La Ley 2300 de 2023, conocida popularmente como la “ley dejen de fregar”, comenzó a regir de manera oficial hace unos meses. Esta impone restricciones a bancos, entidades financieras y empresas para limitar las llamadas a sus clientes con fines de cobranza o para ofrecer servicios durante los domingos, días festivos y fuera del horario laboral entre semana.
De acuerdo con la normativa, estas comunicaciones solo se permitirán de lunes a viernes, dentro de un horario específicamente designado, con el fin de proteger la privacidad de los consumidores.
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Bajo esta nueva regulación, establecida para salvaguardar la intimidad de los usuarios, las empresas podrán contactar a sus clientes por medio de una única vía y un máximo de dos ocasiones por semana.
La ley específica que este contacto debe ser restringido a propósitos esenciales, excluyendo las horas y días no laborales, excepto en circunstancias como las confirmaciones de operaciones monetarias, alertas de transacciones fraudulentas y la provisión de información sobre ahorros y cesantías previamente solicitada por el cliente.
Estas medidas generaron cierta inquietud entre diferentes sectores comerciales, que ven en la ley un posible obstáculo para la comunicación efectiva con sus clientes.
Impacto en las ventas del comercio
Más que todo, por dos artículos incluidos en el cuarto y último debate de la ley, que impacta de manera directa al comercio electrónico, ya que ahora las empresas de este sector no pueden enviar comunicaciones a los clientes para brindarles ofertas de última hora.
Esto hecho. para la presidenta ejecutiva de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico (CCCE), María Fernanda Quiñones, es algo lamentable, ya que impacta las ventas del sector, que en 2023 registró $62,1 billones de ventas en línea, lo que representó un crecimiento del 12,58% respecto a 2022, cuando se vendieron $55,2 billones. Por supuesto, para ella, esto hace que los usuarios no se puedan enterar a tiempo de las ofertas, promociones y descuentos, enviadas por correo electrónico o mensaje de texto, que pueden encontrar en horarios fuera de los laborales.
Para la dirigente gremial, esta es una ley que está hecha, y que se debatió desde el contexto de evitar saturar a las personas en las gestiones de cobranza, pero es una ley que también tiene cuestionamientos.
“No debemos tampoco buscar que ningún elemento regulatorio fomente una cultura del no pago, de todas formas, pero en estricto sentido la ley era para eso, para que esa molestia de la cobranza a deshoras no se diera y ese fue el debate público”, anotó.
Remarcó que ese fue el fundamento sobre el que esa ley se aprobó y fue la ruta de entendimiento de lo que de lo que esa ley traía consigo y pues fue lo que se le dijo a la gente que era esa ley, pero de pronto se vio que en cuarto debate metieron estos dos artículos e hicieron que esas restricciones de tiempo se extendieran a las comunicaciones comerciales.
“Eso es totalmente absurdo de cara a entender de cómo funcionan las dinámicas del comercio y que no se entienden, porque el dolor más grande de la discusión de políticas públicas y regulatorias y legislativas, sobre comercio electrónico, es que no se entienden técnicamente por los hacedores de política pública”, apuntó.
Funcionamiento del comercio electrónico
Entonces, precisó que es muy complejo, porque aquí sí que se ve que en un planteamiento legislativo no se entiende cómo funciona el comercio electrónico y que lo que se hizo con ese artículo no fue proteger al consumidor, sino inhibirlo de formar parte y digitalizarse. Asimismo, Quiñones lamentó que para el comercio electrónico es muy complicado.
“Nosotros veníamos monitoreando la ‘ley deje de fregar’ un poco a la distancia, porque era un tema muy bancario y cuando vemos esto ya en la ley que fue muy tarde, porque se hizo un debate muy rápido. Vimos este artículo y quedamos sorprendidos”, apuntó.
Puntualizó que la afectación ha sido tenaz para generar, por ejemplo, la activación de eventos, como el HotSale, que acabó de terminar (del 1 al 5 de marzo), que es una forma más de entregarle al mercado un sustituto sin sacrificio fiscal de los días sin IVA, y ahora esta norma complicó las cosas.
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