La pobreza alcanzó al 38,7% en el primer trimestre de 2023 (2,4 millones de nuevos pobres en el mandato), pero lo que es peor es que el 54,5% de los niños menores de 14 años son pobres, llegando al 63% de los niños en el conurbano bonaerense. Repito: el 63% de los niños del conurbano bonaerense son pobres. Este número no debería ser uno más, debería ser central especialmente en medio de las elecciones, todos los espacios políticos deberían estar hablando de cómo bajar la pobreza. Pero el dólar se lleva todas las miradas y ese 63% pasa desapercibido, sin reparar que son dos consecuencias de una misma realidad: una emisión descontrolada que genera inflación y devaluación.
La pobreza infantil alcanza al 54,5% de los niños, es la pobreza en niños más alta para un primer trimestre. Esto se debe principalmente a que los hogares con menores ingresos y en donde los jefes o jefas de hogar son trabajadores informales o cuentapropistas, son los que tienen más hijos en promedio.
“La pobreza infantil alcanza al 54,5% de los niños, es la pobreza en niños más alta para un primer trimestre”
En los Partidos del GBA, esto es aún peor, ya que afecta al 63% de los niños, ampliándose la diferencia con el total nacional a 9 puntos porcentuales (en el cuarto trimestre del 2022 esta diferencia fue de 4 puntos porcentuales). Sin ánimos de ser insistente, pero demostrando la dificultad de poner en palabras la crudeza de estos números, esto se explica porque la pobreza en GBA no bajó versus el cuarto trimestre de 2022 por el efecto aguinaldo (a nivel nacional bajó de 41% al 38,7%), sino que se mantuvo en 46% aún siendo trimestre impar con cobro de aguinaldo.
No llama la atención esta dinámica en el Conurbano bonaerense, donde el trabajo es más informal y cuentapropista. Pero lo cierto es que trabajar alcanza para cada vez menos. A nivel nacional, el 30% de los ocupados son pobres, alcanzando al 51% de los cuentapropistas con secundario incompleto, al 46% de los asalariados informales y al 33% de los cuentapropistas con secundario completo.
Con 115% de inflación, solamente los asalariados formales pueden hacerle frente a través de paritarias y negociaciones salariales, y por eso son los que menores tasas de pobreza reflejan, (que igual llega al 19% de los asalariados privados formales y al 15% de los públicos) pero el resto del mercado laboral no tiene manera y entonces compensa trabajando más.
El aumento del empleo informal o cuentapropista es más una respuesta a la crisis que una señal de recuperación. De hecho, el empleo que más crece hoy es el informal, en el primer trimestre de 2023 los informales crecieron el doble que los formales, y además se ve que en términos per cápita aumentaron las horas trabajadas. Esto es consecuencia de la alta inflación y son los mecanismos que encuentra este sector para no caer en la pobreza o para no perder poder adquisitivo.
“En el segundo semestre se dio algo inédito: fue el primer semestre en donde creció la actividad económica y creció la pobreza”
La inflación en niveles superiores al 100% es imposible de sostener. Es por ello que en el segundo semestre se dio algo inédito: fue el primer semestre en donde creció la actividad económica y creció la pobreza. Esto tiene que ver con que justamente la actividad crece, pero el empleo que se generaba como resultado de ese crecimiento era principalmente era empleo informal, de bajas condiciones laborales, de bajos ingresos, y con una inflación creciente.
En síntesis, no hay mayor urgencia que bajar la inflación. Y no se logrará si se sigue emparchando la economía, se sigue emitiendo sin control, se intenta sólo “llegar” a las elecciones sin un plan económico de estabilización consistente.
No va a bajar el dólar, no podrá crecer la economía, no se podrá crear empleo de calidad, no va a bajar la inflación, y consecuentemente no va a bajar la pobreza si no corregimos el déficit fiscal financiado con emisión y deuda. Los números de la pobreza que afecta 18,5 M de argentinos confirman que es un modelo (siendo generosos con el término) completamente agotado. La realidad seguirá agobiando y los números seguirán impactando si no cambiamos, seguir así no puede ser una opción, el 40% de los argentinos, y especialmente el 54,4% de los niños, nos exigen que les demos mejor futuro.
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