“Es un negocio horrible”, opinó Roger Wong, un fotógrafo independiente, que la tarde del jueves estaba entre decenas de otros que esperaban en una alfombra roja afuera del Hotel Hard Rock, cerca de Times Square. Tenía la esperanza de obtener una imagen que pudiera vender de Martha Stewart, una de las modelos en la portada de la edición anual de trajes de baño de Sports Illustrated de este año. “Pero ¿qué voy a hacer? ¿Ponerme a asar hamburguesas? Es probable que ganaría más dinero, pero no es lo mío”.
En la fiesta de lanzamiento de la edición, los fotógrafos conversaron y tomaron fotografías de otros asistentes, incluyendo a Megan Fox y Kim Petras. Sin embargo, todavía estaban conmocionados por lo que ocurrió dos noches antes, en el Ziegfeld Ballroom, donde Meghan Markle era galardonada en la ceremonia anual de los Premios Women of Vision de Ms. Foundation.
Tras dejar la gala, el príncipe Harry, Meghan y la madre de esta, Doria Ragland, estuvieron involucrados en lo que una representante de la pareja describió como una “persecución automovilística casi catastrófica” como resultado de que los paparazis los siguieran de manera frenética.
Después de que la noticia de la terrible experiencia se esparció por todo el mundo desde una ciudad que no es especialmente conocida por el tipo de persecuciones dramáticas de los paparazis que son comunes en Los Ángeles y Europa, varios de los fotógrafos opinaban que la persecución había sido fabricada o exagerada. De la casi docena con los que habló The New York Times, algunos afirmaron que estuvieron en el evento. Uno aseguró que siguió a la pareja real, pero daría detalles solo a cambio de dinero.
Los primeros informes, en gran medida, repitieron las afirmaciones hechas por la representante de la pareja, así como los comentarios realizados por un miembro del equipo de seguridad a CNN de que la persecución pudo haber sido fatal. Sin embargo, conforme surgían más detalles, de los informes de la policía y un taxista que estuvo involucrado de manera breve, los acontecimientos empezaron a alejarse de ese relato.
En un mensaje de texto, Tina Brown, autora de dos libros sobre la realeza, comentó que toda la historia “suena ligeramente absurda”.
No obstante, eso sucedió después de las acusaciones de la representante de los duques de que habían estado involucrados en una persecución dramática que había durado dos horas. El alcalde Eric Adams condenó lo ocurrido y lo calificó como “imprudente e irresponsable”, solo para agregar que estaba un poco desconcertado por la idea de una persecución de autos a alta velocidad con una duración de dos horas en el centro de Manhattan.
Además, en efecto, la policía después concluyó que el incidente “no ameritaba mayor investigación”.
Wong, el fotógrafo independiente, destacó que el martes previo, un abogado del príncipe Harry se presentó ante la corte en Londres, para desafiar una decisión del gobierno de no permitirle pagar por protección policiaca durante las visitas al Reino Unido. Wong aseguró que el momento de esto era increíblemente conveniente.
Incluso una persona que trabajó antes con los duques en su estrategia de relaciones públicas señaló que desafiaba la lógica que el chofer de la pareja no se hubiera metido a un estacionamiento de uno de los muchos hoteles que las celebridades utilizan con frecuencia para sacudirse a los fotógrafos que los siguen. Page Six ridiculizó la decisión de la pareja de quedarse con un amigo en una ubicación secreta en lugar de en un hotel seguro.
En una entrevista con el Times el viernes, la representante de la pareja, Ashley Hansen, mencionó: “Con todo respeto, considerando la historia familiar del duque, uno tendría que pensar lo peor de la pareja o de cualquier persona asociada con ellos para creer que esto fue algún tipo de estrategia de relaciones públicas. Para serles honesta, pienso que eso es abominable”.
El jueves, TMZ publicó un video de los duques dentro del vehículo y el príncipe Harry puede ser visto en el asiento trasero, sosteniendo su iPhone, cubriendo su rostro, al parecer grabando a los fotógrafos. (En la entrevista, Hansen lo confirmó y agregó: “Creo que ese tipo de grabación puede resultar útil si se inicia una investigación”).
Al inicio, el alcalde no fue el único en criticar a los fotógrafos. La Asociación de Fotógrafos de Prensa de Nueva York emitió una declaración mordaz sobre la “supuesta” conducta de los paparazis, en la cual afirmó que “va en contra del código de ética al que todos nuestros miembros (y cualquier fotógrafo de prensa con respeto a ellos mismos y a la profesión) se espera que se apeguen”.
Backgrid, una agencia que representa a por lo menos dos de los fotógrafos que manejaron autos en persecución de la pareja real, replicó en un comunicado que, aunque la agencia investigará el incidente, sus fotógrafos reportaron que la pareja no estuvo en peligro inmediato durante ese momento. Eso llevó a los duques de Sussex a difundir otro comunicado a través del cual exigen que la agencia entregue el material grabado. La agencia respondió rápidamente con una carta al equipo legal de la pareja en la que se leía: “En Estados Unidos, como tengo la seguridad que es de su conocimiento, la propiedad pertenece al dueño de ella: los terceros no pueden simplemente exigir que algo les sea dado, como tal vez los reyes pueden hacerlo. Quizá deberían sentarse con sus clientes y aconsejarles que sus reglas inglesas de prerrogativa real para exigir que la ciudadanía entregue su propiedad a la Corona fueron rechazadas por este país desde hace mucho tiempo. Defendemos lo hecho por nuestros padres fundadores”.
Uno de los fotógrafos de Backgrid involucrados en el incidente fue Marvin Patterson, un fotógrafo independiente conocido como Blayze. Su página de Facebook contiene varias imágenes en las que, de manera deliberada, se mete en las fotografías de modelos, famosas del rap y reinas de la telerrealidad por toda la ciudad. El Times lo contactó la noche del jueves por mensaje de texto. Patterson respondió que pronto emitiría un comunicado, pero consideraría revelar más si se le hacía una “oferta cuantiosa”.
Tras indicarle que el Times no permite pagar a fuentes y sujetos, Patterson señaló que la grabación en TMZ resume bien lo tranquila que la situación fue en realidad. Añadió: “No hay nada sobre lo que el público o la policía en realidad se deban preocupar. Los hechos están ahí. Exactamente lo que ven ahí es lo que hay”.
Después, colgó el teléfono, solo para explicar en un mensaje de texto que simplemente no había incentivo para hablar.
Concluyó: “Sí, hubo silencio porque no hubo oferta de dinero por mi historia”.
© The New York Times 2023
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