Los quelites ―proveniente del náhuatl que se traduce como “hierba comestible”― son las hojas, brotes, retoños, pecíolos y tallos de diversas herbáceas consideradas como comestibles en México.
Salvo algunas excepciones, generalmente se trata de hierbas silvestres, es decir, que éstas no se cultivan sino que se recolectan. Los quelites se producen sobre todo durante las estaciones de lluvias o cuando inicia el ciclo agrícola.
Considerados como un tesoro en la cocina tradicional mexicana, actualmente se conocen y consumen más de 350 especies de quelites, entre ellos el pápalo, la verdolaga, el quintonil, el romerito, el huauzontle, epazote, chaya, la hoja santa y más.
Los quelites pueden ser consumidos de diversas maneras: crudos, cocidos, hervidos, al vapor, asados, guisados, pero en general se consumen frescos en ensaladas.
Qué aportan los quelites
El sitio El Poder del Consumidor señala que los quelites tienen una gran importancia nutricional pues tienen alto contenido de minerales (magnesio, fósforo, hierro, zinc), antioxidantes, vitaminas A, C y D; potasio, hierro y fibra. Poseen ácidos grasos como omega-3 y omega-6, vitales para el organismo de los humanos, pues no son capaces de sintetizarlos.
Debido a estas propiedades son varios los beneficios que tienen para la salud: estas hierbas son altamente recomendables ante padecimientos como la anemia y son excelentes para fortalecer el sistema inmunológico.
De acuerdo con la página web de “Biodiversidad Mexicana” del Gobierno de México, los quelites ayudan a la cicatrización y a la prevención del envejecimiento de las células, así como al fortalecimiento de los vasos sanguíneos al ser un antiinflamatorio y previene enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
Además de ser 75% agua, hay quelites que llegan a contener hasta seis gramos de proteína por cada 1000 gramos, cantidad que es superior al contenido por diversas verduras.
Quintonil
El quintonil es un tipo de quelite que llega a medir hasta 70 centímetros y hay tres variedades: blanco, rojo o pinto. En la medicina tradicional es muy usado para eliminar los dolores de estómago, para aliviar la diarrea y también para acabar con la irritación en la garganta.
También es usado para tratar trastornos de hígado y se le atribuye la acción de laxante; cuando hay inflamación en los riñones permite la expulsión de orina. Asimismo, ayuda a eliminar o calmar las erupciones cutáneas.
Pápalo
Usada desde la época prehispánica, esta hierba puede llegar a medir hasta 75 centímetros de altura y está muy asociada con aliviar los problemas del hígado, con los ataques de ansiedad, además de ser un excelente laxante.
Verdolaga
Las verdolagas son los quelites más conocidos debido al popular plato en donde se les prepara con carne de cerdo. En la medicina tradicional esta hierba se usa para tratar los problemas de estreñimiento y para eliminar parásitos intestinales.
Berro
Esta hierba puede llegar a medir de 10 a 60 centímetros de altura; tiene tallos con raíces carnosas y flores blancas o violáceas. Son ricas en calcio, fósforo, hierro, magnesio, manganeso, potasio, sodio, yodo, zinc, aminoácidos, entre otros compuestos.
Se considera útil en el tratamiento de problemas renales, en las enfermedades relacionadas al hígado y al sistema cardiovascular y en la inflamación de la boca por algunas bacterias.
Chaya
Se trata de un arbusto que crece tres metros de altura y que es más nutritivo que las acelgas o las espinacas. Al igual que las hierbas anteriores, tiene propiedades curativas en padecimientos relacionados con los riñones, pero también es buena para tratamientos de diabetes y para ayudar en la ausencia de leche en mujeres que no tienen tanta producción una vez que dieron a luz.
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