- mientras que los salarios del sector público avanzaron en mucha menor proporción y apenas subieron 12,5% en enero. En conjunto, los salarios formales de la economía acumularon una suba de 17,2% en el primer mes del año.
Lejos de ese nivel de recomposición e incluso por debajo de la evolución de los salarios del sector público se ubicó el incremento de los ingresos de los sectores informales de la economía, cuyo salario subió sólo 11,2% en enero y se constituyó, como es habitual, en el sector por lejos más castigado del mercado laboral.
En términos interanuales, el Índice de salarios mostró una suba de 181%, como consecuencia de los incrementos del 204,9% en el sector privado registrado, frente a una inflación interanual de 254% mientras que la recomposición fue de 168,2% en el sector público y de 124,4% en el sector privado no registrado, un avance de menos de la mitad de la inflación.
Las cifras difundidas hoy por el INDEC están en línea con los datos que produce el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que en base a la remuneracion imponible promedio de los trabajadores (RIPTE), determinó que en los últimos dos mese la pérdida de poder de compra alcanzó 20% respecto de noviembre el año pasado.
Las remuneraciones “estables” que mide un indicador de la Secretaría de Trabajo indicó que esa es la proporción de poder adquisitivo perdida por la aceleración de precios en el inicio del 2024, que combinó una inflación de 25,5% en diciembre y de 20,6% en enero.
El índice Ripte, que mide la variación nominal de los salarios de un grupo de trabajadores que tienen estabilidad en su puesto de trabajo en el último año calendario, mostró que en febrero los ingresos de esos hogares subieron 14,7%, casi seis puntos porcentuales por detrás del ritmo inflacionario de ese mes. Implicó, de esta forma, una caída pronunciada pero menor a la de diciembre, cuando el Ripte creció 8,3% contra 25,5% de suba de precios.
“Las paritarias están empezando a empujar un poco, pero todo indica que en los próximos meses, en el mejor de los casos, le podrían empatar a la inflación, lo que hace que de vuelta, en el mejor escenario, estemos cristalizando un retroceso salarial cuya magnitud es inédita en la historia reciente de nuestro país. Y si incluís una mirada de mediano plazo el panorama es desolador: en la última década el salario promedio perdió casi la mitad de su valor en términos reales”, vaticinó en su momento el economista Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma. Conocidos los datos de enero del INDEC, el experto consideró que “la carrera precios versus salarios al menos hasta enero seguía acelerando. Después del palazo de diciembre, las paritarias trataron de hacer control de daños y evitar que los ingresos se sigan deteriorando. Corren de atrás, pero corren”.
Claro que esa resistencia de los asalariados a asumir las pérdidas se da de bruces con el objetivo oficial de bajar la inflación lo que, a juzgar de Campos, explica la demora del Ministerio de Trabajo en homologar las paritarias que exceden la pauta de referencia del Gobierno, nunca explicitada, de 10% para marzo.
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